La atracción entra por los ojos. Diseño y colorido mandan en las cámaras que más se venden -de precio inferior a los 200 euros-, que se llevan el 85% del mercado español.
El resto de características han caído en la escala de valor tradicional a la hora de escoger un modelo. Siempre se miraba primero al sensor, pero ya no. Los fabricantes instalan uno lo suficientemente potente como para poder competir con el móvil, por lo que las cámaras son de 12, 14 o más megapíxeles y llevan un objetivo con zum de varios aumentos (hasta de cinco), desde un gran angular hasta un teleobjetivo, aceptables para la mayoría de imágenes que tomará un aficionado. El otro componente importante, la pantalla, no baja de las 2,7 pulgadas (unos siete centímetros de diagonal), cada vez con más definición y mejor visión a la luz del sol.
La elección de un modelo por otro viene más influido que nunca por las aplicaciones que incluyen. Para el consumidor juvenil, el acceso directo a las redes sociales es fundamental, por eso las cámaras llevan USB y/o wifi, junto con la posibilidad de mandar la foto directamente a Facebook o Flick. También van preparadas para la toma de panorámicas y vídeos en alta definición, reconocen automáticamente caras, sonrisas y distintos tipos de escenas, incluso pueden llevar integrado un GPS para geoposicionar cada disparo. Todo para diferenciarse, en la medida de lo posible, del teléfono móvil
El mercado se mantiene casi igual que el año pasado. Se venden en España unas cuantas cámaras más -alrededor de 2,4 millones de compactas en 2010-, pero a costa de reducir precios y ampliar la gama de modelos.
Las más económicas, por menos de 150 euros, satisfacen al primer aficionado, el 70% de las ventas. Y las más caras son las 3D, aunque la variedad de modelos es aún muy reducido. La elección supone decantarse también por un sistema que normalmente incluye gafas y pantalla de televisión. No obstante, los fabricantes son optimistas y esperan venderlas a miles en estas fiestas.
Para el aficionado más exigente, y con suficiente poder adquisitivo, la tendencia es la cámara de óptica intercambiable, que le costará entre 300 y 500 euros. Es el terreno donde se libran la mayor batalla de precios.
Tienen tanto éxito que todas las grandes marcas incorporan a su catálogo alguna réflex de ese rango. Son las hermanas menores de las destinadas al mundo profesional. Copian su diseño y características: réflex, visor de prisma y espejo, y aprovechamiento de los mismos objetivos, aunque lo habitual son otros más económicos (y de peor calidad). Sensor, procesador y capacidades técnicas son menores. En cualquier caso, unas buenas máquinas para empezar.
La novedad del año son las EVIL (Electronic Viewfinder Interchangeable Lens), cámaras de objetivos intercambiables y visor electrónico, compactas, sin visor, que emplean la clásica pantalla trasera para mostrar lo que el objetivo encuadra. Un ahorro fundamental, ya que disminuye el peso, el tamaño, los componentes y, consecuentemente, el precio, manteniendo la opción de poder cambiar de objetivo.
El paso superior son las réflex semiprofesionales. Una especie de paso medio que puede convencer tanto al buen aficionado como al profesional. El precio llega fácilmente a los 3.000 euros, pero a cambio, sus virtudes las convierten en las cámaras principales de algunos profesionales.
En la cima de la calidad y, por supuesto, del precio, se colocan las cámaras con sensores de 20 millones de píxeles o más, donde el teléfono tardará en llegar. Pero su mercado es mínimo, el grueso sigue amenazado por la constante evolución del móvil -más rápida que en la fotografía- y los fabricantes tradicionales (Canon, Nikon, Olympus) amenazados por los del mundo digital (Sony, Epson o Samsung).
Panasonic Lumix DMC-FS10
Una de las compactas con más opciones para un precio compensado. Lleva sensor CCD de 12,1 megapíxeles, objetivo zum de cinco aumentos, del gran angular de 28 milímetros al tele de 140 milímetros que se recoge al cerrarlo, facilitando el transporte de la cámara en cualquier bolsillo.
- Precio: 139 euros.
- Precio: 139 euros.
Fujifilm FinePix Real 3D W3
Fujifilm fue la primera en comercializar un sistema 3D en fotografía digital. La W3 es su segunda cámara compacta de este tipo y la primera que graba vídeo en alta definición. Lleva dos sensores CCD de 10 megapíxeles y dos objetivos gemelos. La pantalla es de 3,5 pulgadas.
- Precio: 450 euros.
- Precio: 450 euros.
Nikon Coolpix P7000
La gama más alta de todas las compactas con óptica fija. Lleva un magnífico sensor CCD de 10,1 megapíxeles, un objetivo fijo Nikkor equivalente a un zum de 28-200 milímetros. La pantalla es de 3 pulgadas y 921.000 píxeles de calidad. Graba vídeos en alta definición (720p).
- Precio: 441 euros.
- Precio: 441 euros.
Sony Alfa Nex-5 y Nex-3
Aunque la cámara sea pequeña, compacta, con pantalla trasera para ver y encuadrar las fotografías, no hay por qué prescindir del cambio de ópticas. Son las cámaras EVIL, como las de esta serie Nex de Sony. El modelo superior, el Nex 5, graba vídeo en alta definición.
- Precio: de 600 euros a 1.120, dependiendo del objetivo.
- Precio: de 600 euros a 1.120, dependiendo del objetivo.
Canon digital réflex EOS 60D
Si es un buen aficionado a la fotografía y está pensando empezar a familiarizarse con una réflex, esta es una buena elección. Lleva un sensor CMOS APS-C de 18 megapíxeles, dispara 5,3 fotografías por segundo, pantalla de 3 pulgadas orientable y procesador Digic 4.
- Precio: 1.100 euros solo el cuerpo.
El Pais
- Precio: 1.100 euros solo el cuerpo.
El Pais
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