La externalización de servicios, fórmula que ya utilizan muchas empresas en el mundo, ha llegado a la industria de las noticias. En un artículo publicado en la Online Journalism Review, Jason Stverak, presidente del Franklin Center for Government and Public Integrity, una organización nacional de periodismo sin fines de lucro, se hace eco del «outsourcing», un nuevo modelo de producir contenidos que empiezan a adoptar determinados medios en Estados Unidos para cubrir un tipo de información de la que hasta ahora han prescindido.
Stverak alude a «The age of journalistic outsourcing» («La era de la externalización en el periodismo»), una columna de opinión de Howard Kurtz publicada en The Washington Post en la que desentraña el potencial de determinadas organizaciones periodísticas sin ánimo de lucro en la producción de contenidos informativos que deberían ser aprovechados por los medios tradicionales.
Este autor argumenta que a lo largo de la historia muchas organizaciones informativas sin fines de lucro han producido un gran volumen de reportajes de investigación de calidad acerca de temas muy diversos, dejando al descubierto escándalos y asuntos de interés público, que ahora y después de tanto tiempo empiezan a tener reflejo en algunos diarios.
Bien es cierto que no sólo son las organizaciones periodísticas sin fines de lucro las que se han percatado del potencial que pueden aportar con la prestación de este tipo de servicios a la industria de los periódicos. Las grandes multinacionales también han abiero una brecha en esta dirección, entre las que se encuentran, por ejemplo, AOL o Yahoo.
Razones del retraso
Pero, ¿por qué han tardado tanto los medios en recurrir a este tipo de servicios? Una de las razones es que se cree erróneamente que organizaciones periodísticas sin fines de lucro como productoras de noticias son competencia de los medios tradicionales. Sin embargo, como sostiene Kurtz en su columna, la colaboración entre organizaciones no lucrativas y los medios de comunicación está generando un magnífico contenido que puede cambiar la conversación entre los medios, la política y los ciudadanos.
El bajo coste de este tipo de servicios realizados por estas organizaciones periodísticas sin lucro es una razón de peso para que los medios recurran a ellas y puedan cubrir determinados temas alejados de su agenda diaria. Dos iniciativas que son ejemplo de este modelo son Watchdog.org y Statehouse News, proyectos periodísticos no lucrativos que cuentan con el apoyo del Franklin Center y cuyo contenido está a libre disposición del público y de los medios.
El periodismo sin fines de lucro juega un papel esencial y necesario dentro de la industria de la información. Los medios tradicionales, que siguen siendo el pilar en el negocio de las noticias, deben asumir la llegada de estas nuevos agentes y recurrir a su trabajo cuando así sea posible. Es una oportunidad que, según los defensores de esta tendencia, no pueden desaprovechar de cara al futuro.
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