La Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático se inició en Cancún, México, con pocas expectativas de que se consigan progresos significativos.
En contraste con la cumbre del año pasado en Copenhague, existe la creencia general de que no emergerá de la actual cita ningún nuevo acuerdo global.Las divisiones son tan marcadas como siempre, y algunas naciones y observadores consideran que la solución pasa por pactos pequeños y menos formales.
Sin embargo, los países parecen desear la sobrevivencia del proceso de la ONU por lo que no es probable que haya controversias públicas.
Otra diferencia con Copenhague es que se espera la asistencia de muy pocos jefes de Estado o de gobierno.
"Está fallando"
La cumbre tiene lugar cuando se prevé que aumenten las emisiones de carbono tras el fin de la recesión, y los análisis muestran que las promesas no son suficientes como para mantener el aumento de la temperatura media global dentro de los límites de lo que la mayoría de las naciones dicen querer.Algunas voces han pedido a los gobiernos reconocer que el proceso de la ONU con respecto al clima está fallando
"El marco jurídico está cayendo a pedazos. Seamos prácticos y busquemos una alternativa", dijo el ex viceprimer ministro británico John Prescot, quien encabezó la delegación de su país a la cumbre del clima de 1997 donde se acordó el Protocolo de Kyoto.
"Cada país todavía está tratando de reducir las emisiones de carbono a su manera. EE.UU. tiene un programa, la Unión Europea tiene un programa, China tiene un programa", manifestó.
"Que cada uno de ellos se base en la voluntariedad pero al menos acordemos principios básicos de equidad y transparencia", añadió.
Cambio climático, ¿un tema devaluado?
Sin embargo, este enfoque es diametralmente opuesto al adoptado por algunos países en desarrollo, que insisten en que las naciones occidentales deben cumplir con las promesas que hicieron en puntos clave desde la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro.
Esta postura es compartida por la mayoría de las organizaciones ecologistas, que consideran al proceso de Naciones Unidas como el único capaz de proporcionar una serie completa de soluciones a los problemas que plantea el cambio climático.
"Sólo un acuerdo equitativo, integral y legalmente vinculante traerá el compromiso internacional tan necesario para gestionar la crisis climática", dijo Stewart Maginnis, director de Medio Ambiente y Desarrollo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés).
"Los gobiernos deben centrarse en Cancún en garantizar que se fortalezca la confianza en la Convención del Clima (UNFCCC, por sus siglas en inglés), lo cual nos acercará un paso más a ese acuerdo final", agregó.
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Si hay compromiso...
Para algunos gobiernos, Cancún será un éxito si se genera una atmósfera de diálogo constructiva, en lugar de descender a las disputas que caracterizaron a la reunión de Copenhague.Otros, sin embargo, están buscando avances concretos en cuestiones como la transferencia de tecnologías limpias de los países industrializados a los países en desarrollo, la provisión de fondos desde occidente para ayudar a los más pobres a adaptarse a los impactos climáticos, y la reducción de la deforestación.
Pero incluso estas cuestiones pueden no resultar sencillas.
El movimiento a favor de un acuerdo de Reducción de Emisiones para Deforestación y Degradación (REDD) ha despertado el malestar de algunos pueblos indígenas, que lo ven como una excusa para no reducir las emisiones de carbono con la quema de combustibles fósiles.
Las principales cuestiones por resolver son de carácter económico y geopolítico.
Muchos gobiernos están preocupados por perder su competitividad económica frente a rivales regionales o mundiales al recortar las emisiones.
No obstante, protagonistas de la cumbre sí se muestran optimistas de que algo que valga la pena pueden surgir, a pesar de estos obstáculos.
Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención de la ONU sobre el Clima , dijo recientemente: "Cancún será un éxito si se comprometen las partes".
La lección de Copenhague indica que puede ser muy engorroso llegar a ese compromiso.
BBC Mundo
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