Slim Ammanou informa que Túnez ha sufrido un ataque de 'phishing' con un elemento de espionaje. "El método de los 'hackers' fue básicamente bloquear el acceso a Gmail con seguridad, de manera que los tunecinos debían registrarse a través de un Gmail no seguro, después pasar por una máquina que ejecutaba una página de registro de Gmail falsa bajo EasyPGP para robar sus contraseñas, y después, en caso de necesidad, entrar en sus cuentas de correo".
Teniendo en cuenta el alcance y la especialización parece inverosímil, aunque posible, que este 'phishing' fuera por dinero. Lo más probable, teniendo en cuenta el brote de acciones de censura en este país, y el papel cada vez mayor de los 'hackers' casi gubernamentales (escuadrones de la muerte virtuales), es que los servicios de espionaje de Túnez intenten controlar toda la información que recorre el país. Este es uno de los casos, pero hay más.
Un comentarista sentenciado a un año de cárcel en China, Tang Ling, padre de uno de los niños fallecidos en los escándalos de la fórmula de la leche en China, escribió en el grupo de QQ sobre el 'Incidente de la leche en polvo de Sanlu' afirmando que adoptaría 'medidas extremas' que "los periódicos cubrirían". Algo poco inteligente, pero comprensible. Sin embargo, ahora está condenado a trabajos forzados durante un año. No es la primera persona en ser condenada por estar enfadada porque una panda de monstruos codiciosos con conexiones en el Comité Central asesinasen a su niño.
Por otro lado, el soldado de primera clase Bradley Manning, analista de inteligencia del ejército estadounidense está acusado de dos delitos por entregar material secreto en vídeo de un ataque a Wikileaks. Según el Código de Justicia Militar, se le procesará por transferir información clasificada e infringir leyes federales sobre la manipulación de dicha información.
Por su parte, en conexión con la ley de desconexión, el gobierno de los Estados Unidos está claramente adoptando la dirección incorrecta en lo que respecta al control en Internet. Esta clase de sistema de detección rápida, presuntamente creado por la empresa Raytheon, contratada por el Estado, tiene fines abusivos.
También es reciente el caso de Octavia Nasr, Editora en Jefe de la CNN para asuntos de Oriente Medio, que ha perdido su trabajo tras usar su cuenta de Twitter para decir "Me entristece el saber del fallecimiento de Sayyed Mohammed Hussein Fadlallah... Uno de los gigantes de Hezbolá a quien respeto mucho". Aunque no estemos de acuerdo con alabar a un hombre que al parecer apoyaba los actos violentos, la velocidad de la reacción nos parece algo indecoroso, si bien quizá no tanto como la propia alabanza.
Venezuela, por su parte detuvo a más usuarios de redes sociales. Así, dos usuarios de Twitter están detenidos por, presuntamente, "extender rumores maliciosos" referentes a la economía del país "con el objetivo de crear fugas en los bancos".
Dejando aparte la cuestión de quién se ve beneficiado, la frase recuerda inquietantemente a cualquiera de las demás docenas de países que detienen a la gente por utilizar las redes sociales y lo llaman "calumnia" o "difamación" de esta o aquella vaca sagrada. Nunca sucede que los detenidos terminan resultando ser del partido político que gobierna (o la etnia, o la confesión religiosa, etc.). De algún modo siempre resultan ser personas que critican a quien gobierna el país. Quizá estos usuarios de Twitter realmente extendieron información falsa de forma maliciosa para, por algún motivo, desestabilizar la economía de Venezuela. O eso, o no creen que el presidente venezolano Hugo Chávez haya hecho lo correcto para la economía en su mandato, incluyendo el cierre de los bancos el año pasado.
Teniendo en cuenta el alcance y la especialización parece inverosímil, aunque posible, que este 'phishing' fuera por dinero. Lo más probable, teniendo en cuenta el brote de acciones de censura en este país, y el papel cada vez mayor de los 'hackers' casi gubernamentales (escuadrones de la muerte virtuales), es que los servicios de espionaje de Túnez intenten controlar toda la información que recorre el país. Este es uno de los casos, pero hay más.
Un comentarista sentenciado a un año de cárcel en China, Tang Ling, padre de uno de los niños fallecidos en los escándalos de la fórmula de la leche en China, escribió en el grupo de QQ sobre el 'Incidente de la leche en polvo de Sanlu' afirmando que adoptaría 'medidas extremas' que "los periódicos cubrirían". Algo poco inteligente, pero comprensible. Sin embargo, ahora está condenado a trabajos forzados durante un año. No es la primera persona en ser condenada por estar enfadada porque una panda de monstruos codiciosos con conexiones en el Comité Central asesinasen a su niño.
Por otro lado, el soldado de primera clase Bradley Manning, analista de inteligencia del ejército estadounidense está acusado de dos delitos por entregar material secreto en vídeo de un ataque a Wikileaks. Según el Código de Justicia Militar, se le procesará por transferir información clasificada e infringir leyes federales sobre la manipulación de dicha información.
Medidas de censura y control de Internet
En Bielorrusia, el decreto número 60 establece el control sobre el contenido en Internet y el acceso a éste, y exige a los proveedores de servicios que se registren en el Ministerio de Comunicación e Información, e identifiquen todos los dispositivos que usen sus servicios para conectar a la Red, incluyendo teléfonos.Por su parte, en conexión con la ley de desconexión, el gobierno de los Estados Unidos está claramente adoptando la dirección incorrecta en lo que respecta al control en Internet. Esta clase de sistema de detección rápida, presuntamente creado por la empresa Raytheon, contratada por el Estado, tiene fines abusivos.
También es reciente el caso de Octavia Nasr, Editora en Jefe de la CNN para asuntos de Oriente Medio, que ha perdido su trabajo tras usar su cuenta de Twitter para decir "Me entristece el saber del fallecimiento de Sayyed Mohammed Hussein Fadlallah... Uno de los gigantes de Hezbolá a quien respeto mucho". Aunque no estemos de acuerdo con alabar a un hombre que al parecer apoyaba los actos violentos, la velocidad de la reacción nos parece algo indecoroso, si bien quizá no tanto como la propia alabanza.
Venezuela, por su parte detuvo a más usuarios de redes sociales. Así, dos usuarios de Twitter están detenidos por, presuntamente, "extender rumores maliciosos" referentes a la economía del país "con el objetivo de crear fugas en los bancos".
Dejando aparte la cuestión de quién se ve beneficiado, la frase recuerda inquietantemente a cualquiera de las demás docenas de países que detienen a la gente por utilizar las redes sociales y lo llaman "calumnia" o "difamación" de esta o aquella vaca sagrada. Nunca sucede que los detenidos terminan resultando ser del partido político que gobierna (o la etnia, o la confesión religiosa, etc.). De algún modo siempre resultan ser personas que critican a quien gobierna el país. Quizá estos usuarios de Twitter realmente extendieron información falsa de forma maliciosa para, por algún motivo, desestabilizar la economía de Venezuela. O eso, o no creen que el presidente venezolano Hugo Chávez haya hecho lo correcto para la economía en su mandato, incluyendo el cierre de los bancos el año pasado.
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