Las remesas fueron una de las víctimas principales de la crisis financiera mundial de 2009, pero este año la tendencia negativa podría revertirse, según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El flujo de dinero hacia América Latina se estabilizó, sobre todo por la recuperación del empleo en países receptores de migrantes como Estados Unidos, dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno."Se ha llegado a un punto de inflexión, con lo que se espera un período de crecimiento en este año 2010", dijo durante el foro Remesaméricas, organizado por el Banco.
Pero la recuperación de remesas no significa que alcancen los niveles de años anteriores.
De acuerdo con el BID, el flujo de remesas a América Latina aumentaría 1% durante este año.
El factor Arizona
Un elemento adicional son los factores políticos.El gobernador del banco central de México, Agustín Cartens, dijo que enmiendas legales como la autorizada recientemente en Arizona puede afectar a las remesas.
"Las políticas migratorias de Estados Unidos tenderán a ser más selectivas, estrictas, y la tendencia seguramente modificará el fenómeno de las remesas familiares".
Este nuevo elemento agrava la crisis laboral de los mexicanos que residen en Estados Unidos.
El año pasado, según el Departamento del Trabajo de ese país, el desempleo entre migrantes hispanos en ese país fue de 12,7%. Más de un millón de mexicanos fueron despedidos.
La consecuencia fueron menos remesas a sus países de origen.
De acuerdo con el BID, en 2009 el envío de divisas a familias latinoamericanas bajó 15% en promedio, aunque algunos países registraron caídas mayores como Brasil, que tuvo pérdidas de 34%.
La otra cara del dólar
Pero la recuperación económica en algunos países ha tenido un efecto inesperado en las remesas.Por ejemplo la moneda mexicana, el peso, se ha apreciado con respecto a la cotización del dólar, lo cual significa que los envíos desde Estados Unidos -donde vive más del 90% de los mexicanos residentes en el extranjero- tengan menor capacidad de compra.
Bancos privados como BBV Bancomer han dicho que las remesas podrían perder hasta 9% de su valor al cambiarse a pesos.
El mayor impacto del nuevo tipo de cambio sería en zonas marginadas del país, reconocen autoridades mexicanas.
Instituciones académicas como el Colegio de la Frontera advierten que la mejoría económica estadounidense no basta para compensar el efecto de la reciente crisis financiera.
En el primer trimestre de 2010 los envíos de dólares a familias mexicanas bajaron 11.98% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del BID.
El ingreso de remesas fue de sólo US$4.819 millones.
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