Después de hacer el servicio militar en los años '80 en una comunidad rural de Nicaragua donde la electricidad brillaba por su ausencia, Vladimir Delagneau volvió a la capital con una idea en mente: llevar la corriente eléctrica a todos aquellos pueblos que carecían de ella.
Hoy, doce años más tarde, Delagneau no sólo ha logrado iluminar más de 40.000 hogares rurales con tecnología solar, sino que también, el proyecto que lleva adelante su empresa Tecnosol, ha sido seleccionado finalista a los Premios Ashden de Energía Renovable 2010, que se entregan en Londres, Inglaterra.Este galardón -por el que compiten compañías de Brasil, India, África Subsahariana, Kenia y Vietnam- premia los esfuerzos de las empresas por buscar soluciones energéticas alternativas que contribuyan a frenar el cambio climático y a aliviar la situación de los más pobres.
La labor de Tecnosol en Nicaragua ha beneficiado hasta el momento a más de 240.000 personas y ha conseguido un ahorro anual de 26.000 toneladas de dióxido de carbono.
Cambio de vida
Alrededor del 46% de la población de Nicaragua vive en zonas rurales. De este porcentaje, casi el 75% no está conectado a la red eléctrica.No obstante, acercar la tecnología solar al campo no fue fácil, explica Delagneau, sobre todo porque hace doce años la gente no estaba familiarizada con ella.
"Pero cuando comenzaron a ver los beneficios que traía, se empezaron a entusiasmar", dice el empresario.
Antes de la llegada de los paneles solares, la gran mayoría iluminaba su casa con lámparas de queroseno. Éstas son más baratas que las velas, pero generan problemas respiratorios y de contaminación.
Sus limitaciones son tan evidentes como los beneficios que aporta la luz eléctrica.
"Al tener energía eléctrica del sol ellos pueden tener una mejor calidad de vida", dice Delagneau.
"Pueden ver televisión, escuchar las noticias, los niños pueden ver programas infantiles, y en general, la gente puede dedicarse a otras actividades por la noche que antes no hacían", agrega.
Por otra parte, le energía eléctrica les permitió a los pobladores de las zonas rurales iniciar pequeños negocios, como abrir tiendas donde se venden gaseosas frías, helados o incluso carne.
También sirvió para abrir centros de salud en zonas que no contaban con asistencia médica.
"La energía solar sirve para alimentar a las refrigeradoras donde se conservan las vacunas, se usa para pequeños equipos médicos y para las lámparas de cuello de cisne, que son las que se utilizan en las labores de parto", señala Delagneau.
Para todos los gustos
Otro obstáculo para desarrollar proyectos de energía solar -y quizá el más importante- además de la falta de confianza en en esta tecnología, es su costo. Si mucha gente opta por el candil en vez de las velas por falta de dinero, ¿cómo es posible entonces que puedan invertir en tecnología solar?"La energía solar se puede acomodar a la condición económica de cada uno", responde Delagneau. "Un sistema pequeño, el que se usa básicamente en los hogares, cuesta cerca de US$300", añade.
Esta suma de dinero alcanza para instalar un sistema de 25 watts, suficiente como para dos bombillos, un televisor pequeño y una radio.
Si se quiere incluir un refrigerador, el costo sube a US$1.500. "Para ello necesitas un panel de 200 watts o dos de 100 watts".
Para sortear el problema económico y garantizar el acceso a las personas de menos recursos, Tecnosol creó alianzas con distintas microfinancieras de la zona que le prestan efectivo a aquellos interesados en instalar paneles solares. "Algunos devuelven el dinero en pequeñas cuotas, otros con parte de sus cosechas", le dice Delagneau a BBC Mundo.
Ahora, sólo resta esperar al 1º de julio, cuando se anunciará el ganador de la competencia (en la que participan ) que recibirá el premio de mano del naturalista británico David Attenborough.
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