La era de Steve Jobs no ha acabado. El cofundador de Apple que falleció en octubre de 2011 está involucrado en el diseño de la sétima y octava generación del iPhone que, si Apple mantiene la nomenclatura original, serían el iPhone 5S y el iPhone 6.
Al menos es lo que asegura San Francisco Examiner, que recoge los comentarios de George Gascón, fiscal de distrito de San Francisco, que la semana pasada se reunió con Michael Foulkes, el enlace de Apple con el gobierno, para hablar sobre el creciente problema del robo de teléfonos móviles.
Se calcula que la mitad de los terminales robados en la ciudad el año pasado fueron iPhone y Gascón ha estado intentado convencer a Apple de implementar una tecnología que pueda deshabilitar un iPhone o un iPad cuando sea robado, haciendo que el dispositivo sea inútil para los ladrones y un uso futuro, y dejen de ser un producto tan atractivo.
En su conversación, Foulkes habló sobre el laborioso proceso de investigar y producir tecnología para dispositivos móviles que fuera realmente innovadora, y comentó que las próximas dos generaciones del iPhone ya habían sido desarrolladas y que “preceden a Tim Cook”, actual CEO de Apple y sustituto de Jobs.
Los dispositivos de Apple basados en iOS, como el iPhone, iPad y iPod Touch se pueden bloquear de manera remota, así como borrar su contenido y localizarlos si los ajustes de seguridad se han activado correctamente, pero los usuarios no tienen la opción de desactivar permanentemente el dispositivo.
Reconociendo el interés que sus dispositivos tienen para los ladrones, Apple archivó una patente de aplicación el año pasado para un sistema de detección de robo para smartphones que haría sonar una alarma cuando un dispositivo desaparece.
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