Hace ya algunos meses la polémica se desató entorno al gobierno Chino al decretar supuestamente que las empresas de software extranjeras no podrían operar en su territorio. Finalmente la iniciativa no sólo no se llevó a cabo, sino que además se aseguró que se trataba de una lucha interna entre la Administración General de Prensa y Publicaciones y el Ministerio de Cultura.
Hoy la política autárquica a la que parecen aspirar los dirigentes del gigante asiático ha sido olvidada, al menos de momento, y millones de jóvenes chinos podrán disfrutar de la primera gran expansión de World of Warcraft: The Burning Crusade. El añadido, que vio la luz en nuestro país hace 3 años, ha sido legalizado por el gobierno a pesar de que hace apenas un mes se creía que toda la totalidad del juego sería prohibida.
NetEase, principal proveedor de internet del país y promotor del juego por aquellos lares, ha sido la más perjudicada durante estos 30 últimos días. El gobierno la acusó de distribuir el juego de manera ilegal y permitir la conexión a los usuarios del mismo, haciendo creer a muchos que sus oficinas serían cerradas. Finalmente todo se solucionó en beneficio de los usuarios que, eso sí, deberán esperar un tiempo para ver si la segunda expansión, Wrath of the Lich King, sale también de la lista de “prohibidos”.
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