Thomas Bidegain es un guionista francés que supo saborear el champán del éxito en Cannes, pero advierte que, además de la alfombra roja, las estrellas y los paparazzi, el festival de cine más prestigioso del planeta tiene un lado menos glamoroso, más angustiante.
"Lo más agradable en Cannes es ser guionista. Cuando eres productor o distribuidor, la presión es tan enorme que te vuelves loco", le explica Bidegain a BBC Mundo, recordando las vicisitudes de sus dos trabajos anteriores.Esa presión la pautan miles de hombres y mujeres de negocios que llegan cada año a la famosa ciudad de la Costa Azul francesa para vender, comprar o promocionar películas, a un ritmo frenético paralelo al festival.
Se le conoce como el Marché du Film, el mercado más grande dedicado al séptimo arte, donde posiblemente se decide en estas horas qué película usted podrá ver pronto en el cine de su barrio o en la televisión de su hogar.
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"Muy eufórico"
Para este año estaba prevista la llegada al mercado de Cannes de cerca de 10.000 participantes desde un centenar de países diferentes, incluidos varios latinoamericanos.Son compradores, vendedores, agentes o distribuidores y se espera que mientras dura el festival, entre el 11 y el 22 de mayo, firmen contratos por cientos de millones de dólares.
"El Marché du Film es el mayor evento en la industria internacional del cine", señala la página en internet del mercado.
Se estima que un total de 4.240 filmes serán presentados para las negociaciones este año, algunos de ellos apenas en etapa de proyecto.
"Todo el mundo del cine está en esta pequeña ciudad durante diez días", relata Bidegain. "Entonces Cannes se vuelve muy eufórico, porque puedes encontrar dinero chino para hacer una película en Estados Unidos".
"Es una energía de locura", agrega, "la verdad es que se duerme muy poco en Cannes".
Buena parte de los que llegan son productores, gente que hace películas y necesita un plan para sacarlas al mercado.
Entonces salen a buscar empresas internacionales de ventas que, a su vez, buscan distribuidores que aseguren que el filme se vea en diferentes partes del globo, en pantalla grande, chica o DVD.
"US$3 millones en dos días"
Caroline Bonmarchand es una productora que participa actualmente en el Marché du Film en Cannes y busca apoyo para una película israelí.Su jornada laboral comienza a las diez de la mañana: entrevistas con distribuidores, vendedores, cadenas de televisión, agentes financieros, bancos… Después viene el almuerzo y luego hay más entrevistas,
En medio de esa vorágine, Bonmarchand procura hacerse el tiempo mínimo para algo elemental en Cannes. "Trato de ver por lo menos una película por día", comenta.
La gran mayoría de las películas que se negocian en Cannes están fuera de la selección oficial del festival, pero el hecho de que un largometraje entre en esa lista es considerado una bendición para su futuro comercial.
Bonmarchand recuerda que la anterior película que produjo, "Copacabana", de Marc Fitoussi, "explotó" el año pasado cuando entró a la Semana de la Crítica, la sección paralela del festival dedicada a descubrir talentos jóvenes.
"Se vendió muy bien, pese a que era una comedia francesa y no imaginábamos que iba a tener éxito en el mercado internacional", dice.
Thomas Bidegain fue el guionista de "Un profeta", una película de Jacques Audiard que en 2009 ganó el Gran Premio del Jurado, el segundo galardón más prestigioso de Cannes.
La compañía a cargo de las ventas internacionales de "Un profeta" había invertido cerca de US$3 millones, lo que implicaba un riesgo grande, y dos días después de haber entrado en Cannes el filme ya daba ganancias, recuerda Bidegain.
"Puedes ganar US$3 millones en dos días. En una tarde, una película puede ser famosa: eso únicamente (sucede) en Cannes", concluye.
"Nada mal"
Creado en 1959, el Marché du Film ha retenido a través del tiempo su liderazgo en la industria del cine, a pesar de que otros eventos en Toronto, Los Ángeles, Berlín y Venecia han buscado plantearse como alternativas.Muchos, comenzando por Jérôme Paillard, director ejecutivo del mercado de Cannes, creen que el secreto de este éxito es la "sinergia" que se produce cada año entre el festival y su contraparte de negocios.
"Los Ángeles es un gran mercado pero no hay el glamour de una competición, de subir las escaleras rojas y todo eso", señala Bidegain. "Venecia es una competición, pero no tiene mercado. Y en Toronto hay unos premios, pero no una competición con una selección oficial".
Además, agrega, la política francesa de promoción de un cine de calidad tiene bastante que ver con el prestigio que Cannes ha adquirido a lo largo del tiempo.
Sin embargo, el Marché du Film enfrenta hoy el desafío de mantener su brillo con un mercado cambiante, el impacto de internet en la industria del cine y una baja significativa en los precios de venta.
Si el mercado de este año lograra un volumen total de ventas de US$800 millones, como han estimado los organizadores, se aproximaría al registro de 2008, antes de la crisis financiera global.
Pero aún así, estaría por debajo del volumen de ventas que el mercado solía tener en los mejores tiempos, hasta 20% superior.
Sin embargo, Bidegain recuerda que el mercado tiene otro atractivo particular para la gente del cine en plena primavera boreal, aún con todo su ritmo estresante: "Es en la Riviera, que no está nada mal", explica.
BBC Mundo
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