La utopía de reducir el riesgo cardiovascular en personas sanas con el consumo de un solo comprimido diario puede quedarse en eso, tras la publicación en la revista PLoS ONE del primer estudio que evalúa una polipíldora que combina en una única pastilla un diurético, un fármaco para la hipertensión, una estatina para el colesterol y aspirina. Aunque el trabajo, dirigido por Anthony Rodgers, del Instituto George para la Salud Global, ha demostrado que, efectivamente, la estrategia reduce el riesgo cardiovascular, la disminución ha sido menor (del 50% en lugar del 80%) de lo esperado por los propios autores.
Ellos mismos han reconocido la modestia de sus resultados se observaron también más efectos secundarios de lo esperado y concluyen que se espera que los beneficios "sean mayores en pacientes con alto riesgo" cardiaco, en lugar de los 378 participantes en el estudio, personas sanas con un riesgo estimado de un 7,5% de sufrir un evento de este tipo en cinco años.
La polipíldora como estrategia de prevención secundaria en personas que ya han sufrido una dolencia cardiaca es una realidad para el equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) que, bajo la dirección de Ginés Sanz, evalúa los efectos de una combinación similar a la de Rodgers (aunque con tres fármacos en lugar de cuatro) en dos estudios que se están llevando a cabo en España, Italia, Paraguay, Brasil y Argentina.
"Aunque soy totalmente favorable al concepto de polipíldora, no comulgo con su uso en prevención primaria", comentó el director del CNIC, Valentín Fuster, por teléfono desde Nueva York. Para este especialista, la polipíldora "no está justificada" en personas sanas. "La nuestra está diseñada para personas que están obligadas a tomar dichos medicamentos y lo que estamos evaluando es si esto les resulta más fácil que tomarlos por separado", concluyó Fuster, muy interesado en que "no se confundan" ambas polipíldoras.
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Ellos mismos han reconocido la modestia de sus resultados se observaron también más efectos secundarios de lo esperado y concluyen que se espera que los beneficios "sean mayores en pacientes con alto riesgo" cardiaco, en lugar de los 378 participantes en el estudio, personas sanas con un riesgo estimado de un 7,5% de sufrir un evento de este tipo en cinco años.
La polipíldora como estrategia de prevención secundaria en personas que ya han sufrido una dolencia cardiaca es una realidad para el equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) que, bajo la dirección de Ginés Sanz, evalúa los efectos de una combinación similar a la de Rodgers (aunque con tres fármacos en lugar de cuatro) en dos estudios que se están llevando a cabo en España, Italia, Paraguay, Brasil y Argentina.
"Aunque soy totalmente favorable al concepto de polipíldora, no comulgo con su uso en prevención primaria", comentó el director del CNIC, Valentín Fuster, por teléfono desde Nueva York. Para este especialista, la polipíldora "no está justificada" en personas sanas. "La nuestra está diseñada para personas que están obligadas a tomar dichos medicamentos y lo que estamos evaluando es si esto les resulta más fácil que tomarlos por separado", concluyó Fuster, muy interesado en que "no se confundan" ambas polipíldoras.
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