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2013/05/25

Xbox One: despejamos las dudas más frecuentes sobre la nueva consola de Microsoft

La cantidad de incógnitas todavía por desvelar, las informaciones acerca de la conexión permanente a Internet, las barreras impuestas para el mercado de segunda mano y el uso de Kinect de forma obligatoria, han despertado multitud de dudas acerca de la concepción de la videoconsola. En este artículo trataremos de despejar las dudas más frecuentes en los jugadores, a falta de que Microsoft detalle, finalmente, cada una de las especificaciones y requisitos para disfrutar de la sobremesa.

En primer lugar, y a diferencia de Xbox 360, Kinect vendrá de serie con la videoconsola, y ésta no funcionará sin el periférico. Es decir, Xbox One se ha concebido para utilizar sus funciones en su totalidad, por lo que Kinect será un requisito fundamental para poder jugar -independientemente si el videojuego emplea o no esta tecnología-, navegar o ver una película a través de la plataforma. Microsoft intentará, de esta manera, que el jugador se familiarice con los conceptos pensados para la ocasión, y el periférico estrella de Microsoft nos ayudará a realizar las tareas más convencionales -ya sea jugando, mirando la televisión o respondiendo llamadas por Skype- de manera más natural y cómoda.

A su vez, la videoconsola está pensada para utilizar únicamente el software y hardware pensados para la misma. Esto quiere decir, que los videojuegos de Xbox 360 o Xbox no funcionarán. No existirá ni compatibilidad con los títulos lanzados anteriormente, ni, tampoco, con los periféricos de la videoconsola que hoy sigue en el mercado. Microsoft ha declarado que los mandos de Xbox One contarán con una tecnología inexistente en los actuales, por lo que no es posible reutilizarlos para la nueva plataforma.

Así pues, los videojuegos serán instalados obligatoriamente en el disco duro de 500GB que incluirá de serie Xbox One. Este detalle es comprensible, sobre todo teniendo en cuenta que una de las grandes bazas de la plataforma es su multitarea, que nos permitirá cambiar entre diversas funciones de manera rápida y sin fisuras. Además, todo estará disponible en la nube, de manera que podremos retomar nuestra partida en cualquier Xbox One y después finalizarla en nuestro salón.

La relación de Microsoft con la nube es clara, y una de las incógnitas más temidas por la comunidad de jugadores es la imposición de una conexión a internet permanente para jugar a cualquier título. La compañía ha declarado que no será necesaria una conexión continua para disfrutar de Xbox One, pero sí será necesaria para activar alguna serie de servicios, como puede ser activar los códigos de juego, y aprovechar la banda ancha para que el sistema operativo funcione de manera más rápida, coordinada, etcétera. Se espera que la compañía aclare estos conceptos en breve.

Otra de las dudas tiene relación con el mercado de segunda mano, un arma de doble filo tanto para el jugador como para las desarrolladoras. En este aspecto, Microsoft ha declarado que Xbox One permitirá prestar los videojuegos y venderlos a cambio de una tarifa, ya que todos los títulos incluirán de serie un código de activación que vinculará el videojuego con nuestro perfil. La multinacional todavía no ha desvelado el importe de la tarifa, aunque se espera más información en las próximas semanas.

También, en relación a los videojuegos, se ha confirmado que la plataforma Xbox Live Arcade, la plataforma de títulos de bajo presupuesto para desarrolladoras más modestas, no tendrá un apartado específico en el mercado digital de Xbox One, sino que mezclará todo el contenido en un único mercado digital. Lo mismo ocurrirá con los canales independientes de videojuegos y aplicaciones de menor tamaño, que se verán incluidos en la nueva plataforma digital. Otro detalle confirmado y que ha levantado reticencias hacia la nueva política de Microsoft, es que los desarrolladores independientes no podrán autopublicar sus obras directamente, sino que éstos tendrán que conseguir un contrato con Microsoft Games Studios u otra compañía. Esta exigencia puede desarrollarse hacia dos vertientes: la primera, que la desarrolladora opte por publicar su obra en los mercados independientes de Sony y Nintendo –que no exigen contrato alguno–; o que de lo contrario reciban ayuda por parte de la compañía matriz para asegurar un título de calidad y evitar así la proliferación de títulos de bajo presupuesto.

Por último, se ha confirmado también que el disfrute de los servicios de televisión de Microsoft vendrá condicionado por los mercados. Es decir, que la compañía está trabajando con los proveedores de televisión para ofrecer un servicio de calidad, que puede llegar a través de internet u otros periféricos adicionales a la venta por separado, como por ejemplo, un TDT específico para la máquina.

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