Rusia celebró ayer su pasado como pionera espacial ensalzando la figura de Yuri Gagarin, el primer ser humano que viajó al cosmos hace 50 años. Los recuerdos de una Unión Soviética que dio sopas con honda a sus rivales estadounidenses durante años sirvieron a su presidente, Dimitri Medvedev, para intentar recuperar el liderazgo en el espacio que el país ha perdido tras décadas de desatención y recortes presupuestarios.
Medvedev anunció que Rusia seguirá invirtiendo fondos en el desarrollo de la industria espacial porque no quiere hacer perder los avances conseguidos en el sector desde los tiempos de la URSS, informó la agencia Ria Novosti.
"La astronáutica tiene un gran futuro. La humanidad ha invertido y seguirá invirtiendo sus recursos en el desarrollo del sector. En nombre de Rusia, quiero comprometer estas inversiones, porque el cosmos es una prioridad para nosotros", aseguró ayer el presidente durante una videoconferencia con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional que tuvo lugar en el centro de control de la ciudad de Korolev, a las afueras de Moscú. El enclave no podía ser más simbólico, pues lleva el nombre de Sergei Korolev, padre del programa espacial soviético que puso a la URSS a la cabeza de la exploración espacial con el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik, en 1957.
Rusia y muchos otros países celebraron la segunda gran gesta de Korolev y su pequeño gran hombre, Yuri Gagarin (medía 1,57 metros), que el 12 de abril de 1961 fue el primer humano en ascender al espacio, completar una vuelta a la Tierra y volver para contarlo.
Moscú celebró ayer medio siglo de su hazaña con 50 cañonazos y coronas de flores en su tumba en la muralla del Kremlin, en la Plaza Roja. Dentro del palacio, Medvedev nombró héroes de Rusia a tres cosmonautas de aquel país y condecoró a astronautas de otros 22 países con una medalla a los méritos en la exploración espacial.
Mientras, el pueblo celebraba el aniversario con desfiles de disfraces de cosmo-nauta en varias ciudades rusas y había planeadas Noches de Yuri, fiestas nocturnas en honor a Gagarin, en 70 países. En Londres, una de las ciudades a las que viajó el astronauta en 1961 ya convertido en estrella, se inaugurará en junio una estatua del cosmonauta en pleno Mall, la avenida que une el palacio de Buckingham con Trafalgar Square.
Perminov encarna las bondades y carencias del programa espacial ruso. Hace unos días celebró que el presupuesto de la agencia ha dejado de menguar este año y en 2011 ha triplicado los niveles de 2007, lo que le permitirá fortalecer programas futuros para volar a la Luna a finales de esta década y viajar a Marte en 2040. Pero el propio Kremlin ha dudado de la continuidad de Perminov después de que el cohete que debía culminar el despliegue del sistema de satélites Glonass, la alternativa rusa al GPS estadounidense, se estrellase el pasado diciembre.
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Medvedev anunció que Rusia seguirá invirtiendo fondos en el desarrollo de la industria espacial porque no quiere hacer perder los avances conseguidos en el sector desde los tiempos de la URSS, informó la agencia Ria Novosti.
"La astronáutica tiene un gran futuro. La humanidad ha invertido y seguirá invirtiendo sus recursos en el desarrollo del sector. En nombre de Rusia, quiero comprometer estas inversiones, porque el cosmos es una prioridad para nosotros", aseguró ayer el presidente durante una videoconferencia con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional que tuvo lugar en el centro de control de la ciudad de Korolev, a las afueras de Moscú. El enclave no podía ser más simbólico, pues lleva el nombre de Sergei Korolev, padre del programa espacial soviético que puso a la URSS a la cabeza de la exploración espacial con el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik, en 1957.
Rusia y muchos otros países celebraron la segunda gran gesta de Korolev y su pequeño gran hombre, Yuri Gagarin (medía 1,57 metros), que el 12 de abril de 1961 fue el primer humano en ascender al espacio, completar una vuelta a la Tierra y volver para contarlo.
Moscú celebró ayer medio siglo de su hazaña con 50 cañonazos y coronas de flores en su tumba en la muralla del Kremlin, en la Plaza Roja. Dentro del palacio, Medvedev nombró héroes de Rusia a tres cosmonautas de aquel país y condecoró a astronautas de otros 22 países con una medalla a los méritos en la exploración espacial.
Mientras, el pueblo celebraba el aniversario con desfiles de disfraces de cosmo-nauta en varias ciudades rusas y había planeadas Noches de Yuri, fiestas nocturnas en honor a Gagarin, en 70 países. En Londres, una de las ciudades a las que viajó el astronauta en 1961 ya convertido en estrella, se inaugurará en junio una estatua del cosmonauta en pleno Mall, la avenida que une el palacio de Buckingham con Trafalgar Square.
Futuro incierto
Medvedev dijo ayer que el viaje que Rusia proyecta a Marte es "una tarea fundamental" durante su visita al centro de control en Korolev acompañado por Anatoly Perminov, jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos.Perminov encarna las bondades y carencias del programa espacial ruso. Hace unos días celebró que el presupuesto de la agencia ha dejado de menguar este año y en 2011 ha triplicado los niveles de 2007, lo que le permitirá fortalecer programas futuros para volar a la Luna a finales de esta década y viajar a Marte en 2040. Pero el propio Kremlin ha dudado de la continuidad de Perminov después de que el cohete que debía culminar el despliegue del sistema de satélites Glonass, la alternativa rusa al GPS estadounidense, se estrellase el pasado diciembre.
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