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2012/05/12

Nuevas tecnologías para educar mejor


Entre anunciados recortes, cambios de sistema y nuevas legislaciones, la calidad de la educación en España sigue poniéndose en entredicho. Son varios los expertos que abogan por las bondades que pueden ofrecer las nuevas tecnologías, siempre que se usen adecuadamente.
"La tecnología por sí misma no es la solución", indica Richard Gerver a ELMUNDO.ES. "Primero, hay que cambiar la forma de pensar, perder el miedo a transformarse para poder aprovechar sus beneficios", añade este experto británico, considerado uno de los principales pensadores sobre educación de todo el mundo.
En contra de lo que podría pensarse, la falta de medios no parece ser el principal lastre de la educación. Es verdad que no todas las escuelas o universidades pueden permitirse tener un iPad en clase, pero también es cierto que cada vez son más las aulas españolas que están informatizadas con ordenadores o incluso con tabletas.

"En los centros públicos se lanzó lo que se conoce como 'Escuela 2.0' que, entre otros, estableció la presencia de un netbook por estudiante. Sin embargo, los profesores no recibieron mucha formación y no se ha sacado todo el jugo", explica Meritxell Viñas, experta en las TIC aplicadas a la Educación y escritora del blog de TotemGuard, una empresa que trabaja para acercar la tecnología a los colegios españoles.
Como ella misma apunta, esta falta de formación específica de los educadores suele marcar la diferencia con los colegios privados. No es tanto el nivel de presencia tecnológica, que obviamente suele ser más alto en los centros de pago, sino el 'reciclaje' al que se someten los maestros. "Ninguna herramienta es la clave sino el uso que hagas de ésta".
Pero, los cambios de mentalidad nunca se antojan sencillos. "Los profesores tienen que admitir que los alumnos, en algunos casos, saben más que ellos y deben aprender a trabajar juntos", añade Viñas. Sin embargo, como matiza Richard Gerver, "muchos tienen miedo al cambio y no creen en los jóvenes. Prefieren controlarlos y no dejarlos crear". Precisamente esto "es lo que lleva a muchos gobiernos a usar la educación como si fuera algo político. No confían en la sociedad y creen que tienen que controlarlo todo".

No reinventar lo mismo

Otra de las claves de la educación del futuro pasa por implantar un modelo algo más 'liberal'. "La educación, tal y como sigue siendo en muchos países, sigue el modelo de la Revolución Industrial. Te educan para formar parte de un engranaje pero ahora lo que se necesita son pequeñas ideas, fomentar que los jóvenes sean más aventureros, que emprendan porque ya no hay seguridad en los modelos antiguos".
Se debe fomentar el emprendimiento pero también, agrega Gerver, la inteligencia emocional, la curiosidad, el interés por los retos y por el trabajo colaborativo. "Hay que apostar por una educación más activa y más interactiva", matiza.

Conscientes de que no todo es comprar y comprar tecnología, sino también fomentar un uso inteligente de la misma, los expertos no dudan en destacar los potenciales beneficios educativos de los dispositivos de última generación.
En este sentido, además de los ordenadores, Viñas destaca las bondades de las tabletas: "Lo más interesante es que funcionan con alumnos de 18 meses hasta con estudiantes de Medicina". Y son eficaces porque encajan con la mentalidad digital de ahora, con la mayor dinamicidad del aprendizaje y, sobre todo, porque resultan atractivas y divertidas. Con los niños, por ejemplo, funcionan mejor los libros digitales que los tradicionales.
"El aula tradicional, sin ordenadores, era un lugar solitario, en el que el profesor te mandaba callar todo el rato. Ahora se trata de propiciar la humanidad, la interacción y los sentidos", recalca Gerver. De hecho, muchas 'apps' para dispositivos inteligentes intentan explotar estos ejes básicos y llegan a los estudiantes de todas los edades (aplicaciones para aprender química, álgebra, dibujo, etc.).

Más allá de las cuatro paredes

La portabilidad de los dispositivos, así como la utilidad de las aplicaciones, motiva también que la clase se extienda fuera de las cuatro paredes. Ahora se puede hablar con los profesores o los alumnos por Internet, o acceder a los apuntes, que pueden estar 'colgados en la nube', o a los ejercicios dispuestos en una página web o en un blog.
Lejos de la idea de sentarse y aislarse delante de un ordenador, la nueva educación propicia la colaboración, el trabajo en grupo y la socialización. Pero para que esto sea así el contacto humano, no solamente vía digital, se torna esencial. Como en todo, la clave reside en el equilibrio.
Junto con este riesgo, Viñas apunta otros que hay que tener en cuenta: los alumnos suelen perder muy rápido la paciencia, "ya que están acostumbrados a la inmediatez de las tecnologías"; a veces hay problemas de copyright, "piensan que el contenido que encuentran en Internet es de todos y no hace falta citarlo"; y no se contrasta la veracidad de las fuentes consultadas, "creen que todo lo que leen, por ejemplo, en Wikipedia, es cierto".


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