Un galán de hace medio siglo que desembarcara en las redes sociales y empezara su tuit
con un "Distinguido amigo" y lo acabara con la clásica coletilla de las
cartas "se despide muy afectuosamente de usted" habría consumido ya 58
caracteres, casi el 40% de los 140 que permite la red Twitter
para sus mensajes. ¿Significa eso que los modales de respeto y
urbanidad ya no son posibles? En todo caso, distintos, porque ya
empiezan a aparecer manuales de urbanidad electrónica aplicables a
distintas redes sociales, también a Twitter.
Es cierto que
Twitter sólo tiene seis años de vida, pero sus 140 millones de usuarios
(8,5 millones en la versión española) y sus 340 millones de tuits
diarios permiten establecer un determinado tipo de comportamientos y a
partir de aquí elaborar ciertas reglas de netiqueta, aquí llamadas
tuiteretiquetas.
De hecho, basta entrar en las redes para
encontrar "Los 10 mandamientos para el correcto uso de Twitter", del
periodista digital Vadim Lavrusic, redactado ya hace dos años, o las "20
reglas de urbanidad en Twitter", del publicitario Manuel Carlos Teba,
por poner sólo dos ejemplos de propuestas en este sentido. Pero las
primeras normas, y no son pocas, las fija el propio Centro de Ayuda de
Twitter en la web de la red social. Estas que señalamos a continuación
son algunas de las más importantes:
1. No suplantación de
personalidad ni de marcas. El nombre del usuario no debe suplantar a
otras personas ni cuentas con nombres de empresas y/o logotipos que
lleven a confusión.
2. Ni información confidencial ni amenazas ni
promoción de actividades ilegales. La información difundida no puede
revelar datos privados de otras personas (números de tarjetas de
crédito, domicilios, documentos de identidad...). Tampoco podrán
divulgarse amenazas, ni palabras violentas, ni se podrán promocionar
actividades ilegales o difundir pornografía.
3. No podrán
cometerse abusos en las cuentas y envíos. La creación masiva de cuentas
podrá ser anulada (cuentas inactivas de más de seis meses pueden ser
eliminadas sin notificación). Tampoco se podrán importar direcciones
para invitaciones ni duplicar o vender direcciones.
4. No se
podrá mandar spam. Twitter llega a definir lo que considera trucos de
los spammers, como seguir un gran número de usuarios en poco tiempo.
En
muchos casos estas normas también son aplicables a las webs, blogs o a
Facebook, pues se refieren a los límites de la libertad de expresión.
Sin movernos de este terreno más externo, se considera de mala educación
interrumpir una reunión para contestar un tuit a través del móvil, o
hacerlo cuando se está comiendo con otra persona, a mitad de una
película, concierto u obra de teatro. Pero existen otras reglas que se
refieren estrictamente al ámbito de Twitter y que gozan ya de un cierto
consenso. He aquí algunas:
1. Es necesario un perfil profesional.
Se considera oportuno colocar una fotografía o caricatura. El huevo que
sale por defecto en la pantalla se debería evitar, pues indica dejadez o
inexperiencia. Aunque es casi obligado poner el nombre real y un mínimo
perfil profesional, se acepta el seudónimo cuando se trata de un perfil
satírico sin más, según opina Patrícia Ventura (@Dialalluna),
responsable de redes sociales de La Vanguardia. No es descabellado
citar en el perfil alguna afición o interés por temas que escapan a los
estrictamente profesionales. Es positivo tener un avatar personalizado e
ingenioso, porque se trata de tu imagen en la red.
2. Se admite
el tuteo pero no los gritos. Con 140 caracteres no hay espacio para las
galanterías. Se admite el trato directo de tú, lo practican incluso las
grandes corporaciones, en lugar del usted. Pero, en cambio, se considera
ofensivo hacer todo el texto en mayúsculas, es como hablar a gritos.
Sólo se admite hacerlo para destacar alguna palabra.
3. Ni faltas
de ortografía ni abreviaturas. A diferencia de los SMS, en Twitter, y a
pesar de la limitación de espacio, no están bien vistas las
abreviaciones, excepto algunas que están muy generalizadas. Por el
contrario, se considera oportuno acortar los enlaces. Del mismo modo, no
se aceptan las faltas de ortografía. La explicación podría encontrarse
en los estudios realizados entre los usuarios en Estados Unidos, que
indican que el 30% tiene titulación universitaria (la media del país es
del 19%). Se trata de personas con un nivel de estudios más elevado, por
ejemplo, que los usuarios de Facebook. El escritor José Antonio Millán (@librosybitios),
autor de Manual de urbanidad y buenas maneras en la red, diferencia
entre el SMS que se hace "deprisa y corriendo" y el tuit que "exige más
reposo y un lenguaje más articulado para confeccionar los mensajes".
4.
No es un sitio para chatear. A diferencia de otros espacios de la red
creados para chatear, este no es el principal objetivo de Twitter. Es
habitual decir que en Facebook se tienen amigos, mientras que en Twitter
hay seguidores, con los que se comparten intereses comunes e
información. En general, no interesa saber si alguien sale a comer,
excepto si es alguien interesante que nos revela quiénes son sus
contertulios. Como tampoco importa mucho que se lamente de la lluvia o
de lo mal que está el tráfico. Para decirlo a un amigo hay otros
sistemas de comunicación o el mensaje directo (privado), "aunque a veces
hay gente que parece ignorarlo", apunta Millán.
5. Control de
los seguidores. Si bien al principio se considera lógico seguir a todos
tus seguidores (followxfollow), cuando su número crece en exceso ya no
es indispensable, es más, no es recomendable tener una lista muy larga
porque difícilmente se puede leer y responder a un número tan elevado.
6.
Se deben agradecer las menciones y retuits. En principio se considera
adecuado dar las gracias a todo aquel que ha retuiteado un mensaje tuyo o
te ha citado. Y se considera más lógico hacerlo de forma abierta que no
en mensaje directo. Pero Millán opina que la mejor forma de agradecer
es retuitear o citar la fuente de donde proviene una idea, ya que "dar
las gracias no deja de ser una forma de meter ruido en el sistema".
7.
No promoverse a sí mismo en exceso. La comunidad puede cansarse de ver
que alguien sólo publica tuits sobre sus productos o servicios, aunque
todo depende del tipo de persona que sea y del interés de sus artículos y
entradas. Se da por supuesto que no deben enviarse tuits que no son
propios sin decirlo. En todo caso, si se añade un comentario propio debe
separarse del retuit.
8. Twitter es interactuar. La red es como
la vida misma, dice Patrícia Ventura. El que sólo hace monólogos, el que
se atribuye informaciones sin citar la fuente, acaba desprestigiado.
Uno sigue a quien tiene algo que ofrecer. Otro especialista en redes, el
periodista Juan Varela,
señala que entre las habilidades de los nuevos comunicadores está no
sólo el saber qué tenemos que contar, sino cómo queremos contarlo y a
quién. De lo que se trata, dice, es de "socializar los contenidos".
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