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2012/05/10

Los emprendedores que desafían la corrupción


Zhana Shalinova está orgullosa de los 16 flamantes empleos que ha originado en su empresa de nueva creación en apenas un mes de actividad.
Mientras muestra a la BBC sus impecables oficinas en el noreste de Moscú, hogar de su negocio de comercio minorista por internet, Lokata, jóvenes programadores trabajan sin cesar en una fila de escritorios con el fin de establecer un motor de búsqueda para los compradores rusos.

Está ansiosa por expandir rápidamente su negocio. "Hay muchas trabas burocráticas en Rusia que hacen que la vida no sea tan fácil", afirma Shalinova.
"Pero yo diría que en la industria de internet -y en la cantidad de empresas de nueva creación que están apareciendo ahora por todas partes- no es realmente tan difícil comenzar algo aquí en Rusia. Esta es un área que se está desarrollando muy velozmente y este es el futuro".
Además, esta clase de optimismo es música para los oídos de los líderes rusos.
Vladimir Putin, quien reemplaza a Dmitry Medvedev como presidente, espera poder desarrollar este sector de rápido crecimiento y alejarse de la dependencia de la economía en materias primas.

'Mucho papeleo'

Pero Shalinova admite sin pestañear que la suya es una configuración inusual en Moscú y que ha sido muy afortunada.
Ella es parte de una incubadora de empresas llamada Fast Lane Ventures, que recibe compañías de internet, les da espacio de oficina, experiencia e inversión para ayudarlas a crecer.
Sin embargo, no todos los pequeños negocios encuentran así de simple instalarse en Rusia.
El Banco Mundial clasifica a Rusia en el puesto 120 del mundo en términos de hacer negocio. Y la razón de que esté tan abajo es la corrupción.
Por ejemplo, Ilya Handrikov, quien dirige una compañía que fabrica uniformes, fue víctima de la corrupción durante la crisis económica de 2008, cuando se vio forzado a pagar US$50.000 en sobornos a un funcionario de impuestos.
Putin se ha comprometido a subir a Rusia al vigésimo lugar en la escala del Banco Mundial en cuanto a "facilidad para hacer negocios". Handrikov no cree que esto vaya a ocurrir.
"Los pequeños negocios no vieron ningún cambio durante el mandato de Medvedev", señala. "Vimos que se adoptaron leyes nuevas, pero no facilitaron la vida a los empresarios".
"Todo lo contrario; ahora tenemos que hacer una enorme cantidad de papeleo. Comparar a Putin con Medvedev es como comparar a un policía malo con un policía bueno".
El problema no está sólo a nivel de puesta en marcha, sino que incluso se filtra en las esferas más altas de los súperricos.

Un punto de vista más rico

El banquero y magnate de la prensa Alexander Lebedev, más conocido por ser propietario del periódico londinense Evening Standard, concuerda con que algo tiene que cambiar para poner freno a la corrupción que se devora los negocios en Rusia.
"A menos que nos unamos en esta materia, estaremos sentados sobre un volcán, que es mucho más grave que el problema griego o italiano", afirma.
Lebedev dice que los rusos ricos están enviando dinero fuera del país porque no confían en el sistema legal.
"La mitad de mi negocio ya fue arruinada por agencias gubernamentales; no por instrucciones de arriba, sino simplemente porque así es. Si yo estuviera aconsejando a Putin sobre qué hacer, le diría que hiciera del sistema judicial en este país algo eficiente, independiente y aceptable".
"La razón por la cual los rusos se están demandando unos a otros en Londres es muy simple: el sistema judicial allí es accesible, eficiente e independiente".

'Problema sistémico'

En el recinto presidencial en Moscú, el hombre en el corazón de la reforma económica asegura que el Kremlin está enfrentando la situación.
Arkady Dvorkovich, un joven inteligente ducho en el manejo de Twitter es asesor económico de Medvedev.
Dvorkovich reconoce que la corrupción está frenando el crecimiento económico. "Es el principal obstáculo para las compañías rusas pequeñas y medianas, mucho más que para los grandes inversionistas extranjeros", indica.
"Las grandes compañías siempre encuentran maneras de superar esos contratiempos. Es por esto que estamos luchando con el problema sistémico que Rusia y la Unión Soviética tuvieron durante cientos de años".
"Por primera vez en la historia, hemos creado leyes anticorrupción y ahora tenemos la base legal para luchar contra ella. Miles de personas están presas. Esa es la realidad".

"Pero para eliminar el problema que hemos enfrentado durante siglos, necesitamos más que un par de años".
Agrega que la medida para crear más negocios tecnológicos como el de Shalinova funcionará.
"Si te fijas en las cifras, aquellas industrias que no están basadas en materias primas están creciendo más que el petróleo y el gas. Esa es una señal importante de que la diversificación es una realidad".
Zhana Shalinova es optimista por el futuro y expresa que no hay nada que la detenga.
"Por supuesto que siempre hay algún riesgo. Nunca sabes hasta que lo intentas, pero con semejante respaldo podemos minimizar el riesgo", afirma.
"Si tienes a la gente adecuada que cree en este modelo, tendrás éxito. En cuanto a nuestra industria, es crucial para el país desarrollar la tecnología de internet. Y no creo que vaya a bajar la velocidad".
"El mundo ha cambiado, y no nos permitirá quedarnos unos pasos atrás".
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que la nueva tenencia de Putin debe traer consigo una variación económica para erradicar la corrupción y hacer crecer la economía más allá del petróleo y el gas.
Pero en un país tan inmenso y diverso como Rusia -incluso cuando se cuenta con la voluntad política- la logística de poner en práctica el cambio parece casi imposible.

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