El Tevatron, que fue durante años el acelerador de partículas más potente del mundo, se resiste a morir en el olvido. Apenas cinco meses antes de que el Gobierno de EEUU lo apague para siempre debido a la crisis económica, los investigadores que aún trabajan en este experimento han encontrado evidencias de una nueva partícula cuya existencia es imposible según las teorías físicas actuales.
Podría ser sólo un error de cálculo, pero también una versión "alternativa" del famoso bosón de Higgs que nadie había predicho hasta ahora y que abriría la puerta a un mundo inexplorado por la física.
Según la teoría actual, conocida como modelo estándar, el llamado bosón de Higgs aporta la masa del resto de partículas elementales que componen la materia, empezando por los quarks que forman el protón y el neutrón, y siguiendo hasta planetas 300 veces más grandes que la Tierra. Los aceleradores de partículas como el Tevatron o el LHC de Ginebra, siete veces más potente, están diseñados para confirmar ese modelo o echarlo por tierra. Los datos de EEUU apuntan a lo segundo, aunque no bastan para cerrar el caso.
"Podría tratarse de una fluctuación estadística, aunque no es probable", explica Alberto Ruiz, que trabaja en el detector CDF del Tevatron que ha hecho el hallazgo, publicado en el sitio web arxiv.org. "Todos los resultados se han analizado con mucho cuidado porque se sabía que era algo muy importante", explica.
Algunos grupos ya se han apresurado a interpretarlo como la llegada del tecnicolor, un nuevo modelo de la física más allá del estándar.
Otros son menos optimistas. "No deberíamos exagerar la importancia antes de que se confirmen los resultados", opina Stefan Söldner Rembold, portavoz del DZero, el detector rival en el Tevatron, que podrá confirmar o desmentir el resultado "en dos semanas".
El anuncio llega en uno de los momentos más bajos del acelerador debido a su cierre y puede deberse a la intención de dejar un último legado al mundo de la física antes de su apagón final, previsto para septiembre. Aun así, los autores dicen que no hay segundas intenciones tras el anuncio. "El Tevatron no es salvable", opina Ruiz.
Al igual que el LHC, el Tevatron intenta atrapar el Higgs y otras partículas que existieron poco después del Big Bang reproduciéndolo a pequeña escala. Para ello hacen chocar protones a casi la velocidad de la luz en anillos de material superconductor que llegan a tener 27 kilómetros en el caso del acelerador europeo y seis en el de EEUU. Esos choques producen desintegraciones en forma de partículas menores como los quarks y otras efímeras. La gran mayoría de ellas ya está predicha por el famoso modelo estándar y refuerza a los físicos, pero, de vez en cuando, otras rompen las reglas y les hacen atisbar nuevos mundos.
Es el caso de los últimos resultados, que muestran una abundancia inusitada de una desintegración que genera chorros de quarks y bosones W, que pesan 80 veces más que un protón. La nueva partícula estaría causando esas desintegraciones tan extrañas y aportando masa a las esquirlas resultantes de forma similar pero no igual que el Higgs. La nueva invitada "no es incompatible con el Higgs", advierte Ruiz. Pero si se demuestra, los físicos tendrían que reescribir un nuevo modelo "con varios Higgs", añade.
Según Ruiz, hay un 99,7% de posibilidades de que los resultados no sean un error, un nivel de certeza que los físicos llaman tres sigma y que demuestra "evidencia". Para poder apuntarse un "descubrimiento", deben subir a cinco sigma, es decir, un margen de error de sólo uno entre diez millones, algo que no todos creen que vaya a alcanzarse.
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