El algoritmo de las búsquedas en Internet de Google es el equivalente tecnológico de la fórmula de Coca-Cola: la joya de la corona de los secretos corporativos.
Sin embargo, la presión crece sobre Google para que revele parte de su funcionamiento interno a medida que los reguladores europeos investigan las quejas de que el motor de búsqueda de la firma discrimina injustamente a ciertos sitios.
El caso muestra el escrutinio al que está sometida la influencia de Google en Internet y podría sentar las bases para el tipo de batalla regulatoria a largo plazo que afrontaron en el pasado gigantes tecnológicos como Microsoft.
El mayor motor de búsquedas del mundo intentará mantener apartada a la Comisión Europea -considerada por muchos como uno de los organismos más estrictos del mundo- del algoritmo de clasificación, que es la pieza clave de su negocio.
"Es difícil imaginarse que eso no vaya a llevar a un punto muerto en cuanto a lo lejos que puede llegar Google, en cuanto a abrir el acceso a sus ingredientes secretos, que es la base de su existencia", dijo Martin Olausson, de la firma de investigación Strategy Analytics.
Si determina que Google abusó de su posición en el mercado de búsquedas, la Comisión Europea podría ordenarle que modifique sus prácticas de búsqueda, como proporcionar más transparencia sobre su algoritmo, o enfrentarse a una multa de hasta un 10 por ciento de sus ingresos anuales.
Google se ha enfrentado a críticas en el pasado referentes a que su tecnología para determinar qué sitios aparecen más arriba en los resultados de búsqueda es un misterio.
A medida que crece y comienza a proporcionar su propio contenido web, han aumentado también las demandas para una mayor transparencia en su algoritmo de búsqueda.
La Comisión Europea reforzó la presión sobre la compañía este mes cuando abrió una investigación formal sobre las acusaciones de que había abusado de su posición dominante en el mercado de búsquedas.
Además de la acusación de que Google equiparaba sus algoritmos con las clasificaciones de rivales menores, sus críticos dicen que promocionó injustamente sus propios servicios, forzó a los anunciantes a aceptar acuerdos de exclusividad e impidió a compañías transferir datos publicitarios a otras plataformas online.
"La queja es a menudo que hay demasiado en juego. El alegato es que Google es hoy demasiado poderoso", dijo Greg Sterling, uno de los editores del blog Search Engine Land.
Google se suma a otros gigantes tecnológicos, como Apple, Intel y Microsoft, cuyas prácticas de negocio se han puesto bajo la lupa en Europa.
Microsoft, que fue multado con 2200 millones de dólares en una larga batalla legal, acordó dar a los consumidores europeos un mejor acceso a los buscadores de Internet en Windows y mejorar la interoperabilidad con sus productos.
Gigante en el Viejo Continente. La situación es particularmente difícil en Europa, donde Google controla el 77 por ciento del mercado de búsquedas, según la firma de análisis de la industria ComScore.
Este mes, la UE confirmó que recibió dos quejas sobre las prácticas de búsqueda de Google de las autoridades de la competencia alemana. La compañía ha dicho que intenta cooperar con la investigación, pero aclaró que desea mantener su algoritmo de búsqueda a buen recaudo.
Aunque la compañía proporciona ciertas guías sobre sus algoritmos para ayudar a los editores de las web a asegurar que sus sitios aparecen correctamente clasificados, los cientos de "factores de ranking" específicos que usa para dar prioridad a unas páginas sobre otras, y el peso que le da a esos factores, sigue siendo un misterio que alimenta la especulación.
"Proporcionamos más guías a los sitios que ningún otro motor, y estamos explorando constantemente nuevas formas de ser más transparentes con los webmasters sobre nuestros principios de clasificación", dijo el portavoz de Google Adam Kovacevich en un correo electrónico.
"Pero revelar los detalles exactos sólo ayudará a quienes difunden spam, hará el motor de búsqueda menos útil y dañará a los usuarios", agregó.
Foundem, uno de los que se ha quejado ante la UE, ha dicho que no pretende obtener los detalles de algoritmo de Google.
En su lugar, dijo en searchneutrality.org que quiere que el buscador sea más transparente respecto a por qué da más prioridad a unos sitios que a otros, y quiere además que Google tenga un método para que las páginas que se sienten penalizadas puedan decirlo.
Foundem pertenece a ICOMP , un grupo de comercio online que ha recibido financiación de Microsoft. Otro de los demandantes en el caso ante la UE, la página alemana de comparación de precios Ciao, es propiedad de Microsoft.
La Nacion
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