Fueron la revelación del 2010. Foursquare y Gowalla introdujeron los check-ins en las rutinas de los usuarios más geeks. Había que decir a cada momento en qué sitio se encontraba uno y recomendarlo para conseguir puntos o badges y convertirse así en el alcalde o la alcaldesa de cuántos más espacios mejor. El juego como estrategia de marketing.
Josh Williams, CEO de Gowalla, declaraba en mayo de hace un año que hablar de servicios de geolocalización en el móvil iba a ser redundante porque la posibilidad de saber dónde se encuentra el usuario iba a estar en todos los terminales
Hace unas semanas, en la conferencia Where 2.0 de San Francisco, dos investigadores hacían saltar la alarma de los medios y de las asociaciones a favor de la privacidad al revelar que los iPhone conservan un archivo en el que se registran los movimientos de su propietario. Ni era secreto ni era nuevo. Los usuarios acceden a que así sea -seguramente sin ser muy conscientes de ello- al aceptar los términos y condiciones de iTunes para poder usar su terminal. Unos días después, se sabía que Android, Windows Phone e incluso Tom Tom hacen lo mismo. Sin más. Las localizaciones son teóricamente anónimas y sirven para tener mejores servicios, dicen las compañías.
Aún así, los usuarios se siguen mostrando reticentes a decir dónde se encuentran. Según un estudio reciente de la agencia Beyond, realizado con más de 1.000 consumidores, los partidarios de publicar su localización son todavía pocos. Foursquare y Facebook Places suman sólo el 17% de la población móvil. Pero, curiosamente, la principal razón para no usar estas aplicaciones, según Beyond, es no disponer de un smartphone (50%). Las cuestiones de privacidad vienen después (48%).
La parte positiva del estudio es que más de la mitad (54%) de los que sí usan las apps y el 44% de los que todavía no las tienen instaladas dicen sentirse motivados por compartir su ubicación cuando se les ofrecen descuentos. Dave McClure, inversor y creador de la incubadora 500startups.com, ha insistido varias veces en que los servicios de geolocalización no serán masivos hasta que ofrezcan cupones o descuentos lo suficientemente atractivos.
Mark Walkins, CEO de Goby, un buscador de cosas que hacer, se pronunciaba hace unos días en el mismo sentido en la publicación ReadWriteWeb.com con un clamoroso: “2011, el año en el que murió el check-in”. No mataba directamente a Foursquare, Gowalla o Facebook Places, pero sí advertía que los servicios de geolocalización necesitan algo más que puntos y badges para triunfar “entre la gente normal”. En otras palabras, ser Mayor está bien, pero si con un check-in se consigue algo más, mejor.
La Vanguardia
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