Fuente: Libertad Digital.
Depresión en Ucrania. No hay otro término para poder calificar la contracción récord que ha experimentado la república ex soviética en los primeros meses de 2009. El colapso monetario y financiero que azota a las economías emergentes del Este de Europa, tal y como adelantó LD, se está materializando en un desplome económico sin precedentes. El PIB del país se ha derrumbado entre un 25% y un 30% en enero y febrero de 2009 con respecto al mismo período del pasado año.
El presidente de Ucrania, Viktor Yushchenko, abogó el martes por aprobar cuanto antes urgentes medidas económicas y políticas en un intento desesperado por afrontar la caída de la producción nacional. El objetivo del Gobierno es abrir el camino al Fondo Monetario Internacional (FMI) para poder recibir ayuda financiera cuanto antes. Mientras, la primera ministra, Yulia Tymoshenko, puso de relieve la profundidad de la crisis económica que sufre Ucrania, el país europeo más afectado por la contracción del crédito, informa la agencia Reuters.
El Gobierno trata de adaptarse a las exigencia del FMI, centrado en reducir el déficit público, para poder descongelar la concesión de un crédito por valor de 16.400 millones de dólares. En un primer avance, Ucrania recibió 4.500 millones el pasado otoño para tratar de estabilizar su frágil sistema financiero y monetario (su moneda se ha depreciado un 40% en un año). Ante este panorama Yushchenko instó al Gobierno a reducir el déficit a menos del 3% del PIB, pero Tymoshenko se negó a recortar el gasto o a subir las tarifas de los servicios públicos, insistiendo en que sería una carga demasiado pesada para los ciudadanos. Una pugna que evidencia la lucha política que vive el país.
El corte de suministro de gas por parte de Rusia al que se tuvo que enfrentar Ucrania en pleno invierno, sumado a la elevada dependencia del crédito exterior y el hundimiento del precio de sus exportaciones, sobre todo del acero, ha duplicado la tasa de paro del país desde el pasado otoño y ha disparado las protestas sociales en contra del Gobierno por todo el territorio. Además, la debilidad financiera ha provocado la retirada de casi un tercio de los depósitos bancarios, obligando a instaurar límites a la retirada de dinero (corralito financiero).
A ello, se suma que la exposición de la banca del centro de Europa a Ucrania asciende al 20% de sus activos, al igual que sucede con el resto de economías del Este, tal y como avanzó este periódico. La situación es extrema y crecen las dudas sobre la capacidad del Estado para salvar de la quiebra a las 180 entidades que operan en el país mediante la nacionalización bancaria. Islandia optó por nacionalizar su banca, cuyo tamaño multiplicaba por más de 10 el PIB nacional. Poco después quebró el propio país, y tuvo que solicitar ayuda urgente a los organismos internacionales.
"La reanudación de la cooperación con el FMI es crucial para apuntalar la confianza", según Alexander Valchyshen, analista jefe en un fondo de inversión de Kiev (capital de Ucrania), informa Financial Times. Tymoshenko ha solicitado un préstamo de hasta 5.000 millones de dólares a los países más ricos del planeta (ahora reunidos en Londres en la cumbre del G-20) para cubrir el déficit presupuestario.
La deuda pública de Hungría es basura
Pero Ucrania no es el único país en problemas. Letonia (14,4%) y Lituania (13,7%) lideran, junto a España, el paro de la UE, según los últimos datos de Eurostat. Asimismo, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's anunció el pasado lunes que ha reducido el "rating" a largo plazo de Hungría de 'BBB' a 'BBB-', mientras que evaluó las perspectivas para el futuro como "negativas". Es decir, que la calidad de su deuda pública es prácticamente basura (subprime) debido al elevado riesgo de impago. En octubre del año pasado, el país ex comunista recibió un crédito de emergencia del FMI y de la Unión Europea (UE) de 20.000 millones de euros para evitar el colapso de su sistema financiero, informa Efe.
Debido a la crisis y otras tensiones de política interna, el primer ministro, el socialista Ferenc Gyurcsány, presentó la semana pasada su dimisión y será sustituido por el economista independiente Gordon Bajnai. "La reducción de las calificaciones reflejan el deterioro continuado de los indicadores económicos y fiscales clave de Hungría", aseguró en un comunicado el analista crediticio de Standard & Poor's Kai Stukenbrock.
La agencia internacional estima que la economía de Hungría se contraerá este año un 6% y que en el año 2010 lo hará en otro 1%. Eso dificultará cumplir con los objetivos de déficit del 2,9% del Producto Interior Bruto (PIB) para el año 2009, especialmente después de la renuncia de Gyurcsány. "El programa del FMI y de la UE ofrece significante aunque no infinita asistencia para las finanzas del Gobierno", señala el informe de Standard & Poor's.
Rumanía también está en la UVI
Por último, Rumanía recibirá ayudas por unos 20.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) y otros organismos internacionales para evitar una posible bancarrota por la crisis financiera y económica mundial. Así lo anunció la pasada semana en rueda de prensa en Bucarest Jeffrey Franks, representante de la delegación del FMI que ha negociado con las autoridades locales este acuerdo.
Según lo pactado, el país balcánico, miembro de la UE desde 2007, deberá reformar sus políticas fiscales y limitar su déficit presupuestario este año a un 4,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), tras un déficit del 5 por ciento en 2008. La UE, por su parte, aportará al paquete unos 5.000 millones de euros en virtud de un acuerdo por cinco años, mientras que el Banco Mundial (BM) concederá otros 1.500 millones de euros. El paquete lo completarán otras instituciones internacionales, como el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD).
"Rumanía importa mucho más de lo que exporta. Esto no es un problema para un país, en general, mientras exista un flujo de capital suficiente para financiar el déficit. Pero a causa de las nuevas condiciones, no es tan fácil obtener liquidez", dijo Franks.
En todo caso, Hunya destacó que el déficit comercial y por cuenta corriente es "una gran preocupación" para ese país, que está previsto que se estanque este año después de crecer casi un 8% el año pasado. La depresión se adentra, pues, en Europa del Este.
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