Fuente: ADN.
Las nanopartículas de oro, de un diámetro 10.000 veces inferior al grueso de un cabello, se inyectarían en el torrente sanguíneo del enfermo y, gracias a sus propiedades, se convertirían en fuentes de luz y calor dentro del cuerpo después de iluminarlas con un rayo láser.
La idea básica es que, si los investigadores son capaces de hacer que las nanopartículas se fijen selectivamente en las células afectadas de cáncer, podrían posteriormente calentarlas hasta destruir el tumor maligno.
Este método presentaría dos ventajas respecto a los existentes en la actualidad para tratar el cáncer, la radioterapia y la quimioterapia, ya que, a diferencia de ellos, solo destruiría las células malignas y no los tejidos sanos.
Quidant, que explicó en rueda de prensa que el método es "atractivo" pero todavía se encuentra en fase inicial de investigación, mostró los resultados obtenidos por científicos estadounidenses, que consiguieron destruir el tumor de un ratón tras 21 días de tratamiento láser sobre las nanopartículas de oro que habían sido introducidas previamente.
El joven investigador del ICFO señaló que todavía no se sabe si la terapia será efectiva en los hospitales, aunque mantienen conversaciones con oncólogos para explorar sus posibilidades, y fijó los dos principales problemas pendientes de la investigación en conseguir que las partículas de oro se fijen únicamente en las células cancerígenas, por un lado, y averiguar cómo se podrían eliminar las nanopartículas del cuerpo una vez utilizadas, por otro.
OTRAS APLICACIONES
El equipo de Quidant trabaja paralelamente en el desarrollo de un pequeño chip para detectar marcadores cancerígenos solo con una gota de sangre del paciente, y que podría estar listo a partir del próximo año, ya que se encuentra en una fase avanzada y únicamente falta integrar todos los sensores en un mismo producto final.
El chip permitiría hacer análisis "sin laboratorios", y sería especialmente útil en el caso de países en vías de desarrollo que no disponen de infraestructuras médicas avanzadas por ser "barato" y "transportable".
Este mecanismo detectaría los multiplicadores de células que se esconden detrás de cualquier tipo de cáncer, y si bien no sería capaz de indicar en qué zona del cuerpo humano se desarrollo el tumor, si sería una prueba adecuada para saber "si hay que ir a buscar más lejos".
La aplicación de las nanopartículas de oro, capaces de enviar señales luminosas desde dentro del cuerpo humano y mostrar alteraciones en caso de fijarse en su superficie moléculas específicas, también sería útil para detectar casos de dopaje en los deportistas, como el uso de esteroides.
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