Fuente: Pueblo en Linea.
Investigadores de la Universidad de Chile constataron que los andrógenos (esteroides sexuales de predominio masculino) permiten regular la Hormona Antimulleriana (AMH), la cual juega un rol preponderante en el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP).
Este descubrimiento puede ayudar a prevenir esta enfermedad que padece 10 de las mujeres en edad reproductiva, al actuar durante el embarazo para impedir la reprogramación fetal, un readecuamiento fisiológico ante un estímulo precoz durante un periodo sensible del desarrollo fetal, con consecuencias en la vida adulta.
El investigador principal del estudio, Nicolás Crisosto, aseguró que en la literatura médica no se había descrito este vínculo.
Durante el trabajo científico se utilizaron dos modelos experimentales, uno en vaca y el otro en humano, lo cual permitió analizar la fisiología de la AMH, relacionada con el número y tamaño de los folículos disponibles en el ovario, un aspecto que se ve alterado en el SOP.
"Cuando los folículos son pequeños los andrógenos inhiben la producción de AMH, lo que favorece su crecimiento. En cambio, al actuar sobre folículos de mayor tamaño, los andrógenos estimulan la síntesis de AMH, inhibiendo la selección folicular con lo que se impide la ovulación, por lo tanto, la AMH cumple una función dual", resaltó Crisosto.
Las mujeres con este síndrome presentan un aumento de la masa folicular, debido al incremento de andrógenos.
El problema está en que son estos mismos folículos son los que fomentan la producción de andrógenos, perpetuando el problema y haciendo que en la etapa reproductiva la mujer no pueda ovular y, en consecuencia, embarazarse.
"La vaca es el modelo de estudio más apropiado porque tiene un sistema reproductivo muy parecido al de la mujer, y además es el único mamífero que padece SOP", señaló la doctora Teresa Sir, quien dirige el Laboratorio de Endocrinología y Metabolismo de la Facultad de Medicina.
El estudio, que se llevó a cabo con ovarios de mujeres sometidas a cirugías, permitió determinar que los andrógenos controlan en forma directa a la AMH, lo cual es un hallazgo que tiene importantes consecuencias clínicas, añadió.
Los especialistas estudiron a mujeres con SOP que esperan fetos femeninos, a quienes se les suministró metformina, un fármaco que tiene efectos antiandrogénicos, con el fin de reducirles los niveles de andrógenos, sobre todo durante el último trimestre del embarazo.
"Las niñas que nacen de madres con SOP suelen tener la AMH alta, al tiempo que sus ovarios presentan una masa folicular aumentada. Esto se debería a que fueron expuestas "in útero" a un exceso de andrógenos. Nuestra idea es intervenir durante el embarazo para evitar que estas niñas nazcan con ovarios grandes", indicó Crisosto.
Resultados preliminares indican que la metformina produce un cambio significativo, tanto en las mujeres que llegan a presentar un nivel de andrógenos cercano al normal durante el embarazo, como en las recién nacidas.
"Las menores con AMH alta al nacer probablemente mantienen esa condición durante toda su vida. Así, cuando llegan a la adolescencia comienzan a manifestar los síntomas propios del SOP, (como) hirsutismo, irregularidad menstrual y acné, situación que se ve agravada si la joven es obesa y no hace ejercicio", explica el profesor.
Por lo tanto, la reprogramación a la que se expone el feto durante el embarazo sería crucial y las medidas generales, incluido el control del peso corporal de la madre, son fundamentales.
La metformina puede cortar el círculo vicioso que lo perpetúa en las nuevas generaciones, sin embargo los médicos señalaron que el uso de esta sustancia en mujeres con el síndrome durante el embarazo aún no ha sido totalmente aceptado por la comunidad científica.
"El SOP está determinado por factores genéticos y ambientales, por eso, para atacar este síndrome y otras patologías metabólicas hay que prevenir y actuar en forma precoz, no en la etapa escolar o en la adolescencia, sino durante el embarazo", explicó Teresa Sir.
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