El popular juego lleva seis semanas sin poder ser jugado en China, y sus desarrolladores esperan resolver los problemas que ha puesto el gobierno chino para que este título, muy popular en ese país, vuelva a poder estar accesible para los jugadores chinos.
Los problemas comenzaron cuando Blizzard Entertainment, la creadora del juego, cambió a un operador local para World of Warcraft en China, la empresa NetEase. Las nuevas operadoras deben solicitar los permisos del gobierno para poder dar servicio a estos juegos, y en China los responsables de este área han criticado algunos de los contenidos de la última entrega de WoW.
El juego ha sido modificado para pasar la revisión del gobierno chino, y ahora sus creadores esperan que cambios como la ausencia de esqueletos -que en la versión china tienen carne- puedan por fin satisfacer las exigencias de la censura china.
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