¿Un entorno en el que los usuarios se mueren por que las marcas se comuniquen con ellos y se conviertan en sus amigas? Existe y se llama Habbo, una de las demostraciones de que las empresas tienen una vía – muy interesante – para acercarse a los consumidores utilizando los juegos sociales.
Habbo es una red social que permite a los usuarios, adolescentes prácticamente en su totalidad, interactuar en un entorno virtual que se inspira en un hotel. Los internautas pueden crear escenarios (desde una hamburguesería hasta la sala de un hospital) comprando muebles y elementos para mejorar su escenario y visitando a sus amigos. Como explicaban dos de sus directivas españolas esta mañana en Ficod, la feria de los contenidos digitales que se está celebrando en Madrid, los usuarios quieren y esperan que las marcas entren en este mundo virtual, porque se convertirán en un amigo más y además les permiten hacerse con bienes para sus escenarios.
Las empresas que entran en Habbo y conectan con los usuarios pueden ofrecerles furnis (la palaba que define a los muebles virtuales) decorados con el branding de la marca y que sirvan para difundir su producto. Es lo que hizo Cheetos, uno de los casos de éxito presentados esta mañana, que utilizó Habbo para dar a conocer entre su público objetivo la nueva imagen y la actualización de su mascota (más macarra) que acaban de realizar. Recrearon en una sala de Habbo su campaña televisiva, crearon un bot (un personaje programado que interactúa de forma limitada con los usuarios) que lanzaba frases relacionadas con el producto y entregaba ‘cibermuestras’ y diseñaron un furni de la marca, que daba al usuario una bolsa de Cheetos para comer en la sala (virtual, claro está) y que los jugadores se podían llevar a sus escenarios. El tráfico del blog de Cheetos subió, gracias a la campaña, un 20%.
Cheetos recuperó imagen frente a su público, pero otras empresas pueden directamente entrar a hablar con un segmento que se le está escapando. Durex, otro de los casos que se presentaron esta mañana, quería convertirse en prescriptor de ‘sexo seguro’ para los adolescentes. La compañía creó una sala disco, en la que los jugadores podían bailar y a la que invitó al cantante de Maldita Nerea, que habló con los adolescentes sobre su grupo y también sobre sexo seguro. Durex también estableció una sala de consulta, en la que una experta en sexo contestó a las dudas sobre la materia de los adolescentes.
Durex y Cheetos son ejemplos de marcas dispares que han usado Habbo como método para llegar al mercado, aunque no son las únicas. Chupa Chups o Kellogs también se han servido de la red social para interactuar de una forma diferente con sus compradores. Los clientes corporativos de Habbo están “muy satisfechos”, según explicaban sus directivas, con los resultados conseguidos. La publicidad en redes sociales es diferente, se presenta de un modo distinto y es definitivamente efectiva.
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