Mientras que Nokia pasa por un mal momento, como demostraron sus cuentas del Q2, sus vecinos suecos de Ericsson viven un momento mucho más dulce.
Las cuentas del fabricante sueco de equipos de telecomunicaciones correspondientes al segundo trimestre de su año fiscal han reportado amplios beneficios aunque menos de lo previsto por los analistas de todas formas.
La causa, los costes que ha debido soportar la compañía durante este trimestre por la reducción de plantilla que ha llevado a cabo, que han supuesto un desembolso de 184 millones de euros al que ha tenido que hacer frente la empresa.
Eso ha contrarrestado el buen comportamiento de las ventas, que han crecido un 14% en el Q2 de 2011 en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Según el fabricante sueco, la explosión en el tráfico de datos, gracias a que los usuarios utilizan cada vez más smartphones y tabletas, es la responsable de este incremento de ventas y de la dinamización de la telefonía en general.
Y los buenos resultados llegan a pesar del impacto que tuvo en el negocio el terremoto de Japón. “Nuestra cadena de suministro se recuperó más rápido que lo previsto y los tiempos de elaboración para nuestros productos están siendo restaurados gradualmente a niveles normales”, ha señalado Ericsson a este respecto, según recoge El Economista.
Silicon News
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