Activistas informáticos, frikis de los ordenadores, modificadores de hardware y rebeldes del código abierto, pero también curiosos, estudiosos de lo digital, músicos... y desde luego hackers, muchos hackers. Son los variopintos participantes de la vigesimoséptima edición del Chaos Communication Congress (27C3, del 27 al 30 de diciembre) que organiza cada año en Berlín el Chaos Computer Club (CCC), célebre asociación de hackers alemana que se autodefine como una "comunidad galáctica de seres de todas las edades, género, origen o posición social" cuyos objetivos son entre otros, la libre circulación de la información, la neutralidad de la red, la protección de la privacidad y el derecho a comunicarse sin censuras. El CCC proporciona un foro de información y comunicación entre estos seres y la opinión pública. Es por ello que en esta edición de la mano del veterano Rop Gonggrijp, que abre el congreso, insisten ya desde el principio que lo quieren es sacar a la luz las deficiencias y los abusos especialmente en temas de privacidad, control y vigilancia, recolección de datos y restrición de las libertades individiuales, que se preocupan y ocupan del ciudadano de a pié allí, en la complejidad tecnológica donde él no puede defenderse. En definitiva que vienen en son de paz.
"Esperamos entre 3000 y 4000 personas" comenta Constanze Kurz, oficina de prensa del CCC "y porque más no caben". El congreso se ha convertido en un punto de encuentro cada vez estimado por la comunidad hacker, por lo que este año se ha realizado por primera vez una venta anticipada de entradas, para evitar que la gente viajara hasta Berlín y se quedara sin poder entrar. A fecha de 6 de diciembre estaban vendidos todos las bonos para los cuatro días, quedando solo la posibilidad de asistir a un día concreto o a las sesiones de madrugada.
Más de 100 conferencias y talleres prácticos se reparten a lo largo de los cuatro días que dura el congreso. Desde contendidos altamente técnicos imposibles de aclarar en pocas palabras a temas de calado social como copyright vs. libertades, pasando por métodos para fomentar la creatividad en la educación usando ingeniería robótica, a la construcción de un generador de sonidos, la creación de arte y belleza más allá de las "blikenlights", intervenciones relámpago para los que necesiten sus 4 minutos de atención y llegando incluso a una aportación sobre psicología cognitiva para hackers.
Pero no todo se queda aquí. Un canal de streaming en directo se encargará de que todas estas actividades que sucederán en el centro de congresos de Berlin (BCC) se puedan seguir desde cualquier punto del globo. Y para los que esto les sabe a poco y quieren involucrarse activamente pero no pueden trasladarse hasta la capital alemana o se hayan quedado sin entradas, existen las misiones de paz (Peace Missions) repartidas por todo el mundo que paralelizan el congreso con la organización de puntos desde los que participar a través de la red, dándole una dimensión descentralizada muy a tono con sus principios, como no podía ser menos.
El Pais
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