La última excusa es que escribir en 140 caracteres no es fácil y que se tarda en aprender los entresijos del buen tuiteo. Pero Bill Gross lleva tiempo dándoles vueltas al tema. El año pasado, el emprendedor de Silicon Valley ideó una especie de AdSense para el TimeLine de Twitter. Pero la compañía creada por Jack Dorsey dejó claro que no le gustaba la idea.
En febrero, Gross volvió a llevarse chasco y bronca de la firma de los 140 caracteres por Twidroyd, una de las aplicaciones desarrolladas por su compañía, UberMedia, que junto a Echofon concentra el 11,5% de los tuits que se mandan a diario. Twitter le acusó de violar su política de uso y desactivó el programa de forma temporal. Más tarde, le obligó a cambiar el nombre de la aplicación UberTwitter por UberSocial. Desde entonces, las relaciones entre las dos firmas son, cuando menos, tirantes.
Y es que, al parecer, a Twitter no le interesa que los desarrolladores trabajen en aplicaciones que “dupliquen” las funciones del sitio de microblogging y prefiere que se concentren en crear mashups (aplicaciones híbridas) que presenten los datos de forma diferente, por ejemplo.
También en febrero, Techcrunch reveló que UberMedia estaba negociando quedarse con TweetDeck -la cuarta aplicación más usada para tuitear-, que permite a los usuarios abrir una cuenta diferente de la de Twitter para postear en Deck.ly, un servicio que posibilita mandar mensajes de más de 140 caracteres. Pero, según la CNN, el trato no está cerrado.
Aún así, la cadena subraya que si la relación con Twitter se tensa todavía más, el plan B de UberMedia podría ser desarrollar una aplicación que le haga la competencia. No lo tiene fácil. Los experimentos con redes sociales no le han salido bien ni a Google últimamente. A principios de abril, Twitter contaba con unos 200 millones de usuarios registrados que mandan unos 155 millones de tuits al día.
La Vanguardia
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