Decía hace unos años Felipe González que los expresidentes de gobierno son como los jarrones chinos; resultan muy decorativos, pero nadie sabe dónde colocarlos para que no molesten. Quizá por ello, la mayor parte de los países establecen una generosa pensión para recompensar a sus antiguos mandatarios por los servicios prestados, mientras que ellos encuentran una ocupación con la que entretenerse el resto de sus vidas.
Ese entretenimiento suele venir en forma de publicación de libros, conferencias o asientos en consejos de administración de grandes empresas. Estas actividades generan unos ingresos que sumados a sus pensiones suelen superar con creces lo que cobraban cuando ostentaban el poder, según nos cuenta la bitácora especializada en economía y finanzas “El blog salmón”.
Volviendo a Felipe González, tras abandonar la presidencia del Gobierno español en 1996, fue diputado durante siete años más, cargo por el que cobraba un salario de 4.000 euros al mes. En 2001 fundó la empresa Ialcon, dedicada a asesorar a empresas. Sus beneficios superan el millón y medio de euros. Como conferenciante tiene un caché de entre 22.000 y 30.000 euros por charla y como consejero de Gas Natural Fenosa cobra alrededor de 126.500 euros anuales. Por si esto fuera poco, también se dedica a esculpir y diseñar joyas. Un par de pendientes cuesta 6.000 euros.
El pasado año, José María Aznar, sucesor de González, percibió una pensión de alrededor de 80.000 euros brutos, a la que sumó 167.883 euros como consejero de News Corporation, la empresa del magnate de comunicación Rupert Murdoch. También obtiene ingresos como profesor en la Universidad de Georgetown (EE UU) y el Instituto Tecnológico de Monterrey (México). Ha publicado tres libros, por los que se embolsó 600.000 euros. Además, imparte conferencias y cobra alrededor de 36.000 euros por un discurso de una hora y media. Tras fichar por Endesa, ingresará alrededor de 200.000 euros anuales más.
El futuro de Zapatero
Es posible que el recién estrenado expresidente José Luis Rodríguez Zapatero aún no haya decidido en qué empleará todo el tiempo libre del que dispondrá a partir de ahora. Con la asignación vitalicia que le corresponde por haber presidido el Gobierno y los 150.000 euros que percibirá si decide incorporarse al Consejo de Estado, no tiene por qué preocuparse por su futuro. No obstante, es más que probable que en los próximos meses lo veamos subido al carro de las conferencias y los fichajes millonarios.
Fuera de nuestras fronteras, los casos más conocidos son los del expresidente estadounidense Bill Clinton y el ex primer ministro británico Tony Blair. Según la revista Forbes, Clinton ha ganado más de 28,5 millones de euros solo con los discursos que ha pronunciado desde que abandonó el cargo en 2001, a lo que se suman una pensión de jubilación de unos 115.000 euros anuales y los ingresos percibidos por los libros que ha publicado durante estos años.
Los ingresos de Tony Blair, en cambio, son algo más modestos. Según la BBC, cobra una pensión de algo más de 91.500 euros anuales, la mitad del sueldo que le correspondía cuando estaba en activo. Además, cuenta con otros 120.000 euros para mantener su oficina, chofer y escolta. Cobra un mínimo de 107.000 euros por conferencia.
La nota discordante en esta lista la pone el presidente boliviano, Evo Morales. En junio de 2007 envió un proyecto de ley al Congreso Nacional para eliminar los sueldos vitalicios de ex mandatarios y vicepresidentes. Morales asegura que cuando termine su mandato volverá a dedicarse a la agricultura y no desea cobrar ningún sueldo extra. Mucho nos tememos que el resto de sus homólogos no están por la labor de seguir su ejemplo.
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