La gran prensa logró movilizar a la ciudadanía para que se relajasen las bases de la ley de control de los medios de comunicación que prepara el Gobierno de Berlusconi. Pero el nuevo texto aún mantiene medidas de censura para la información digital y los italianos ya se manifiestan en contra.
Los italianos se volvieron a concentrar en la plaza Montecitorio de Roma para pedir a los políticos que reabran el debate sobre esta regulación y reconsideren la censura única a la que se quiere someter a los blogs, a los que se quiere diferenciar del resto de medios, que ya han logrado sus cambios en la ley. Con este fin, recogieron nuevas firmas para alcanzar las 250.000 tras sumarlas a las de la multitudinaria manifestación del 1 de julio.
En concreto, la Ley Mordaza dice en su sección exclusiva para Internet que es obligatorio que cualquier bloguero elimine o rectifique una noticia o artículo que pueda contener información incorrecta en un plazo de 48 horas. Si no lo hace, se podría exponer a sanciones de hasta 12.500 euros.
Uno de los múltiples canales de protesta, la agrupación MAVAFFANCULP, explica que esta ley obliga a todos los blogs a renunciar a tratar cualquier tema sobre el que pueda haber un potente grupo de abogados detrás o, directamente, a cerrar para no entrar en asuntos polémicos.
Todo esto, teniendo en cuenta que la mayoría de los blogs son espacios personales dirigidos por gente no profesional que no obtiene ningún beneficio económico. Tampoco aclara la ley qué ocurre si hay un pequeño error de fecha o de nombre.
Berlusconi y su equipo ya se creen capacitados para abordar técnicamente este asunto. Sin embargo, no hay garantías de que vayan a hacer un uso correcto de esta legislación. De hecho, el historial político italiano no anima a confiar.
Si la libertad de expresión está en peligro por la 'Ley Mordaza', en una situación incluso peor se encuentra la libertad de información, debido a la alta concentración de medios en pocos propietarios, con el presidente a la cabeza. Esta estructura de comunicación permite la censura previa mediante la selección de contenidos de modo que los temas molestos quedan ocultos y no llegan a la opinión pública.
Internet, por su naturaleza, es la herramienta idónea para escapar a este tipo de censura, porque cualquiera puede crear su voz y difundir su opinión. Pero si se combina con la censura tradicional, como podría ocurrir en Italia, esta guerra comenzará a perderse en un país de los considerados democráticos.
Los italianos se volvieron a concentrar en la plaza Montecitorio de Roma para pedir a los políticos que reabran el debate sobre esta regulación y reconsideren la censura única a la que se quiere someter a los blogs, a los que se quiere diferenciar del resto de medios, que ya han logrado sus cambios en la ley. Con este fin, recogieron nuevas firmas para alcanzar las 250.000 tras sumarlas a las de la multitudinaria manifestación del 1 de julio.
En concreto, la Ley Mordaza dice en su sección exclusiva para Internet que es obligatorio que cualquier bloguero elimine o rectifique una noticia o artículo que pueda contener información incorrecta en un plazo de 48 horas. Si no lo hace, se podría exponer a sanciones de hasta 12.500 euros.
Uno de los múltiples canales de protesta, la agrupación MAVAFFANCULP, explica que esta ley obliga a todos los blogs a renunciar a tratar cualquier tema sobre el que pueda haber un potente grupo de abogados detrás o, directamente, a cerrar para no entrar en asuntos polémicos.
Todo esto, teniendo en cuenta que la mayoría de los blogs son espacios personales dirigidos por gente no profesional que no obtiene ningún beneficio económico. Tampoco aclara la ley qué ocurre si hay un pequeño error de fecha o de nombre.
Privacidad por ley o censura previa
El argumento expuesto por el Gobierno gira en torno a la privacidad: Al controlar el contenido de vídeo en Internet, dicen, podrán evitar la publicación de material ofensivo para los ciudadanos, así como luchar contra la mafia. Sería una medida precisa para casos como el que de la denuncia a Google por la publicación en YouTube de un vídeo en el que varios menores de edad agredían a un compañero. La red de vídeo lo retiró en el preciso momento en el que recibió la reclamación pero el juez interpretó que, por un lado, obtienen un beneficio económico de esa actividad y, por otro, la tecnología avanza con la suficiente velocidad como para poder incluir controles más estrictos "antes o después".Berlusconi y su equipo ya se creen capacitados para abordar técnicamente este asunto. Sin embargo, no hay garantías de que vayan a hacer un uso correcto de esta legislación. De hecho, el historial político italiano no anima a confiar.
Si la libertad de expresión está en peligro por la 'Ley Mordaza', en una situación incluso peor se encuentra la libertad de información, debido a la alta concentración de medios en pocos propietarios, con el presidente a la cabeza. Esta estructura de comunicación permite la censura previa mediante la selección de contenidos de modo que los temas molestos quedan ocultos y no llegan a la opinión pública.
Internet, por su naturaleza, es la herramienta idónea para escapar a este tipo de censura, porque cualquiera puede crear su voz y difundir su opinión. Pero si se combina con la censura tradicional, como podría ocurrir en Italia, esta guerra comenzará a perderse en un país de los considerados democráticos.
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