Ni Tetris, ni Fruit Ninja, ni Angry birds, ni siquiera Temple run, lo último se llama Dots. Y consiste básicamente en juntar puntos del mismo color en 60 segundos. Sí, ya empezamos a estresarnos.
Es bueno, es gratis y genera una sensación extraña, engancha. Los que tuvieron Gameboy o pasaron muchas horas en la recreativas lo recordarán perfectamente. Meterse en la cama, cerrar los ojos y ver caer piezas mientras se intentaba conciliar el sueño era todo uno. Las ovejitas habían pasado a mejor vida. ¿Recuerdan la sensación de enviar el primer pollo contra el ejército de cerdos verdes? Angry Birds es lo más parecido al último furor: Dots.
BetaWorks, creadores del fenómeno, parecen haber hecho suya la máxima del estudio King, especialistas en juegos sociales: “Si tardas más de un minuto en entender el juego, entonces es nuestra culpa”. Recuerda a su joya de la corona, Candy Crush Saga, por la rapidez y ligereza con que funciona, por la mecánica de movimiento de colores y caída del siguiente objeto. No hay ningún texto, nada que explicar, solo unos primeros movimientos a modo de aprendizaje y ¡a unir puntos sin fin!
El título, publicado el 30 de abril, ya es número uno en la AppStore en ocho países y copa las primeras posiciones de descargas gratuitas en más de una veintena. El ritmo de crecimiento es de un millón de jugadores nuevos por semana. El pasado día 9 declararon sus cifras desde el lanzamiento: más de 72 años de juego sumando todas las partidas y más de 2.300 millones de puntos.
Seis filas de seis puntos, un total de 36, de cinco colores distintos, eso es todo lo que se ve al comenzar. En Dots es un acierto hasta el tiempo. No hay pausa, pero la partida dura, por definición un minuto, tan solo 60 segundos para unir puntos en línea recta o en ángulo de 90 grados con, al menos dos, puntos del mismo color. El hueco que resta se llena de inmediato. ¿Recuerdan el juego de mesa Conecta 4? Dots es una réplica digital con más colores, ni más ni menos.
El reto está en conseguir el cuadrado o el rectángulo. Vale cualquier cuadrilátero con tal de que sus aristas sean del mismo color. Entonces llega la explosión, desaparecen, por arte de magia, todos los puntos de ese color y se multiplican las posibilidades de hacer otro área de inmediato.
El juego es gratis. Se puede jugar tanto como se desee, tan solo ofrece compra de puntos (dots) para canjear por complementos de un solo uso que sirven para mejorar durante la partida. El cambio de 5.000 puntos es a 89 céntimos; 15.000 por 1,79 euros y 50.000 por 4,49.
Lo interesante es que esos mismos puntos se pueden conseguir jugando. Forma parte de la declaración de intenciones: “Queremos entretener con juegos estimulantes, bien hechos y de fácil acceso. No queremos aprovecharnos de los jugadores porque pensamos que esas decisiones cortoplacistas perjudican a la larga”, explica el estudio desarrollador.
La puntuación es canjeable por tres extras. Se accede a ellos sin demora, justo debajo de la última línea del tableto de juego. El primero para el tiempo durante cinco segundos, perfecto para pensar un movimiento en caso de atasco, aunque solo se puede utilizar una vez por partida. El segundo, shrinker o reductor, hace desaparecer ese punto incómodo que está estropeando toda la partida. Se hace doble toque sobre el mismo y adiós. El último es expander o expansor. Tiene el mismo efecto que cerrar un cuadrilátero: desaparecen todos los puntos del color escogido. Práctico en caso de bloqueo.
Parte de su éxito reside en que es sencillo, adictivo y gratuito, puedes pagar, pero no hay presión para ello y con esfuerzo se pueden conseguir los mismos resultados y facilidades que sacando la cartera.
Nada se deja al azar. A medida que se gana en destreza se pueden emplear más extras y el juego te felicita con simpatía, con una gamificación bien pensada. La recompensa, en el momento justo, en forma de medalla virtual con una frase, sirve para compartir en redes sociales. Si mi amigo tiene ese logro, voy a ir a por él.
Esa es otra de las claves para su rápida difusión, los méritos, pero también los consejos. Cada milésima de segundo cuenta para ganar un punto adicional. Los expertos sueltan sus trucos en Twitter: “Toma el iPhone en posición horizontal, te resultará más cómodo”.
Los jugadores avanzados insisten en que con iPhone 5, cuya pantalla es algo más alargada, es más difícil jugar. Sin embargo, la superficie de juego no difiere, por lo que suena más a excusa de mal perdedor que a una realidad probada.
Patrick Moberg, su creador, se recrear en el éxito. De cuando en cuando da algún consejo en su cuenta de Twitter. Allí ha confesado que piensa en una adaptación correcta para iPad.
En caso de atasco, lo mejor es volver al principio, a la cita inspiradora de Oscar Wilde de la web del juego: “La vida es demasiado importante como para tomársela en serio”.
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