Una tortura china. Casi de esta forma podríamos definir la situación vivida por once hombres durante un largo experimento cuyo objetivo era estudiar los cambios metabólicos que sufren los astronautas en el espacio para poder mejorar sus condiciones en próximos viajes. Todos los detalles de la historia los encontramos en el blog de Josete. Ocurrió en 1986 y el responsable del programa fue el cosmonauta y médico Boris Morukov, del Centro de Investigación de Problemas Biomédicos de la Agencia Espacial Rusa.
Para simular las condiciones de ingravidez y reposo que se viven en los viajes fuera de la Tierra, Morukov decidió que los once hombres que previamente había seleccionado para su particular experimento, debían pasar las 24 horas de 370 días, acostados de forma permanente y obligatoria en once camas que sólo tenían una mínima inclinación de seis grados en la cabecera. Parece que era la forma más adecuada según él (y barata, añadimos nosotros), de que el cuerpo humano produjera menos glóbulos rojos y el corazón funcionase a menor potencia, como en un viaje extraterrestre.
A pesar de las recompensas (condecoraciones, un coche para cada uno y la siempre honrosa contribución a la ciencia), pasar año y pico sin hacer absolutamente nada, realizando todas las necesidades fisiológicas en esta posición horizontal y sometiéndose a toda clase de pruebas, generó en estos voluntarios un altísimo nivel de estrés que no pocas veces terminó en fuertes peleas y que obligó a mantenerlos separados en grupos durante un buen periodo de tiempo. Y no termino aquí su tortura; cada cuatro meses y casi al final del estudio, también fueron introducidos en una centrifugadora mientras yacían atados en sus camas, sometidos a ocho veces la fuerza de la gravedad que normalmente experimentarían en la Tierra, similar a la aceleración que se encontrarían al final de un vuelo espacial, cuando la nave entra de nuevo en la atmósfera de la Tierra.
No fue la única vez que un grupo de voluntarios se sometió a pruebas de vital importancia para el avance espacial de su país. El año pasado seis personas se encerraron en un centro de investigación de Moscú durante 105 días. El objetivo esta vez, permanecieron en un claustro de hacinamiento, dentro de unos tubos sellados herméticamente. Este año, también está previsto finalizar el proyecto "Marte 500", con un experimento de 520 días de aislamiento humano.
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