No ha pasado mucho tiempo desde que la futura consola de Microsoft se presentó pero incluso antes de que llegue a poder adquirirse desde Redmond ya nos están dando a conocer buenas noticias que tendrían que ver con la mejora de algunas de sus prestaciones, que superarían las especificaciones inicialmente difundidas. Esto ayudaría a mejorar la impresión que tuvimos cuando se desveló la esperada Xbox One con unas características quizá algo por debajo de lo que muchos esperaban.
En una decisión sin precedentes Microsoft revisaría las características técnicas de su nueva consola Xbox One para mejorarlas incluso antes de que llegue a las tiendas.
Algunas de las características que supusieron un jarro de agua fría sobre los interesados en dicha consola eran la obligatoriedad de tenerla permanentemente conectada a Internet para que mantuviese controles periódicos de seguridad, un sistema Kinect que casi a modo de Gran Hermano (el de la novela, no el concurso) estaría permanentemente vigilando lo que sucede frente a su cámara (incluso en la oscuridad) o limitaciones para utilizar juegos usados.
Pero por encima de todo estaban algunas de las característica del hardware que pese a que la consola se anuncia con un precio $100 superior a su mayor competidor, PlayStation4, quedaba técnicamente por debajo en algunos apartados. Tras un par de meses en los que habrán analizado desde Microsoft las reacciones al anuncio de Xbox One parece que han decidido adoptar una decisión inédita pero al mismo tiempo encomiable y beneficiosa para los futuros adquirentes de esta consola.
En primer lugar se anulará las restricciones relativas a la seguridad, DRM y juegos usados incluidos y queda por ver si con el tiempo que aún queda hasta el inicio de su venta (la campaña navideña parece lejana pero está a la vuelta de la esquina) en Microsoft van a acometer una fase adicional que sería aún más revolucionaria: modificar el hardware para incluir mejoras.
Esto sí que constituye una auténtica sorpresa por la complicación que supone introducir alteraciones en un producto que lleva tras de sí tanto tiempo de trabajo pero el motivo para hacerlo sería doble: justificar un precio de $500 y poder ser más competitivos con PS4. La velocidad del procesador gráfico podría verse aumentada all igual que la memoria DDRAM que de 8 Gb pasaría a tener 12 Gb. Además se estaría consultando a los desarrolladores qué otras mejoras creen que serían necesarias o convenientes.
Algunas fuentes incluso apuntan a que con el ánimo de conseguir una consola que plantase una batalla más encarnizada a la de Sony podría incluso suceder que el precio de venta sufriera un recorte en el momento de iniciarse su venta o incluso eliminarse la obligación del pago por Xbox Gold.
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