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2010/12/18

Por favor, no estudien la muerte de Mozart

Es absurdo seguir intentando descubrir de qué murió Mozart. Según un estudio publicado en la revista British Medical Journal, hasta la fecha se le han atribuido al compositor austriaco nada menos que 140 causas de muerte y 27 enfermedades mentales y, según el autor de la investigación, Lucien Karhausen, las posibilidades siguen siendo infinitas. Por esta razón, se trata de una total pérdida de tiempo.
Que una revista prestigiosa como el BMJ dedique sus páginas a un asunto en apariencia tan peregrino no es casualidad. Lo hace desde hace más de 30 años en sus dos números Especial Navidad, que publica en diciembre y que ha difundido investigaciones que, si bien tienen en común una temática divertida, son estudios tan rigurosos como los publicados en las ediciones convencionales. Estas investigaciones siguen la llamada revisión por pares, que garantiza la veracidad de la conclusión, según explicó a Público Tony Delamothe, el redactor jefe de los números especiales de este año. Para Delamothe, el estudio de Mozart es uno de sus favoritos de la edición de 2010, aunque comparte pódium con aquel que desmonta el mito danés de que el alcohol se absorbe por los pies, o el que afirma que se puede averiguar la especialidad de un médico por la forma de aparcar su coche.
El editor británico recuerda también sus estudios navideños favoritos de todos los tiempos: el que, en 2008, demostró un riesgo de salud para los amantes de la música heavy que mueven la cabeza al son de sus canciones favoritas, por posibles lesiones en el cuello, y otro de 2005, que demostraba científicamente que las cucharillas que se llevan al trabajo desaparecen, con independencia de su valor.

Los seis estudios más llamtivos

01 - Las bicicletas más ligeras no ayudan a llegar antes
al trabajo

Un anestesista del Chesterfield Royal Hospital (Reino Unido) decidió retomar su costumbre juvenil de utilizar la bicicleta como medio de transporte principal, por lo que adquirió una para recorrer los casi 22 kilómetros que le separaban de su hospital. En un principio, optó por una típica bicicleta con el cuadro de acero, que adquirió por 50 libras de segunda mano. Pero, después de seis meses, empezó a elucubrar con la idea de ahorrar algo de tiempo (una hora y 48 minutos de media, ida y vuelta).
Una bici más moderna
Como cuenta el médico en el estudio publicado en el BMJ, a la hora de buscar la bicicleta sustituta más adecuada, observó que, al contrario que en la medicina, no existía un ciclismo basado en la evidencia así que opto por adquirir una bicicleta con el cuadro de carbono, que le costó 20 veces más (mil libras) pero que, a cambio, pesaba cuatro kilos menos.
Para su sorpresa, el nuevo velocípedo le llevó al trabajo en sólo 43 minutos, lo que le hizo aparcar la vieja bicicleta en el garaje hasta que un pinchazo le llevó de vuelta a la vieja. Su sorpresa fue que, ese día, tardó 44 minutos en llegar al hospital. Para averiguar si el escaso minuto de diferencia había sido casual o, realmente, sesenta segundos costaban 950 libras, el anestesista decidió hacer un estudio, registrando los tiempos en 15 viajes con cada bicicleta. La conclusión: el carbono no supone más rapidez para el ciclista.
02 - Los pelirrojos no sangran más que los rubios o los morenos
Según cuentan los autores del estudio Rojo de peligro: los efectos del pelo rojo en la práctica quirúrgica -publicado en el BMJ-, tanto los cirujanos como los anestesistas que operan a un pelirrojo lo hacen con cierta inquietud, ya que existe la creencia de que sangran en exceso, tienen el umbral del dolor muy bajo y tienen tendencia a desarrollar hernias.
Puesto que este color de pelo es más común en Reino Unido que en otros países, no es de extrañar que fueran cirujanos galeses los que se decidieran a sentar, de una vez por todas, las bases científicas de esta creencia médica, que habían localizado en varios informes, aunque casi siempre de forma anecdótica y no en forma de estudio serio.
Análisis en Google
Para ello, utilizaron el buscador Google, en el que escribieron los términos "pelirrojo", "dolor" y "cirugía", analizando todos los trabajos que aparecían. Los autores encontraron dos estudios sobre hemorragias en pelirrojos tras una extracción de amígdalas y los resultados eran claros: no había diferencias. Lo que sí vieron es que los pelirrojos requerían de más anestesia, pero ello no implicaba un mayor riesgo a la hora de someterse a una operación. Con respecto a las hernias, tampoco se encontró ningún estudio que demostrara una mayor incidencia, aunque sí "ciertos indicios, difíciles de probar". Por lo tanto, el veredicto es claro: máxima tranquilidad a la hora de operar a un paciente con el pelo rojo.
03 - Los lápices de IKEA, los preferidos por los cirujanos
No se sabe si la moda se habrá extendido a España pero en Reino Unido, la nueva estrella de la cirugía maxilofacial no es un complejo instrumento de última generación, sino algo al alcance de cualquier visitante de una tienda IKEA: los lápices que se ofrecen para apuntar los productos que se adquieren más tarde en el almacén.
Observación personal
Al contrario que otros trabajos de la edición de Navidad del BMJ, el artículo sobre el lápiz de IKEA no está revisado por otro especialista; se trata de la observación personal de dos cirujanos máxilofacilaes del Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) que descubrieron que cada vez era más común ver en el quirófano estos pequeños lápices, cuyo robo durante una visita a la popular cadena está asumido como una práctica normal, escriben. Para demostrarlo, los autores refieren al grupo de Facebook Red de apoyo al robo de lápices de IKEA, con casi 55.000 miembros.
Los autores sugieren que, dado lo común de esta práctica y el mal estado financiero del NHS, el lápiz de la popular tienda sueca es una excelente opción para que los cirujanos marquen las zonas que han de operarse. El único inconveniente es que, tras muchas esterilizaciones, ni siquiera estos lápices resisten. Los autores han conseguido solventar el problema, envolviéndolos en silicona, por lo que se animan a sugerir a los dueños de IKEA que les ahorren la labor.
04 - Dime cómo conduces y te diré cuál es tu especialidad médica
El momento de elegir la especialidad es crítico para la mayoría de los estudiantes de Medicina, que se preguntan si tomarán la decisión correcta y, sobre todo, si serán los mejores en la especialidad por la que finalmente opten. Investigadores del Ulster Hospital (Reino Unido) consideran que la personalidad puede estar relacionada con la elección más adecuada y que ciertas aptitudes personales pueden suponer que un médico es el más indicado para una determinada especialidad.
Más de cien médicos
Por esta razón, los autores analizaron la forma de aparcar de 103 especialistas y observar si había similitudes entre los que pertenecían al mismo gremio. Si su hipótesis se confirmaba, reflexionan en el BMJ, se podría dejar de lado el equivalente al MIR de Reino Unido (quién sabe, incluso, si se podría exportar a otros países) y desarrollar un nuevo sistema útil y barato para guiar a los recién licenciados en Medicina.
Los especialistas observados eran anestesistas, internistas, radiólogos y cirujanos y los autores del estudio registraron el tiempo que tardaban en aparcar el coche desde que encontraban un sitio libro. Tras un mes, los investigadores comprobaron que, en efecto, la especialidad marcaba la diferencia y que esta era independiente, además, del sexo del médico analizado. Los cirujanos resultaron ser los más rápidos, seguidos por los anestesistas, los radiólogos y los internistas.
05 - Sumergir los pies en un barreño con alcohol no emborracha
No es una creencia extendida en España pero, según el estudio que publica el BMJ, existe una leyenda urbana en Dinamarca que afirma que es posible emborracharse sumergiendo los pies en bebidas alcohólicas. De hecho, añaden los autores del trabajo -del Hillerød Hospital-, también se piensa que si los pies se sumergen en zumo de remolacha, la orina se vuelve roja. Si esto fuera real, comentan los endocrinos daneses que firman el estudio, implicaría que el alcohol pasa a la circulación a través de la piel, lo que tendría importantes implicaciones. Por esta razón, decidieron investigarlo en un contexto científico y diseñaron en un estudio que bautizaron como Paz en la tierra.
Sin adicciones
Los participantes fueron tres adultos sanos (los autores), sin problemas hepáticos ni adicciones a la bebida u otras drogas. Durante 24 horas, se abstuvieron de beber ningún tipo de alcohol y, la noche antes del experimento, se pasaron la piedra pómez por los pies para retirar la piel muerta. El día del estudio, se hicieron un análisis de sangre, cuyos resultados compararon con los del test posterior al experimento.
La prueba consistió en meter los pies en un barreño con tres botellas de vodka, de casi 40 grados de graduación, durante tres horas. La sangre se analizaba en busca de etanol cada media hora y no se detectó. Conclusión: la leyenda urbana es, como su propio nombre indica, una leyenda.
06 - El príncipe hizo bien en enamorarse de la Bella Durmiente
Si alguien se pregunta por qué el príncipe protagonista del cuento La bella durmiente se enamoró de una muchacha que llevaba cien años dormida, la ciencia tiene ahora la respuesta. Investigadores del prestigioso Instituto Karolinska (sí, el mismo que decide los Premios Nobel de Medicina) decidieron analizar si las personas con privación de sueño eran percibidas como menos saludables y atractivas y más cansadas que las que tenían un sueño normal.
Para ello, escogieron a 23 adultos sanos a los que fotografiaron en dos circunstancias: tras una noche normal (ocho horas) de sueño y sin dormir (cuando llevaban 31 horas despiertos después de una noche de sueño reducido). Las fotografías se mostraron a 65 observadores independientes que debían puntuar de uno a cien a los sujetos de las imágenes según tres parámetros: el grado de cansancio, de atractivo y de salud. Las fotografías se proyectaban en orden
aleatorio.
Confirmación de la hipótesis
En efecto, los individuos privados de sueño fueron calificados como menos saludables, menos atractivos y más cansados que las mismas personas tras haber dormido. Según concluyen los autores de la investigación, esto sugiere que los humanos son sensibles a los signos faciales relacionados con el sueño, lo que tiene implicaciones en los juicios y comportamientos.

Publico

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