Los cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks no sólo están sacando a la luz informaciones de las relaciones entre los gobiernos, sino también de las administraciones con las empresas, incluidas las tecnológicas.
Así, el fabricante de procesadores Intel, se habría convertido también en protagonista de estas revelaciones. En concreto, la compañía americana habría mantenido un conflicto con la administración rusa que habría sido recogido en un cable de la Embajada de Moscú del 3 de noviembre de 2009.
En el documento se relata la presión de Intel al gobierno de Rusia para permitirles importar hardware con kits de desarrollo encriptado destinado a sus más de 1.000 ingenieros en al país.
En principio Rusia, con duras restricciones para estos equipos con datos encriptados, se opuso, pero Intel amenazó con trasladar su centro de Investigación y Desarrollo sito en el país a otro territorio como India o China y despedir a sus más de 200 ingenieros.
Finalmente, las aguas habrían vuelto a su cauce tras una reunión entre Craig Barrett, CEO actual de Intel y Dimitry Medvedev, presidente de la Federación Rusa, según habría confirmado el propio portavoz de Intel, Chuck Mulloy.
Parece que las buenas argumentaciones de Intel y el interés de la administración soviética por las investigaciones de la firma americana, pudieron más que la férrea legislación del país.
La publicación de este cable, le supone a Wikileaks crearse otro enemigo dentro de las compañías TIC americanas. Amazon y Paypal ya han hecho su particular veto a la organización de Assange y se rumorea que Twitter también podría estar limitando de alguna manera los hilos de conversación sobre la plataforma sueca.
Silicon News
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