Cuando Raúl Álvarez González se fue a estudiar en 2009 a Estados Unidos no imaginaba que vendría con un proyecto bajo el brazo. Obture, cuyo nombre juega con la traducción al inglés de una pieza básica de la cámara, el obturador, lo componen tres desarrolladores además de Raúl: Carlos Álvarez, Carlos Jiménez y Cristina Folgueral.
La idea surgió a partir del proyecto de fin de carrera de Carlos Álvarez. Comenzaron creando un servicio para subir fotografías desde Twitter, muy parecido a lo que hace Twitpic. Pronto desecharon la idea. "Ya ves qué idea de negocio teníamos entonces" cuenta Raúl con media sonrisa.
Pensaron que no todo era enviar algo directamente a la web, sino que tenía que haber un lugar donde compartir imágenes cuidadas, especiales y pensadas antes de darle al botón. "Vimos que se echaba en falta otra manera de mostrar los trabajos de un fotógrafo" explica su creador. Entre las ventajas y a diferencia del más famoso y exitoso de sus competidores, Flickr, se trata de eliminar el ruido de las conversaciones. Raúl Álvarez argumenta que "no nos parecía normal que en un sitio se encuentren capturas de pantalla, imágenes de una fiesta o un viaje de fin de semana junto a verdaderas obras de arte. Creemos en la fotografía con mayúsculas".
A cambio ofrecen un espacio en el que el fotógrafo ponga sus mejores fotos y comparta cómo las hizo. Entre las ventajas está tener, en la versión premium, un portafolio sin ninguna marca, sin que aparezca Obture por ningún lado. "Así los profesionales tendrán en pocos clics un álbum con sus mejores trabajos y que se ven como lo que son una página profesional". Por eso las imágenes se ven a pantalla completa.
Ofrecen dos tipos de cuenta: gratis, con hasta 400 megas de almacenamiento; y de pago, con cuatro, ocho y 16 gigas de espacio. Por 25 euros se consiguen 4 gigas durante un año, la versión más exitosa, aunque también ofrecen paquetes de más tiempo y espacio.
En menos de un año cuentan con 3.000 profesionales registrados. La siguiente meta será la comercialización en versión digital y papel del archivo para compartir beneficios con los creadores.
El Pais
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