El ser vivo más viejo del planeta, con más de 200 millones de años de existencia, es una pequeña gamba que vive en una reserva natural de Caerlaverock, en el sur de Escocia, según un estudio de la Universidad de Glasgow. Científicos de este centro académico han encontrado dos colonias de esta gamba, cuyo nombre científico es Triops cancriformis, que según las evidencias fósiles se ha mantenido invariable en su forma desde la época en la que los dinosaurios dominaban la Tierra.
Lo extraordinario de esta gamba, que no supera los 10 centímetros de longitud, es que ha sobrevivido tres grandes extinciones de especies desde la era Jurásica y que tiene un ciclo vital especial. Vive en piscinas temporales de agua dulce en las que depositan sus huevos y mueren cuando la reserva de agua se evapora. Los huevos permanecen aletargados hasta que los depósitos vuelven a llenarse, repitiendo el ciclo de manera constante en condiciones normales.
En un comunicado, los investigadores explicaron que encontraron esta extraña especie después de recoger unas muestras de barro, que se secaron y fueron rehidratadas en tanques de cristal en un laboratorio para su posterior observación científica. Dos semanas después, Elaine Benzies, una estudiante de la Universidad se dio cuenta de que había una gamba nadando en el agua. "No me esperaba encontrarla, porque lo único que estaba haciendo era comprobar la temperatura del agua y la luz. Fue fantástico ver a todos los miembros del laboratorio mirando con curiosidad en el acuario a este superviviente del pasado", declaró la estudiante.
Lo extraordinario de esta gamba, que no supera los 10 centímetros de longitud, es que ha sobrevivido tres grandes extinciones de especies desde la era Jurásica y que tiene un ciclo vital especial. Vive en piscinas temporales de agua dulce en las que depositan sus huevos y mueren cuando la reserva de agua se evapora. Los huevos permanecen aletargados hasta que los depósitos vuelven a llenarse, repitiendo el ciclo de manera constante en condiciones normales.
En un comunicado, los investigadores explicaron que encontraron esta extraña especie después de recoger unas muestras de barro, que se secaron y fueron rehidratadas en tanques de cristal en un laboratorio para su posterior observación científica. Dos semanas después, Elaine Benzies, una estudiante de la Universidad se dio cuenta de que había una gamba nadando en el agua. "No me esperaba encontrarla, porque lo único que estaba haciendo era comprobar la temperatura del agua y la luz. Fue fantástico ver a todos los miembros del laboratorio mirando con curiosidad en el acuario a este superviviente del pasado", declaró la estudiante.
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