Es un emprendimiento tecnológico, start-up para el mundillo de Silicon Valley, compuesto por 40 personas que llega a más de 200 millones de usuarios. "Más grande que Twitter" , presume uno de sus cofundadores, aunque tiene en claro que no compite con la plataforma de microblogging. Rechazan el recurso de utilizar los avisos publicitarios como base de su negocio, una modalidad de uso extendido en los servicios on line.
Con todas estas particularidades, WhatsApp se posiciona en el competitivo mundo de la mensajería con el envío de uno 9.000 millones de mensajes y la recepción otros 15.000 millones. Sin embargo, sus máximos responsables, el estadounidense Brian Acton (ex-ejecutivo de Yahoo!) y el ucraniano Jan Koum escapan de los clásicos estereotipos de estrella de rock que suelen tener los ejecutivos del mundo tecnológico.
Sus apariciones públicas son pocas, y suelen responder las consultas de la prensa mediante mensajes de correo electrónico (como ocurrió en sendos artículos publicados por LA NACION ) y recién este año WhatsApp participaron de la conferencia D: Dive Into Mobile , organizada por el blog All Things Digital .
En esta ocasión, luego de mostrar cómo eran las oficinas de esta pequeña empresa, ubicada en el corazón de Silicon Valley, Acton y Koum revelaron más detalles de la compañía en una entrevista concedida al diario español El País .
"No nos hemos preocupado demasiado de nuestra imagen, sino de nuestros clientes, estamos orgullosos de ello. Somos una compañía de tecnología", responde Koum ante la consulta sobre el bajo perfil que profesa WhatsApp, y que pone en relieve el perfil de sus fundadores, ingenieros más abocados al servicio y la infraestructura que por sus apariciones públicas.
El ejecutivo también aclara que tampoco miden su crecimiento de forma geográfica , aunque reconoce el avance que tuvo WhatsApp en mercados como Brasil, India, Alemania, Rusia y Canadá.
La filosofía de uso de WhatsApp se basa justamente en la tecnología a la que pretende suceder, los mensajes de texto. "Cualquier persona puede mandarte un SMS si tiene tu número de celular, o una carta si tiene tu dirección postal. De la misma forma funciona WhatsApp, y si no deseas entablar una conversación, puedes bloquear al remitente", agregó el ejecutivo.
¿Por qué WhatsApp rechaza de forma enfática a los avisos publicitarios? Tal vez se deba al anterior trabajo que tuvo Acton, ex ingeniero de Yahoo!. "Terminé harto de todo ese asunto. No quiero saber nada de eso. Pensamos que un dólar al año tanto en iPhone como en Android es un precio justo", agregó.
"Antes de ir a dormir, lo último que hacemos es ver el teléfono móvil, ¿por qué deberíamos poner avisos? Eso sí nos parece invasivo", opina Koum.
Más allá de las futuras prestaciones, lo que queda en claro para WhatsApp es lo que no quieren ofrecer o ser: una red social, una plataforma de juegos ni un espacio para anunciantes. Con un ADN en el mundo móvil, Acton se muestra más cauto, y no brinda mayores detalles sobre una versión del servicio para las computadoras personales, algo que ya tienen uno de sus principales competidores, como Viber y Line.
Y sobre este último, Koum retoma el mantra de la compañía en contra de la publicidad a cambio de un servicio gratuito. "No podrán sostener para siempre ese modelo. El costo se paga de alguna manera, y los usuarios comienza a valorar su privacidad, y no quieren ser carteles de anuncios humanos", explica el ejecutivo, bajo la clave de encontrar un precio atractivo y justo, tanto para los miembros de WhatsApp como para la empresa.
Con un modelo de pago concreto por el lado de sus creadores, pero de resultados dispares entre los usuarios, que muchas veces remarcan la prorroga de la licencia de uso por un año más sin realizar pago alguno, la cruzada de WhatsApp contra los servicios patrocinados con avisos aún lo tienen como uno de los pocos casos que rehúsan seguir tanto sus competidores como los gigantes como Google, Facebook y Twitter, que basaron sus modelos de negocio gracias al aporte de los avisos publicitarios.
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