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2010/02/15

Larga vida a Google, pero ¡cuidado!

Fuente: BBC Mundo.

Muchos de los lectores de BBC Mundo que participaron en el foro: "¿Google para todo?" coinciden en que es positivo que la empresa expanda sus servicios, pues forma parte de la lógica empresarial y de la era digital. Sin embargo, algunos advierten: "El que mucho abarca, poco aprieta".

De hecho, esa fue la frase que utilizó Rosa, quien -desde Nueva York- también señaló que en el mercado prevalece "el que mejor servicio ofrezca".

En Panamá, Nicholas González califica a Google como "la insignia de uno de los negocios del siglo XXI" y, en Argentina, Pablo Gualtieri la considera "una empresa excelente y de primer nivel".

El foro busca conocer la opinión de nuestro lectores sobre los alcances del que, hasta hace poco, dejó de ser simplemente un motor de búsqueda.

La privacidad en Google Buzz

Google es dueño de YouTube, compró Writely y lo convirtió en Google Docs para escribir documentos en línea. Entró al negocio de los celulares primero con Android, un sistema operativo y luego con Nexus One, su propio teléfono.

Google es también Gmail para correos electrónicos. Nos ayuda a ubicarnos en el mapa con Google Maps y en el planeta con Google Earth y también compite contra Flickr con su programa Picasa para fotos. Además tiene su propio navegador, Chrome.

Ahora quiere entrar al campo de las redes sociales como Facebook y Twitter, "socializando" su Gmail.

Participe: ¿Google para todo?

Lectores como Víctor Vargas se complacen de la expansión del gigante informático.

"¡Google para todo! Definitivamente, infinidad de servicios gratuitos y la calidad de los mismos sólo es comparable con Apple".

"A mí no me molesta en lo absoluto que Google sea la dueña absoluta de todos los excelentes servicios que brinda porque son muy serios, responsables y profesionales", indicó Abelino desde La Habana.

¿Omnipotente?

Sin embargo, a lectores como Daniel, desde Montevideo, sí parece preocuparle la omnipresencia de Google.

"Hay gente que todavía no entendió lo que significa Google, todo el comercio mundial y su difusión va a pasar por internet en breve y uno existirá o no según te rankee Google.

Lea: Google Buzz, a la caza de las redes sociales

Todos vamos a tener un teléfono de Google, con sistema operativo de Google, rastreador satelital de Google, Red Social de Google, navegador de Google y su buscador para decirnos qué consumir. Va a terminar siendo sólo una empresa en el mundo".

Antonio, desde Santiago, se hace eco del hecho de que, pese a que los servicios de Google son gratuitos, en la práctica eso le reporta una amplia base de datos de usuarios.

"La gente es muy ingenua. Google sabe de mucha gente, más que la CIA y a unos cuantos les podría arruinar la vida".

Como a Antonio, el factor privacidad también preocupa a muchos lectores. Juan, desde México, escribió: "No es tanto un problema de cuántos servicios abarque, sino de privacidad".

Otros lectores, aunque elogian la expansión de Google, señalan que mucho poder en las mismas manos siempre embriaga.

"El peligro informático de Google es exactamente igual que el peligro social de cualquier régimen absolutista (…): sus objetivos pueden ser muy buenos, pero a la larga se convierten en simple tiranía", opinó desde Madrid, Romel.

Monopolio

Bertha Polo, en Bogotá, se hace eco del peligro de un monopolio digital.

"Todo monopolio es odioso. Generalmente cae en el abuso y la mediocridad al no tener competencia".

Jerónimo Rosales, quien se encuentra en Maracay, Venezuela, es optimista en torno al futuro de Google.

"Mientras Google no se desvíe de su línea inicial seguirá creciendo. Sirva de ejemplo a nuevas iniciativas y jóvenes emprendedores".

Marce, en Costa Rica, tiene otra visión: “Me atrevería a decir que no le vaticino mucho futuro, a no ser que la nueva aplicación permita conectarse a la redes con que competirá, Facebook y Twitter".

Lectores como Miriam Tosolina, en Rosario, Argentina, creen que el fenómeno de Google responde a la ley de la selva: "domina el más fuerte".

En el norte del continente americano, Benitez, desde Monterrey, prefiere un refrán más que la versión darwinista de la situación.

“El pez grande se come al más pequeño, o sea, camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.

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