Fuente: 20minutos.
La panga es uno de los pescados más consumidos en España, y es una tendencia en aumento. Sus importaciones están creciendo en Europa a un ritmo del 60% anual desde 2004. Es un habitual en hogares, comedores infantiles y en hospitales.
Es lógico: no tiene espinas, no necesita una especial preparación, tiene pocas grasas y calorías, su carne blanca y jugosa que combina con todo suele gustar y sobre todo es muy barato.
El nombre científico de este pez de agua dulce es pangasius hypophthalmus y en su modalidad juvenil es un viejo conocido de los aficionados a los acuarios ornamentales.
Los ejemplares que llegan a la mesa proceden de granjas acuícolas asiáticas, principalmente vietnamitas, en las que hay más peces que agua. Que soporten tan bien la sobrepoblación unido al bajo coste de la mano de obra en Vietnam y el hecho de que lo suyo se parezca más a una granja de cría de pollos que a la pesca en alta mar explica en parte su bajo precio y su popularidad.
Pero el éxito arrollador de la panga está levantando ampollas.
Es sector español está en armas contra este pez. La trucha ha sido una de las grandes perjudicadas. También los pescados de mar de carne blanca, como la merluza.
Los titulares en los que los armadores se quejan de competencia desleal o se sostiene que este pez no cumple los suficientes controles sanitarios son cada vez más frecuentes.
La semana pasada los armadores gallegos pedían a la Xunta que no ser sirviera panga en colegios, hospitales y centros públicos.
La Xunta anunció a mediados de febrero que establecerá una línea de investigación sobre la seguridad del pez panga que se comercialice en Galicia y solicitará a las autoridades del Gobierno central que analicen el procedente de terceros países antes de su liberación al mercado gallego.
En julio, ante las repetidas denuncias de la Cooperativa de Armadores de Vigo y otras asociaciones del sector pesquero gallego, el periódico “El Correo Gallego” envió ocho muestras adquiridas en mercados de Vigo al laboratorio gallego Anfaco-Cecopesca. En seis se encontró la presencia del bacilo causante de la listeriosis y en una restos de la bacteria portadora del cólera.
La Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos de España (APROMAR) sostiene entre otras cosa que este pescado "no contiene en cantidades significativas aceites Omega 3 ni otros nutrientes esenciales que sí están presentes en los pescados tradicionalmente comercializados en España, tanto de acuicultura como de captura".
Y recientemente la OCU revisó recientemente 23 muestras de panga encontrando en ellos muestras de mercurio y pesticidas. Eso sí, siempre dentro de los límites legales (los niveles más altos hayados estaban en la mitad de lo permitido: 0,5 mg/kg). Aún así su recomendación es que el consumo de este pescado debería limitarse a una vez por semana.
Aunque la OCU reconocía en su informe que que el resto de peces que vemos en el mercado no es que estén precisamente impolutos. El atún, la caballa o el pez espada suelen estar entre los pescados más contaminados por el mercurio.
En la página web de Natural Resources Defense Council se puede consultar un listado con los pescados que tienen mayor o menor riesgo de estar contaminados con mercurio, así como cuales están en peligro de extinctión o se capturan usando métodos dañinos para el medio ambiente.
Pero lo cierto es que la panga no deja de llegar a España. En septiembre habían llegado 483.000 toneladas de panga al mercado español, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
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