La provincia de Manitoba, en Canadá, organiza un concurso de ética todos los años en el que alumnos de 80 institutos deben escribir sobre un tema polémico. En 2010, los ensayos tenían que tratar sobre lo que se conoce como descargas ilegales y responder a la siguiente pregunta: "¿Está bien descargar música, películas y juegos sin pagar?".
El concurso, que se celebra desde el año 2007, lo ganó Kamal Dhillon, de 17 años, con su ensayo Not wrong, just illegal (No está mal, sólo es ilegal) y su texto, que fue publicado por la prensa local, ha dado la vuelta al mundo.
En su redacción, Dhillon apoya el intercambio de archivos argumentando que es algo que produce "más beneficios que daños a la sociedad".
"Que algo sea ilegal no significa necesariamente que sea inmoral", arguye, antes de subrayar que "las leyes sobre derechos de autor son injustas".
"Regularlo es un objetivo inalcanzable"
Dhillon ve como "un objetivo inalcanzable" intentar regular la distribución de estos materiales en Internet y considera que las protestas de la industria ignoran que es algo que "les presenta nuevas oportunidades (si fueran lo suficientmente inteligentes como para verlo)".
"Si yo compro un libro y se lo presto a un amigo, ¿deberían cobrarme porque ellos no han pagado por el libro? No, porque se considera justo. ¿Y si en lugar de prestárselo le dejo que se haga una copia para que lo tenga? Entonces vulneramos los derechos de autor, aunque las consecuencias de ambas situaciones son virtualmente las mismas", lamenta.
Kamal defiende el P2P amparándose en que los usuarios no ganan dinero compartiendo los archivos y concluye su texto con una reflexión: "La prohibición de compartir archivos no funciona y es además injusta, incoherente e irracional".
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