Llueve en la ciudad y es difícil saber a qué hora pasará el colectivo por la parada. En algunas ciudades del mundo desarrollado una aplicación para teléfonos inteligentes puede informar cuánto falta para que llegue el próximo, y su usuario puede decidir quedarse en casa mientras tanto (durmiendo, ¿tal vez?).
Pero esta escena le ocurre en Bombay, India, a Milind Dahikar. Él no tiene un teléfono inteligente. Lo que sí tiene es un teléfono móvil con funciones extendidas, también conocidos como feature phone , en inglés.
Este tipo de teléfonos se han vuelto cada vez más populares en el mundo en desarrollo.
Son algo así como los hermanos menores de los teléfonos inteligentes . Pueden tener algún tipo básico de GPS (sistema de posicionamiento global), cámara de fotos, reproductor de MP3 y cierto nivel de acceso a Internet. También son capaces de ejecutar algunas aplicaciones simples.
Están en un lugar intermedio entre los celulares básicos, que simplemente pueden hacer y recibir llamadas y mensajes de texto, y los teléfonos inteligentes. Suelen ser baratos, robustos, y las cargas de sus baterías duran varias veces más que las de los modelos más sofisticados.
En síntesis, pueden ser perfectos en economías emergentes.
Por eso el caso de Dahikar no es único. Un 40% de los usuarios de teléfonos celulares en Argentina, 53% en México y 78% en Brasil utilizan feature phones, según cifras de la empresa de publicidad para móviles, BuzzCity.
Bus por mensaje de texto
Para que no sufriera las consecuencias de utilizar una tecnología considerada menos avanzada (¿cómo conseguiría saber cuándo llegaría el próximo colectivo?), el empleador de Dahikar, Mastek (dedicada a tercerización de servicios informáticos), le proveyó -tanto a él como a sus colegas- una solución a su medida.
Los vehículos de la compañía, que recorren rutas predeterminadas de la ciudad para ir recogiendo a sus empleados, están equipados con un sencillo dispositivo de GPS.
"Nuestro servidor se comunica con este aparato para determinar en todo momento dónde se encuentra el ómnibus y luego pasa esa información a nuestra aplicación para celulares", explica Steve Latchem, vicepresidente de soluciones y estrategias de Mastek.
"En el caso de aquellos empleados con dispositivos más básicos, la solución es enviarles mensajes de texto cuando el colectivo está a 15, diez y cinco minutos de distancia".
Escasez de aplicaciones
La empresa consultora Gartner calculó que en todo el mundo las ventas de este tipo de celulares alcanzó los 264,4 millones de unidades en el último trimestre de 2012, superando los 207,7 millones de los teléfonos inteligentes.
En principio, semejante mercado parece fácil de aprovechar para los desarrolladores de software.
"Debido a la relativa escasez de aplicaciones hay mayores posibilidades de captar la atención (del mercado)", dice Paul Roberts, fundador de la empresa ForgetMeNot Africa, que ha creado una plataforma que permite a los usuarios de feature phones operar sus cuentas de Facebook, enviar y recibir correos electrónicos y conversar vía internet usando mensajes de texto o una aplicación.
Pero más allá de este y otros casos puntuales, los usuarios de feature phones parecen ser ignorados por los programadores. ¿Por qué ocurre esto?
"Como nosotros trabajamos en el campo de la tecnología es natural que nos entusiasme lo nuevo, lo mismo pasa con los clientes; ese es nuestro mundo", dice Ashley Bolser, director de la firma de desarrollo de aplicaciones que lleva su apellido.
"Tendemos a olvidar que existe este enorme grupo de gente que quiere usar internet, hacer descargas, y la única forma que tienen de hacerlo es a través de su feature phone".
Así que en vez de ponerse a trabajar en programas cada vez más elaborados y complejos, Bolster se ha concentrado en hacer lo contrario.
Hacer bien lo básico
Según Bolser, la clave está en mantenerse enfocado en la simplicidad, accesibilidad y usabilidad.
Recientemente su compañía creo una versión para teléfonos con funciones extendidas de la aplicación del programa de la BBC Top Gear (dedicado al mundo de los automóviles), que alcanzó un gran éxito en el sudeste asiático.
"Lo que hicimos fue simplificar en gran medida la información que llegaba de la BBC", dice.
"Nos aseguramos de que las fotos pudieran verse en los teléfonos; no se podían mantener en alta resolución".
"Quitamos el video y simplificamos la interfaz".
Más inteligente
Hay un par de cuestiones que quienes ofrecen aplicaciones y otros servicios para feature phones deben tener presentes. La primera es conseguir que la gente sepa que existen.
"Las oportunidades de captación de mercado pueden ser limitadas si la operadora de teléfonos no promueve (bien la aplicación)", dice Roberts, de ForgetMeNot Africa.
"Pueden verse como menos atractivas y por lo tanto no recibir la promoción adecuada", agregó. Luego, las compañías necesitan resolver el asunto de cómo hacer que los programas lleguen al teléfono.
"El problema es que las tiendas de aplicaciones piden tarjetas de débito o crédito para efectuar compras", dice Rob Hodges, de e2Save, parte de la tienda de teléfonos celulares británica Carphone Warehouse.
Si los clientes no cuentan con esos instrumentos financieros, el problema es serio.
Sólo un 29% de 3.500 consumidores entrevistados en Brasil, Nigeria, India y Arabia Saudita, dijeron que utilizarían una tarjeta de crédito o débito para esto, de acuerdo con la reciente Reporte de Actitudes sobre Teléfonos Celulares en Mercados Emergentes de la consultora Upstream.
La mayoría, un 42%, dijo preferir que los cargos se le cobraran vía su proveedor de telefonía móvil.
Algunos señalaron como opción las transferencias bancarias o los sistemas de pago seguros.
Hodges dice que se están realizando esfuerzos para resolver este asunto y cita el acuerdo entre la española Telefónica y Bango (especialista en pagos móviles), que busca implementar pagos a través de las cuentas de telefonía móvil para 314 millones de compradores de aplicaciones.
Qué tiene la gente en sus manos
De acuerdo con un reporte de la consultora IDC dice que 2013 será el año en que los fabricantes habrán despachado más teléfonos inteligentes que móviles con funciones extendidas .
IDC estima que se distribuirán 918,6 millones de teléfonos este año, lo que representaría un 50,1% del total de teléfonos móviles despachados.
Esto lleva a preguntarse si las empresas que han ignorado los feature phones deberían seguir haciéndolo a medida que proliferan los teléfonos inteligentes.
Pero esa línea de pensamiento refleja una incomprensión del mercado de la telefonía móvil, de acuerdo con Jon Hoehler, gerente de tecnologías móviles de Deloitte Digital, filial Sudáfrica.
"La clave está en ver cuál es la base actual de dispositivos, aquellos que concretamente están en manos de alguien, en vez de las ventas de nuevos aparatos", dice.
"En muchos mercados emergentes, los teléfonos se reutilizan, se revenden o se dan a un miembro de la familia".
En estos tiempos, a la hora de pensar en aplicaciones móviles los desarrolladores parecen sólo enfocarse en la idea de "más grande, mejor, más rapido, más".
Y queda la duda de si "pequeño, más simple, más lento, menos" no será un mantra igual de bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario