La decisión de Facebook de obligar a sus usuarios a descargar su aplicación de mensajería instantánea es un nuevo paso hacia el control de este segmento. Y ya dejó muy claro que va en serio cuando desembolsó 19.000 millones de dólares en la compra de Whatsapp.
El dominio de la empresa de Palo Alto en este ámbito es claro. Por un lado, Whastapp es la aplicación más popular, con más de 450 millones de usuarios registrados. Y si una parte de las personas que usan el chat de la app de la red social deciden instalar Messenger, su liderazgo en este mercado será indiscutible.
Además, la compañía se está esforzando por hacer más atractivas sus propuestas. Messenger ha incluido recientemente la posibilidad de realizar llamadas y la opción de chats en grupo. Y Whatsapp anunció en el Mobile World Congress que también ofrecerá servicios de voz en este trimestre.
Ésta es su respuesta ante el desafío de otras aplicaciones como Line, Viber o WeChat, que ya ofrecían la opción de hacer llamadas. En cualquier caso, no hay que descartar el empuje de la competencia, pues la mensajería instantánea es un servicio no excluyente. Que un usuario utilice Whatsapp no quiere decir que deje de emplear otra aplicación, sino que puede tener varias instaladas y recurrir a cada una en función del momento, el contacto al que se dirige, etc.
Aunque la empresa de Mark Zuckerberg tenga una mayor cuota de mercado, las cifras de sus rivales no son desdeñables. Line ha superado los 400 millones de usuarios registrados, mientras que WeChat cuenta con 355 millones de clientes.
Por su parte, Viber tiene alrededor de 300 millones de usuarios. Cabe recordar que esta empresa fue adquirida en febrero por Rakuten. El grupo japonés de e-commerce desembolsó 900 millones de dólares en la compra. Y no podemos olvidarnos del pujante Telegram, que a finales de marzo anunció en su cuenta de Twitter que ya cuenta con 35 millones de usuarios.
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