La “figura oscura del crimen” no es una figura de capa y espada que se escabulle por un callejón en la noche; no, la figura oscura es un término que usan los estadísticos para describir los delitos que no se denuncian. ¿Y qué tiene que ver Twitter en las investigaciones policiales?
Los criminólogos llevan años peleándose con esa figura oscura, y aunque las investigaciones de los técnicos policiales en social media hace poco tiempo que existen, la posibilidad de comparar los datos oficiales con los aportados por los usuarios a tiempo real podrían cambiar el modo de investigar los delitos.
Nuestra autora invitada Laura Madison es co-fundadora de la Asociación Canadiense de Policía en Social Media. En las próximas semanas publicará los resultados de un estudio sobre el uso de Twitter por parte de la policía norteamericana y británica. Sus cuentas de Twitter son @org9 y @canadianpolice.
Los delitos denunciados por víctimas, como un robo, por ejemplo, sólo son un porcentaje de lo que realmente sucede en nuestras comunidades. ¿Cómo lo sabemos? Utilizamos lo que se conoce como estudio social. Algunas de las preguntas del estudio podrían ser: “¿Ha sido víctima de un robo en los últimos cinco años?” y “¿Lo denunció a la policía?”. A continuación examinamos los delitos denunciados oficialmente que tengan que ver con robos, y comparamos esos datos con los resultados del estudio social.
Todo esto es muy interesante, pero ¿qué tiene que ver con social media, anotaciones, metadatos y tweets patrocinados de Twitter? Para mí, como socióloga en Twitter, existe un interesantísimo potencial para que cualquiera, desde gobiernos hasta ONGs utilicen la potencia de la tecnología a tiempo real para lanzar hipótesis, diseñar, realizar y finalmente utilizar los resultados de analíticas.
Si un buen diseño para un estudio se define como “el análisis de datos de manera que se intenten combinar la relevancia respecto a la finalidad de la investigación con la economía del procedimiento”, la nueva plataforma promocional de Twitter no sólo sigue este principio, sino que hace avanzar el potencial de resultados para investigaciones rápidas y con distinción geográfica sobre prácticamente cualquier tema.
Posibilidades para agencias de policía
Como criminóloga, creo saber bastante sobre cómo se pueden aprovechar los social media en mi campo y en el campo de la ciencia policial. Podemos estudiar las actitudes con respecto a los delitos, el miedo a éstos, las leyendas urbanas, el pánico moral, las leyes, la legislación, los servicios policiales, el impacto para las víctimas, la reforma de las sentencias, y la justicia reconstituyente. Podemos examinar los estudios de social media y compararlos con los índices oficiales de delitos y estudios sociales de los gobiernos, los informes y la investigación y análisis de los expertos.
Podemos, efectivamente, investigar cuestiones como el botón del pánico de Facebook y otras aplicaciones de social media diseñadas para la detección de agresores sexuales, y, sobre todo, podemos obtener respuestas de quienes utilizan actualmente los social media.
Las agencias de policía, por ejemplo, podrían usar sus presupuestos anuales para comunicaciones para adquirir un cierto número de tweets patrocinados para, por ejemplo, alertar al público sobre una persona en búsqueda y captura, o solicitar información de la población de un lugar concreto. Podrían usar encuestas para medir el rendimiento, las impresiones entre la población, la satisfacción y las reformas. Después, cuando usen datos asociados para analíticas internas y para ilustrar lo que yo denomino “cadenas de resonancia” de usuario a usuario que muestren adónde han ido sus tweets y quién los ha retwiteado, y organice esta información para poder hacer más planes de forma proactiva.
Quien esté interesado puede ver este proceso en acción en @vpdcanada, @trafficservices y @deputysloly; otra buena fuente de información policial en social media es @cops2point0.
Ahora que ya hemos tratado todos los aspectos positivos, vamos a examinar algunos problemas que quizá se deban solucionar para que lo que he descrito anteriormente pueda hacerse realidad. También voy a exponer algunas de mis ideas para el desarrollo de aplicaciones.
Lo primero es la privacidad, en el sentido de que una aplicación que podamos crear recogerá datos relevantes tales como edad, ubicación, nivel de formación académica, etc., pero ocultaría la información identificativa asignando un código numérico a quienes deseasen contribuir en investigaciones sociológicas.
En segundo lugar, una política de investigación éticamente aceptable comienza por establecer un acuerdo claro y justo entre el investigador o la agencia y el encuestado, que deje claras las responsabilidades de ambos. Los investigadores profesionales y las agencias podrían solicitar una descarga de responsabilidad antes de realizar la investigación. Podríamos crear una aplicación para todo tipo de descargas de responsabilidad legales y de investigación que se pudiese usar en los social media, ¿no es así?
En tercer lugar, las muestras escogidas al azar son un requisito en muchos diseños experimentales. ¿Cómo podemos hacer esto en Twitter? Quizá esto se pueda lograr creando una aplicación capaz de tomar muestras al azar o eligiendo al azar a los participantes voluntarios.
En cuarto lugar, no todo aquel que desee adquirir tweets patrocinados sabe diseñar una promoción eficaz en 140 caracteres, así que, ¿cómo podemos ayudar? De nuevo, podemos crear una aplicación o una guía de editor/estilo simple que complemente lo que ya pueda existir para Twitter.
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