Si bien se conocen las causas de la filtración, que pusieron en jaque al gobierno del país más poderoso del mundo, apenas se conocen los entramados de la filtración más importante de la historia, Wikileaks.
Las presiones que algunos periodistas del The Guardian tuvieron que ejercer sobre Julian Assange para convencerle de que colaborara con la prensa tradicional, la motivación real del soldado Manning, el responsable de la filtración de los documentos o el debate ético generado en torno a lo que se podía y no publicar, son algunos de los temas que no se conocían y que se desvelan en Wikileaks, un relato trepidante sobre cómo se fraguó la mayor filtración de la historia, de David Leigh y Luke Harding.
El libro ha sido presentado hoy en Madrid y ahonda en estos detalles que son imprescindibles para entender el proceso y al responsable de su consecución, el controvertido Julian Assange, a quien se describe como una persona “difícil, volátil y arrogante”.
Los autores del libro presentado hoy son dos periodistas del diario británico The Guardian, David Leigh, editor de investigación y Luke Harding, corresponsal en Moscú. Leigh ha sido encargado de presentar el libro y responder las preguntas de los periodistas allí reunidos. Es una figura muy importante que conoce muy bien al fundador de Wikileaks; acogió a Assange en su propia casa cuando éste era perseguido por la CIA.
La filtración de los cables de la diplomacia estadounidense corrió presuntamente a manos de Bradley Manning, soldado del ejército estadounidense de 23 años. Si bien no se conoce la motivación específica que le llevó a entregar tan importante información a Assange, ni si hubo presiones por parte de este último para ello, Leigh conoce los datos que pueden ayudar a tejer el perfil del joven soldado.
“Mannig tenía una ideología hacker, que principalmente se basa en los pilares de una información libre y el ataque a los gobiernos a favor de la información libre”, ha asegurado Leigh.
La justicia norteamericana trata de buscar ahora posibles relaciones entre Manning y Assange para presentar cargos de conspiración, pero Assange se mantiene en silencio. Las informaciones que se mencionan en el libro hablan de que fue el soldado quien contactó con el fundador de Wikileaks, actualmente en prisión, recibiendo, según Leigh, “un trato muy duro”.
No obstante, el periodista británico considera que la investigación va por mal camino. “Los periodistas y editores como Assange deben poder publicar información libremente”, afirma. El caso de Manning es diferente, ya que es sometido a otra legislación por ser soldado.
El periodista de The Guardian se siente orgulloso de formar parte del núcleo de personas que tuvieron acceso a los cables. Tras todo un verano descifrando y leyendo los documentos filtrados, se encontró con un debate ético. ¿Ha de publicarse absolutamente todo? “Julian no estaba de acuerdo con nuestra negativa de publicar los nombres de los informantes. Para él eran colaboradores del Gobierno de los EE.UU. y merecían ser asesinados”, ha afirmado.
Con respecto a la acción del grupo Anonymous, que cerraron durante horas las webs de las empresas que no prestaban sus servicios a Wikileaks por presiones gubiernamentales, Leigh subraya el valor simbólico de tales acciones. “El ataque fue simbólico, más que real, pero realmente fascinante”, asevera.
El libro presentado, se ha presentado ya con gran éxito en el Reino Unido y está en proceso de traducción a 10 idiomas. Steven Spielberg ha adquirido los derechos para trasladarlo a la gran pantalla.
Silicon News
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