El hallazgo publicado ayer en The New England Journal of Medicine (NEJM) puede cambiar el pronóstico de los millones de mujeres a las que se diagnostica cada año un cáncer de mama. Un equipo de investigadores del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), dirigido por el oncólogo Miguel Martín, ha demostrado cuál debe ser la quimioterapia de elección en el cáncer de mama más común, aquel que no se ha extendido a los ganglios de la axila.
Según explicó Martín a este diario, entre un 60% y un 70% de los diagnósticos actuales de cáncer de mama son de este tipo, por una razón muy sencilla: la generalización de los programas de detección precoz. A pesar de ello, la mayoría de los estudios que se han realizado para establecer la eficacia de las distintas opciones de quimioterapia han sido en mujeres con la enfermedad más avanzada, "con mucha afectación axilar". Martín subrayó que era importante "trasladar los resultados" a aquellas pacientes de cáncer más habituales, lo que han logrado con éxito los oncólogos españoles.
Sin embargo, el nuevo tratamiento estándar no sirve para todas las pacientes. Según señaló la jefa del servicio de Oncología del hospital Clínico de Valencia, Anna Lluch, otra de las autoras del estudio, entre un 40% y un 50% de las afectadas por un cáncer de mama no extendido tiene "alto riesgo" de recaer en su enfermedad. Es en estas mujeres, que deben cumplir alguno de los llamados criterios de St. Gallen tener menos de 35 años o un tumor de más de dos centímetros, entre otros, en las que el nuevo tratamiento reduciría un 32% su riesgo de recaída. "Estamos hablando de unas 8.000 o 9.000 pacientes al año", es decir, el 35% del total, concluyó Lluch.
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Según explicó Martín a este diario, entre un 60% y un 70% de los diagnósticos actuales de cáncer de mama son de este tipo, por una razón muy sencilla: la generalización de los programas de detección precoz. A pesar de ello, la mayoría de los estudios que se han realizado para establecer la eficacia de las distintas opciones de quimioterapia han sido en mujeres con la enfermedad más avanzada, "con mucha afectación axilar". Martín subrayó que era importante "trasladar los resultados" a aquellas pacientes de cáncer más habituales, lo que han logrado con éxito los oncólogos españoles.
Tres fármacos combinados
La quimioterapia avalada por el nuevo estudio consiste en la combinación de tres fármacos docetaxel, doxorrubicina y ciclofosfamida, que ha demostrado ser superior tras la extirpación quirúrgica del tumor a la más usada, que sustituye el docetaxel por el fluorouracilo.Sin embargo, el nuevo tratamiento estándar no sirve para todas las pacientes. Según señaló la jefa del servicio de Oncología del hospital Clínico de Valencia, Anna Lluch, otra de las autoras del estudio, entre un 40% y un 50% de las afectadas por un cáncer de mama no extendido tiene "alto riesgo" de recaer en su enfermedad. Es en estas mujeres, que deben cumplir alguno de los llamados criterios de St. Gallen tener menos de 35 años o un tumor de más de dos centímetros, entre otros, en las que el nuevo tratamiento reduciría un 32% su riesgo de recaída. "Estamos hablando de unas 8.000 o 9.000 pacientes al año", es decir, el 35% del total, concluyó Lluch.
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