El éxito de Apple en los smartphones es incontestable. Pero, el de Google, con su Android, también. Los últimos datos, en cambio, parecen indicar que la empresa de Larry Page empieza a tomar una delantera que, al menos hasta 2015, no va a perder. Comscore mostraba días atrás que en EE_UU los teléfonos Android tienen ya una cuota del 33%, frente al 28,9% de Blackberry y el 25,2% de Apple. Y Gartner desvelaba ayer sus previsiones con datos inmejorables para Google: Android cerrará 2011 con una cuota de mercado mundial del 38,5% para alcanzar en 2012 el 49,2%. Casi la mitad del mercado. Por su parte, Apple cerrará este año con una cuota del 19,4% y acabará 2012 con un 18,9%.
Con estas cifras en la mano, muchas personas se preguntan si Apple podría tropezar dos veces en la misma piedra, refiriéndose a que está planteando en el móvil un ecosistema "cerrado" como ya hiciera en los 80 con su sistema operativo y sus Mac. Y, tras esta reflexión, lanzan algunos interrogantes: ¿Es más acertado el planteamiento "abierto" de Google con su Android? ¿Será este sistema operativo el Windows de los PC? ¿Será Google capaz de repetir en el móvil la historia de éxito de Microsoft con Windows en los PC y relegar a los iPhone a casi un nicho como los Mac entonces?
Pese a que los números parecen responder por sí mismos, hay detalles importantes que matizan el escenario. "Es cierto que Apple crece menos que Google, pero no olvidemos que vende con solo dos modelos (iPhone 3GS y iPhone 4) casi tantas unidades como Android con 68 modelos distintos, lo que indica que la estrategia de Apple de momento está funcionando", dice el analista independiente español Jaime García Cantero. Este añade, además, que a diferencia de lo que pasó con los Mac, aquí Steve Jobs "ha logrado una masa crítica suficiente de usuarios y de desarrolladores que parece garantizar su éxito en el medio plazo, aunque la tendencia en el largo plazo parezca ir hacia sistemas más abiertos, más consecuentes con los modelos actuales de la sociedad red, y que beneficia la innovación y consecuentemente a los usuarios".
Sergio Llorens, director general de Gigigo Mobile Services, cree que si se pregunta a empresas como la suya que desarrollan aplicaciones para ambos sistemas operativos, "se ve que los desarrolladores se sienten más cómodos con iOS (de Apple) por ser más estable y mucho mejor pensado. También, desde el punto de vista de negocio, es la plataforma más rentable". Por poner un ejemplo, apunta, su división de juegos Yubi Games siempre lanza primero los juegos en iPhone-iPad antes de ponerlo en marcha en otras plataformas. "Dicho esto, ya hay ciertos desarrolladores que claman lo contrario. Y hay que estar atentos a Nokia y Windows, una combinación que pone en peligro afortunadamente el duopolio iOS-Android".
El profesor del Instituto de Empresa, Enrique Dans, reconoce que este mercado es apasionante y muy difícil de analizar: "Las estrategias de apertura o cierre hoy en día nunca son absolutas, y considerar a Apple como un sistema cerrado es maximalista y no del todo correcto, dado que una gran parte de su código es completamente abierta". Este experto defiende que abrir más un sistema supone más crecimiento, pero también mayor balcanización, de la misma manera que un mayor control del ecosistema de aplicaciones puede suponer, paradójicamente, más ingresos para los desarrolladores y un ecosistema que crece más rápidamente, "y no hay que olvidar que los programadores de aplicaciones juegan un papel importantísimo en el atractivo de una plataforma". Por tanto, dice, "no se puede afirmar que un movimiento sea intrínsecamente bueno o malo, porque los equilibrios de fuerzas entre los diversos participantes en el mercado (operadoras, fabricantes de terminales, desarrolladores de aplicaciones...) lo convierten en ambivalente".
En lo que coinciden todos los expertos consultados, es que Google tiene en la "apertura" de Android su gran reto. Y, si bien es cierto, que su carácter abierto le ha permitido crecer muy rápido (ha triunfado en menos de tres años) porque numerosos fabricantes de terminales lo han podido adoptar libremente y sacar sus propias versiones, "ahora estamos ante la clásica problemática asociada a la multiplicidad de versiones que es característica del software libre", explica José María López, Director de Análisis de Penteo. Algo que puede derivar en una balcanización excesiva de Android y acarrearle serios problemas a Google, "porque para todas las aplicaciones Android hay que tener en cuenta la versión de este sistema operativo, y eso implica más tiempos de desarrollo", añade Llorens.
Precisamente, este hecho es el que ha provocado que Google esté retrasando la "apertura" de HoneyComb, la última versión de Android. El objetivo, tener más control sobre ella. "Se trata de frenar el proceso que vivió Linux y antes Unix en el que se generaron tantas distribuciones distintas de estos sistemas que acabaron siendo incompatibles entre ellas", continúa García Cantero. "A los fabricantes de móviles, como conjunto, les interesa mantener una versión única de Android (o al menos compatible) para garantizarse que haya aplicaciones disponibles", continúa este analista. "Pero, por otro lado, y ahí está el quid de la cuestión, son ellos los que están haciendo ciertas modificaciones a Android para conseguir algo que les diferencie".
Y aquí salta otra alarma: los fabricantes tienen difícil diferenciarse si todos usan Android, de ahí que algunas empresas como Motorola, aliada de Google, esté estudiando lanzar un sistema nuevo. "Pero la cuestión es que un modelo ultrapropietario como el de Apple es difícilmente replicable por otras compañías ya que se basa en el poder de su marca", dice García Cantero. Pero, como advierte Llorens, lo que más está erosionando el posicionamiento de Android es precisamente el hecho de que esté en todo tipo de terminales, aunque sea también una ventaja, pues "no es lo mismo interactuar con Android con un teléfono de 600 euros que con uno de 100 euros, la experiencia de usuario se resiente mucho cuando el terminal no es bueno".
Ahora, y tras aplazar Google la liberación de sus últimas versiones, la pregunta que surge es otra: ¿Se está Android pareciendo a Apple? Según Llorens, sí, porque "desde la versión HoneyComb cada vez se permite menos personalización del sistema operativo, para ganar en robustez y estabilidad". Sin embargo, y como advierte López, pese a que a Apple le ha funcionado mantener un cierto nivel de cerrazón en su sistema operativo, por la propia filosofía de la compañía, "basada en encerrar a sus usuarios en su propio mundo digital (con sumo placer para ellos, visto el éxito de sus dispositivos)", puede que esta fórmula no sea necesariamente aplicable al mundo Android, "por lo que, si opta por la apertura, Google deberá trabajar en encontrar fórmulas de negocio capaces de coexistir con esta estrategia".
Respecto a si Google y Android podría repetir en el móvil el éxito de Windows en los PC, Cantero asegura que la historia podría repetirse, pero matiza aspectos importantes: "Android es abierto y Windows es hipercerrado, igual que Apple. Lo que tienen en común es el ser multifabricante, lo que sin duda fue el gran éxito de Windows y lo está siendo de Android. Pero el riesgo, es que su historia se parezca más a la de Unix, que pese a su éxito acabó complicándose su desarrollo cuando cada fabricante buscando diferenciarse sacó su propio Unix, que acabaron siendo incompatibles".
Así que, visto lo visto, y como dice Dans, "ninguna estrategia está exenta de problemas en su evolución". El tiempo será quién dirá qué estrategia es la mejor.
Con estas cifras en la mano, muchas personas se preguntan si Apple podría tropezar dos veces en la misma piedra, refiriéndose a que está planteando en el móvil un ecosistema "cerrado" como ya hiciera en los 80 con su sistema operativo y sus Mac. Y, tras esta reflexión, lanzan algunos interrogantes: ¿Es más acertado el planteamiento "abierto" de Google con su Android? ¿Será este sistema operativo el Windows de los PC? ¿Será Google capaz de repetir en el móvil la historia de éxito de Microsoft con Windows en los PC y relegar a los iPhone a casi un nicho como los Mac entonces?
Pese a que los números parecen responder por sí mismos, hay detalles importantes que matizan el escenario. "Es cierto que Apple crece menos que Google, pero no olvidemos que vende con solo dos modelos (iPhone 3GS y iPhone 4) casi tantas unidades como Android con 68 modelos distintos, lo que indica que la estrategia de Apple de momento está funcionando", dice el analista independiente español Jaime García Cantero. Este añade, además, que a diferencia de lo que pasó con los Mac, aquí Steve Jobs "ha logrado una masa crítica suficiente de usuarios y de desarrolladores que parece garantizar su éxito en el medio plazo, aunque la tendencia en el largo plazo parezca ir hacia sistemas más abiertos, más consecuentes con los modelos actuales de la sociedad red, y que beneficia la innovación y consecuentemente a los usuarios".
Sergio Llorens, director general de Gigigo Mobile Services, cree que si se pregunta a empresas como la suya que desarrollan aplicaciones para ambos sistemas operativos, "se ve que los desarrolladores se sienten más cómodos con iOS (de Apple) por ser más estable y mucho mejor pensado. También, desde el punto de vista de negocio, es la plataforma más rentable". Por poner un ejemplo, apunta, su división de juegos Yubi Games siempre lanza primero los juegos en iPhone-iPad antes de ponerlo en marcha en otras plataformas. "Dicho esto, ya hay ciertos desarrolladores que claman lo contrario. Y hay que estar atentos a Nokia y Windows, una combinación que pone en peligro afortunadamente el duopolio iOS-Android".
El profesor del Instituto de Empresa, Enrique Dans, reconoce que este mercado es apasionante y muy difícil de analizar: "Las estrategias de apertura o cierre hoy en día nunca son absolutas, y considerar a Apple como un sistema cerrado es maximalista y no del todo correcto, dado que una gran parte de su código es completamente abierta". Este experto defiende que abrir más un sistema supone más crecimiento, pero también mayor balcanización, de la misma manera que un mayor control del ecosistema de aplicaciones puede suponer, paradójicamente, más ingresos para los desarrolladores y un ecosistema que crece más rápidamente, "y no hay que olvidar que los programadores de aplicaciones juegan un papel importantísimo en el atractivo de una plataforma". Por tanto, dice, "no se puede afirmar que un movimiento sea intrínsecamente bueno o malo, porque los equilibrios de fuerzas entre los diversos participantes en el mercado (operadoras, fabricantes de terminales, desarrolladores de aplicaciones...) lo convierten en ambivalente".
En lo que coinciden todos los expertos consultados, es que Google tiene en la "apertura" de Android su gran reto. Y, si bien es cierto, que su carácter abierto le ha permitido crecer muy rápido (ha triunfado en menos de tres años) porque numerosos fabricantes de terminales lo han podido adoptar libremente y sacar sus propias versiones, "ahora estamos ante la clásica problemática asociada a la multiplicidad de versiones que es característica del software libre", explica José María López, Director de Análisis de Penteo. Algo que puede derivar en una balcanización excesiva de Android y acarrearle serios problemas a Google, "porque para todas las aplicaciones Android hay que tener en cuenta la versión de este sistema operativo, y eso implica más tiempos de desarrollo", añade Llorens.
Precisamente, este hecho es el que ha provocado que Google esté retrasando la "apertura" de HoneyComb, la última versión de Android. El objetivo, tener más control sobre ella. "Se trata de frenar el proceso que vivió Linux y antes Unix en el que se generaron tantas distribuciones distintas de estos sistemas que acabaron siendo incompatibles entre ellas", continúa García Cantero. "A los fabricantes de móviles, como conjunto, les interesa mantener una versión única de Android (o al menos compatible) para garantizarse que haya aplicaciones disponibles", continúa este analista. "Pero, por otro lado, y ahí está el quid de la cuestión, son ellos los que están haciendo ciertas modificaciones a Android para conseguir algo que les diferencie".
Y aquí salta otra alarma: los fabricantes tienen difícil diferenciarse si todos usan Android, de ahí que algunas empresas como Motorola, aliada de Google, esté estudiando lanzar un sistema nuevo. "Pero la cuestión es que un modelo ultrapropietario como el de Apple es difícilmente replicable por otras compañías ya que se basa en el poder de su marca", dice García Cantero. Pero, como advierte Llorens, lo que más está erosionando el posicionamiento de Android es precisamente el hecho de que esté en todo tipo de terminales, aunque sea también una ventaja, pues "no es lo mismo interactuar con Android con un teléfono de 600 euros que con uno de 100 euros, la experiencia de usuario se resiente mucho cuando el terminal no es bueno".
Ahora, y tras aplazar Google la liberación de sus últimas versiones, la pregunta que surge es otra: ¿Se está Android pareciendo a Apple? Según Llorens, sí, porque "desde la versión HoneyComb cada vez se permite menos personalización del sistema operativo, para ganar en robustez y estabilidad". Sin embargo, y como advierte López, pese a que a Apple le ha funcionado mantener un cierto nivel de cerrazón en su sistema operativo, por la propia filosofía de la compañía, "basada en encerrar a sus usuarios en su propio mundo digital (con sumo placer para ellos, visto el éxito de sus dispositivos)", puede que esta fórmula no sea necesariamente aplicable al mundo Android, "por lo que, si opta por la apertura, Google deberá trabajar en encontrar fórmulas de negocio capaces de coexistir con esta estrategia".
Respecto a si Google y Android podría repetir en el móvil el éxito de Windows en los PC, Cantero asegura que la historia podría repetirse, pero matiza aspectos importantes: "Android es abierto y Windows es hipercerrado, igual que Apple. Lo que tienen en común es el ser multifabricante, lo que sin duda fue el gran éxito de Windows y lo está siendo de Android. Pero el riesgo, es que su historia se parezca más a la de Unix, que pese a su éxito acabó complicándose su desarrollo cuando cada fabricante buscando diferenciarse sacó su propio Unix, que acabaron siendo incompatibles".
Así que, visto lo visto, y como dice Dans, "ninguna estrategia está exenta de problemas en su evolución". El tiempo será quién dirá qué estrategia es la mejor.
Grandes líneas de la estrategia de Apple
Con Apple las cosas están claras: "Nuestro sistema-nuestros dispositivos. Si lo quiere lo tomas y, si no, no", dice en positivo Sergio Llorens. Apple ha logrado sumar en su tienda 350.000 aplicaciones y que todos (operadores, proveedores de contenido...) ganen. "Además de un buen producto, tiene un marketing excelente", añade.El punto a mejorar, según Llorens, es el precio. "Apple tendrá que luchar contra productos similares más baratos".
La base de la política de Google
Android es a día de hoy la plataforma que "más crece, la más abierta y la única en la que un desarrollador puede hacer lo que quiera sin tener que pedir permiso a nadie", destaca Jaime García Cantero.Google está intentando limitar su personalización para evitar la balcanización de Android. La medida puede dar estabilidad al sistema, pero deja menos capacidad de actuación a los fabricantes de terminales.
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