Su rostro es parecido al de un gladiador, que sale a la arena dispuesto a derribar a los leones. Era considerado el segundo a bordo en Microsoft, siempre detrás del omnipresente Bill Gates, pero desde el viernes pasado, último día de Gates en la empresa, es el hombre que liderará los negocios del imperio más grande de la informática.
Steve Ballmer nació el 24 de marzo de 1956, en Detroit, Estados Unidos. Su interés por administrar y gerenciar empresas grandes, le viene de familia: su padre trabajó como gerente en la Ford Motor Co.
Estudió en la Universidad de Harvard, en donde se recibió como Licenciado en Economía y Matemáticas. Allí, conoció a Bill Gates, quien en 1980 le pidió que sea el primer administrador de su empresa. Pero antes de unirse a la dupla Gates-Allen, trabajó como asistente de gerente de producto en Procter & Gamble.
Y durante su vida universitaria, no solo le interesaron los números, también dirigió el equipo de fútbol, trabajó en el periódico Harvard Crimson y escribió para la revista literaria.
Ahora, sin ningún tipo de señalización ostentosa, Ballmer ocupa la oficina 5202, en el quinto piso del edificio de Redmond.
Según The New York Times, quien accedió a la intimidad de este magnate, “es sorprendente que labore en un lugar tan pequeño, considerando la posición emblemática que tiene en la empresa”.
Su fortuna asciende, según Forbes, a USD 14 000 millones, lo cual le permite mimar a Microsoft y atacar a sus adversarios en el área de la computación.
El diario El País de España, en la edición del miércoles pasado, recoge algunas de las preocupaciones de Ballmer, entre ellas, la forma de entender el software, pues en una década “los cambios tecnológicos serán más drásticos que la aparición de la telefonía móvil y la Intenet”.
Dentro de Microsoft, sus empleados reconocen su ardiente fervor por el trabajo, que incluso los ha inspirado. Pero también es público su descontento hacia la existencia de los seguidores del software libre, con quienes tiene enfrentamientos continuos, incluso los ha acusado de haber violado patentes de Microsoft.
También ha mantenido querellas con Apple, Oracle, IBM, y otros, siempre destacando la superioridad de Microsoft frente al resto. Es un negador absoluto de toda falla que aparezca en la empresa. Pero ahora, este gladiador tiene que estabilizar a Microsoft, luego de haber recibido fuertes críticas a la última versión de Windows y perder la oportunidad de comprar Yahoo!.
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