El gobierno de Brasil afirmó este jueves que las informaciones confidenciales entre ministros no se hacen por correo electrónico y reconoció que existe el temor de que el espionaje estadounidense haya afectado informaciones estratégicas sobre las riquezas petroleras submarinas del país.
El ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, aclaró ante el Senado que las informaciones claves entre los ministros de Dilma Rousseff no son tratadas por correos electrónicos, citando al Gmail, de la empresa estadounidense Google.
"¿Enviar un e-mail secreto para un colega? Ni se te ocurra. ¿Enviar por el Gmail? Enseguida sale una copia para allá (por Estados Unidos, ndr)", dijo Bernardo, dando cuenta de la vulnerabilidad del país sobre cyberataques de espionaje como los denunciados por el ex espía Edward Snowden contra el gigante sudamericano.
En la misma línea y ante el Senado el miércoles se pronunció el minisro de Defensa, Celso Amorim, que indicó que las cosas importantes no las dice por correo electrónico porque "cuando oprimo un botón, la información debe llegar a Microsoft".
El ministro Bernardo admitió que la información sobre los mega yacimientos petroleros submarinos descubiertos en 2007 por la estatal Petrobras está en las prioridades a ser defendidas.
"Tenemos una preocupación enorme por la posibilidad de que salgan informaciones estratégicas, informaciones sobre los yacimientos, si bien Petrobras tiene gran seguridad, si se envían e-mails con esos datos, hay chances de ser interceptados", afirmó.
Según datos de Swnoden al diario O Globo, Brasilia fue hasta 2002 una central de espionaje montada por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos y la CIA.
Bernardo apuntó que Brasil pretende adoptar mejores sitemas de comunicaciones y se prepara la fabricación de un satélite para llevar banda ancha a todos los rincones del país.
Sobre es espionaje de Estados Unidos, comunicó que está convencido, tras haber sido asesorado por expertos, de que Estados Unidos tiene una colección de e-mails y conversaciones telefónicas interceptados ilegalmente en Brasil.
"Con certeza una parte de ese espionaje es comercial, industrial, formas de burlar la competencia económica", evaluó en palabras citadas por ANSA.
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