Entre otras cosas, la prematura muerte de Michael Jackson hace un año ha servido para dejar en evidencia el grave problema de adicción a los fármacos que sufre Estados Unidos. Según los datos publicados ayer por la Casa Blanca, los «adictos de farmacia» no son exactamente un problema limitado a celebridades con recursos y conexiones, ya que su grave impacto no hace muchas distinciones de edad, género, raza, grupo étnico, nivel de educación, empleo o zona de residencia. Hasta el punto de constituir en estos momentos una de las más graves amenazas para la salud pública americana.
De acuerdo a los datos reunidos por las autoridades federales, Estados Unidos ha visto en una década cómo se ha cuadruplicado el número de adictos a los analgésicos que han llegado a requerir de tratamientos especiales para superar su nociva dependencia. Pasando de un 2,2 por ciento en 1998 de todas las admisiones para tratamientos de desintoxicación a un a un 9,8 por ciento en el 2008.
Las cifras de la Administración Obama también reflejan el impacto que esta plaga está teniendo en los servicios de urgencia hospitalarios. Durante el periodo entre el 2004 y el 2008 se han duplicado los ingresos de emergencia relacionados con el uso no autorizado de narcóticos. Con el consiguiente aumento en el número de sobredosis.
La fuente en casa
Según ha recalcado Gil Kerlikowske, responsable de la política anti-droga de la Casa Blanca, «estos datos deben servir de puntos de exclamación para destacar lo que ya sabemos: el abuso de los fármacos con receta es uno de nuestros problemas de droga de mayor crecimiento». A juicio de Kerlikowske, el gran agravante es que la fuente de este problema «muchas veces se encuentra en nuestras propias casas».
A juicio de Michele Leonhart, la responsable en funciones de la DEA (Drug Enforcement Administration), los datos del estudio dado a conocer ayer en Washington «son alarmantes y reflejan el tremendo daño causado por el
abuso de fármacos con receta que ocurre todos los días por todo nuestro país». Como parte de la estrategia nacional antidroga publicada en mayo por la Administración Obama, la DEA considera esencial luchar contra el negocio de farmacias ilegales y cuestionables clínicas especializadas en el tratamiento del dolor. Además de facilitar la eliminación de las dosis sobrantes de legítimas recetas.
Coincidiendo con la publicación de este informe, agentes de la DEA realizaron ayer una importante operación en el Estado de Nueva York que culminó con 30 detenciones. Esa trama manipulaba a médicos y farmacias para obtener medicamentos con receta y distribuirlos entre una amplia clientela, especialmente adolescentes. Los arrestos se han visto precedidos por las muertes de varios jóvenes por sobredosis de fármacos.
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