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2010/12/06

Gran Turismo 5, la 'Biblia' del automovilismo

Completísimo, divertidísimo y larguísimo son los superlativos que mejor lo definen. También terrenal, porque técnicamente tiene algunos altibajos y su modo 'online', a falta de nuevos parches, podría ser mejor. No es un juego de PlayStation 4. Simplemente es el hoy de los juegos de coches. Un 'Gran Turismo' sobresaliente.
Esperado durante años, la sensación al echar la primera carrera por Madrid es de decepción. Los gráficos son buenos, muy buenos, pero tiene defectos como todos los juegos de consola; el circuito es pequeño. Y los coches no se hacen ningún rasguño. Craso error, todo se revela dosis a dosis durante las infinitas horas que da este juego.
En números, 'GT5' tiene 1.031 coches, desde karts a Formula 1, y 71 variantes de circuitos, desde Nürburgring a 'rallies' por montaña. El modo carrera (GT Life) incluye competiciones de novato a superlicencia; desafíos con furgonetas y Nascar, entre otros; pruebas de carné al estilo autoescuela; 'tuning' para preparar el reglaje del coche según la competición y decenas de marcas a las que comprar los vehículos según ganemos dinero.
El diseño del juego apuesta por ampliar las posibilidades del juego poco a poco. Según se ganen niveles de experiencia, los rivales compiten mejor, se puede toquetear más en el diseño del coche y el modelo de daños se hace más realista, pasando del 'sin rasguños' de las primeras horas a exigir una concentración absoluta para no sufrir un accidente, pues reparar los golpes sale caro. Muy caro.
En cualquier caso, resulta un poco extraño. Para la mayoría de los jugadores esto sirve para aprender a conducir bien, algo que se agradece (y se nota) muchísimo. Pero para los expertos resultará frustrante tener que pasar muchas horas compitiendo sin retos con el fin de poder sacar todo el jugo de 'Gran Turismo'.

Horas y horas de variedad

El modo 'GT Life' permite avanzar en competiciones de distintos niveles de dificultad (novato, profesional...) en dos modos, jugando uno mismo (A-spec) o dando órdenes a un piloto virtual (B-spec), algo bastante más aburrido.
No obstante, lo bueno es que no hace falta ganar todo para avanzar, pues con la experiencia acumulada permite subir decenas de niveles con los que se van desbloqueando nuevas opciones, desde coches a desafíos. Así, atascarse en una prueba no supone quedarse bloqueado en el resto de modos del 'GT Life'.
Además, para competir en la mayoría de las carreras se exigen modelos de coches muy específicos, con requisitos que van desde los caballos de potencia a la nacionalidad o la fecha de producción. Por ello, para poder comprar esos coches, ganar dinero compitiendo es fundamental. Y quedar primero supone también tener de regalo algún coche nuevo.
Por otra parte, al avanzar en el juego podremos modificar los coches que tengamos en el garaje, de lo que dependerá nuestro éxito en la carrera. Por ejemplo, la relación de marchas puede ser clave en un circuito urbano donde necesitemos potencia extra para salir de las curvas. O el agarre de los neumáticos según la lluvia. O el balanceo de las ruedas delanteras y las traseras. En este sentido, la sobresaliente simulación física de los coches hace que conducir uno u otro sea totalmente diferente.
Sin embargo, no todo son flores para 'GT5'. No se pueden hacer vueltas de clasificación en el modo carrera, por lo que muchas carreras pueden decidirse en una parrilla en la que partimos séptimos.
Curiosamente, en el modo 'online' si se pueden celebrar vueltas de clasificación. Los creadores de 'GT5' aseguran que los futuros parches del juego aumentarán los modos 'online'. Con la versión 1.02, echar una carrera decente depende del anfitrión de esta o de tener algún amigo conectado, pues al no haber búsqueda de partidas automáticas no hay ningún aliciente más allá de echar carreras sueltas.
Por otra parte no sufrí mucho 'lag' en las partidas que eché, y el juego 'online' tiene alguna idea buena como castigar a los jugadores que compitan echando al resto fuera de la pista.
Por otro lado, aunque la variedad de coches y circuitos es excepcional, se nota que Polyphony Digital es asiática, pues hay 'pocos' vehículos norteamericanos y europeos frente al dominio de coches japoneses y coreanos. Aún así, hay centenares de coches occidentales, como el Fórmula 1 de Ferrari de 2007 o un kubelwagen alemán de los cuarenta.
Además, circuitos urbanos como el de Roma o el de Madrid son muy pequeños. Este último, por ejemplo, apenas hace un recorrido entre Sol, Puerta de Alcalá y Neptuno. Así que el sueño de quemar rueda en La Castellana o en Gran Vía se esfuma.

Gráficos: luces y sombras (nunca mejor dicho)

Técnicamente, 'GT5' es uno de los videojuegos más avanzados que hay. Sin embargo, las consolas ya empiezan a tener los achaques propios de la edad, por lo que hay cierto 'tearing' y carga de texturas durante las carreras.
Para apreciar el juego hay que verlo en movimiento, pues el modo foto es engañoso al maquillar las imágenes haciéndolas aún mejor de lo que son. En este sentido, los puntos a favor de 'GT5' son un increíble uso de las luces dinámicas, especialmente de noche; la robustez de sus 60 cuadros por segundo y el alto nivel de detalle de casi todo lo que aparece en pantalla.
Por el contrario, 'GT5' adolece precisamente de su ambición: de los 1.031 coches, unos 200 son 'Premium' (muy cuidados y con vista interior) y el resto normales. Aunque casi siempre es difícil distinguir uno u otro tipo de coche durante una partida, se nota que algunos coches 'cutres' han sido importados con poco cuidado.
Por otra parte, pese a notarse poco los dientes de sierra en general, resulta curioso que precisamente con la combinación de partículas (lluvia, polvo) y sombras se genere de pronto este efecto con unos vértices del tamaño de la cabeza del conductor en los bordes de los coches.
De todas formas , gráficamente es una bestia parda. Gráficamente y como juego de carreras. La variedad de cosas que se pueden hacer abruma, y su curva aprendizaje es perfecta, por lo que pilotos novatos y veteranos exprimirán este juego a fondo. Ya no es solo la sensación de velocidad, sino la sensación de que cada adelantamiento, cada rebufo es clave para arañar unas décimas si se ha estudiado bien el reglaje del coche.
Y pocos juegos de coches pueden presumir de hacer que el jugador, después de horas de intentos fallidos, vuelva a dar a 'reiniciar carrera' una vez más diciéndose a sí mismos: "esto lo saco por...".

El Mundo

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