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2011/02/18

¿Quieres corregir este artículo?

Los lectores de «The Washington Post» ya no sólo podrán enviar cartas al director, escribir comentarios o un «tweet» cuando detecten un error en alguna información el periódico, sino que podrán proponer correcciones a través de un formulario al que se accederá desde las noticias. 
El «Post» comenzó a publicar enlaces al formulario de correcciones en la columna derecha de cada uno de los artículos firmados el pasado lunes por la noche como un experimento diseñado para animar a los usuarios a plantear su corrección, según ha publicado el propio periódico en su web.
Los usuarios registrados al sitio web pueden sugerir sus correcciones, así como plantear sus ideas para coberturas informativas de futuro haciendo clic en los enlaces y rellenando el formulario. Después, los editores del periódico revisan los mensajes remitidos a lo largo del día y poner en práctica esas correcciones en las historias que contengan errores.
De momento, la nueva herramienta de correcciones, basada en Google Docs, todavía no se ha incorporado a los blogs del periódico. 

2011/02/14

174 periódicos al día

Cada persona recibe de media a diario en el mundo un volumen de información equiparable al contenido de 174 periódicos, según un estudio de la Universidad de California del Sur publicado en «Science». En 1986, cuando aún no se había popularizado internet ni el correo electrónico, y el común de los mortales no imaginaba siquiera el nacimiento de Twitter, Facebook o los «smartphones», ese volumen de información rondaba una cantidad equiparable a 40 diarios impresos.
Cada día, una persona envía información a través de datos o imágenes en un tamaño que necesitaría el espacio de seis rotativos, 200 veces más que las dos páginas y media de hace un cuarto de siglo. La capacidad del mundo para almacenar la información ha crecido un 28% anual desde 1986, mientras que la capacidad de transmisión de datos ha subido un 6% anual. Hace una década, el 75% de la información guardada en todo el planeta se hallaba en soportes analógicos como papeles, libros y cintas de vídeo. Las tornas han cambiado de forma importante y en 2007, el 94% de los fondos están en formato digital.

2010/12/22

Los periódicos que más interactúan con sus fans en Facebook

Aunque se ha constatado que no existe una relación directa entre la circulación de periódicos y el número de seguidores o comentarios que éstos tienen en su página de Facebook, el grupo Bivings ha realizado un estudio comparativo entre los 100 principales diarios de Estados Unidos para analizar qué tipo de interactividad (y con qué intensidad) o relación mantienen con sus fans en esta red social.
El objetivo del estudio ha sido realizar una comparación entre los grandes y pequeños periódicos estadounidenses, haciendo hincapié en el número de aficionados que interactúan con el diario y entre sí a través del contenido informativo que se publica en la llamada «fan page» de Facebook. De este análisis se extraen datos muy interesantes, por ejemplo, un periódico regional como el «Denver Post» tienen más fans en esta red social que diarios nacionales como «Los Angeles Times» o «The Wall Street Journal», que es el periódico más importante en términos de circulación.
Además de la cifra de seguidores en Facebook, la investigación ha analizado los 1.000 posts publicados en los muros de las «fan page» de los periódicos, y de lo que se extraen los siguientes resultados:
-La media de seguidores en Facebook por cada diario es de 21,2124
-La media de «me gustas» en un post es del 8,8%
-El porcentaje medio de comentarios por cada publicación es de 5,44%
El ranking de los diez periódicos con una mayor interactividad a través de su página en Facebook:
1. «The Washington Post». Es el tercer en número de fans, pero su particular y efectiva forma de relacionarse con su audiencia le ha llevado a liderar este top 10. Por cada post, recibe 41 «me gustas» y 55 comentarios;
2. «The Chicago Tribune». Aunque es el noveno en términos de circulación, cuenta con un alto porcentaje de número de «me gustas» y comentarios en cada publicación, así como preguntas de sus lectores;
3. «The Arizona Republic». Debido en parte a su colaboración con AZcentral.com y al gran número de seguidores que atrae a su página de Facebook, este periódico ha logrado situarse el tercero en esta clasificación a pesar de tener un 40% menos de circulación del Post;
4. «The Denver Post». Este periódico regional registra más seguidores que el diario nacional «Los Angeles Times»;
5. «San Jose Mercury News». El octavo en circulación, sus fans en Facebook se muestran muy activos y participativos;
6. The New York Times. Se trata del tercer periódico en términos de circulación, pero es de lejos el más popular en Facebook con más de un millón de fans, lo que supera actualmente la cifra de ejemplares vendidos. Sin embargo, el número de comentarios y «me gustas» que reciben sus posts o comentarios no reflejan ese volumen de seguidores;
7. «The Los Angeles Times». Aunque es superado por un periódico regional más pequeño como «Denver Post», sus fans y la participación de éstos a través de «me gustas» y comentarios es alta;
8. «The Cleveland Plain Dealer». La página de Facebook se ha convertido en el centro neurálgico de todas las cosas relacionadas con Cleveland;
9. «USA Today». Con una circulación de 1,8 millones, el estudio de Bivings considera que este periódico podría conseguir muchos más seguidores de los que tiene ahora, 38.000;
10. «The Wall Street Journal». Este diario es el mayor en términos de circulación en Estados Unidos, pero el número de fieles en esta red social es todavía una fracción de los que registra el Times en su fan page.

2010/11/05

"En 4 años no habrá más prensa de papel"

El arquitecto y divulgador tecnológico, Nicholas Negroponte, desde hace casi dos décadas hizo de la educación su bandera. Su última cruzada, fue lograr que cada chico pobre tenga una computadora portátil de cien dólares.

Este griego de nacimiento, pero norteamericano por educación, es descarada y políticamente incorrecto, partidario del software libre, orgulloso de ayudar a los países pobres y contrario al copyright.

"En 2015, la prensa escrita no existirá y todos nos acostumbraremos a informarnos a través de la red e incluso dejaremos de lado la televisión. A una minoría le costará adaptarse pero se darán cuenta de que si no lo hacen, se quedarán fuera de la sociedad. Estoy seguro de que una madre e incluso una abuela, si las enseñas, estarán encantadas de usar un iPad", dijo Negroponte a ABC.es.

Con respecto a los caudales de información, el experto explicó que "hay mucha información pero el usuario tiene que saber concentrarse en lo que le beneficia en realidad".

Además, se refirió a las redes sociales. Vaticinó un negro futuro para twitter, mientras que le dio más chances a facebook. "No creo que twitter vaya a durar mucho tiempo, un lugar donde se pierde mucho tiempo, aunque sí me parece interesante que se puedan emitir pequeños mensajes con facilidad, directamente. Si te interesan las noticias, el reto es llegar a la fuente principal, no a la de tercera o cuarta mano, en cambio facebook es mucho más útil", agregó.

Infobae

2010/11/03

La muerte de los periódicos llegará a partir de 2017

La desaparición de la prensa es una de las cuestiones que suelen aparecer en la mayoría de los encuentros periodísticos y sobre él se viene escribiendo desde hace ya muchos años. Como en todos los debates, existen posturas más o menos pesimistas en torno al futuro de la prensa. En la línea de quienes ven clara la muerte de los periódicos impresos encontramos un reciente estudio que sitúa en 2040 la extinción de la prensa tradicional. El informe, elaborado por Ross Dawson, especialista en este tipo de cuestiones, tiene dos apartados: una infografía sobre los países donde irá desapareciendo paulatinamente la prensa y un ideario con las razones que explican este proceso de extinción.
En el primer capítulo, el estudio ve a los periódicos de Estados Unidos como las primeras víctimas del proceso. Les seguirán los de Reino Unido, Islandia, Canadá y Noruega. En el caso de la prensa española, según la investigación, ésta desaparecerá en el año 2024, junto a la de Nueva Zelanda, República Checa y Taiwán. Los más rezagados son los periódicos de Sudamérica, África y el sur de Asia, entre otros motivos porque éstas ahora están atravesando por uno de sus mejores momentos.
Sobre las causas que explican por qué se extinguirán los periódicos impresos, Dawson señala:
1. El incremento del uso y de la función que se le atribuye a los teléfonos móviles;
2. Relacionado con lo anterior, el aumento del consumo de tabletas y e-readers;
3. Los cambios en los costes de producción e impresión de los periódicos;
4. Se observa otras tendencias en la inversión publicitaria (las estadísticas apuntan a un traslado de la inversión a otros medios, especialmente internet);
5. Desarrollo de plataformas abiertas;
6. La adopción de nuevos mecanismos de monetización;
7. El desarrollo del papel digital
Para la realización de este estudio se han tomado en cuenta varios elementos como la penetración de los medios digitales, la situación demográfica de cada país, la política que desarrollan los gobiernos hacia la prensa, los programas de alfabetización con los que se cuenta, el comportamiento del consumidor, especialmente, su disposición a pagar por las noticias, el estado actual de la industria de los medios y la situación económica de cada país y su nivel de adopción tecnológica. 
 

2010/10/29

Periódicos en 3D para captar lectores

El periódico japonés Nikkan Deportes ha decidido apostar por la tecnología 3D para captar nuevos lectores. Y lo ha hecho con una edición especial de 12 páginas que incluye un par de lentes, del que según el propio diario se han llegado a vender 5.000 unidades. La venta de estos ejemplares tuvo además como escenario el estadio de fútbol Saitama. 
Este experimento forma parte de los esfuerzos que está realizando este diario japonés para «atraer la atención del público y promover periódicos, utilizando el periódico como herramienta», según ha asegurado Shuji Imoto, gerente de ventas de este periódico deportivo. Sin embargo, no es la única iniciativa en 3D que se ha puesto en marcha. Desde el pasado año Nikkan Deportes ha publicado varias ediciones especiales para conseguir audiencia.
Parece que la tecnología 3D ha seducido a algunas empresas periodísticas, ya que hace unos meses «Bild», el periódico alemán de mayor tirada en Europa, anunciaba que iba a salir a la venta en formato tridimensional. De esta manera, el diario germano se sumaba a la práctica que habían realizado en su momento otros como el británico «Sun» y «La Dernière Heure» de Bruselas.

La publicidad sigue dando la espalda a los periódicos

La inversión publicitaria en medios convencionales ha crecido un 2,6% entre enero y septiembre de 2010, situándose en un volumen de 3.762,1 millones de euros, frente a los 3.666 millones que se registraron en el mismo periodo del año anterior, según el último estudio Infoadex.
De esta manera, el mercado suma su tercer trimestre con evolución positiva, siendo el cine, con un crecimiento del 49,4 por ciento, internet (12,8%) y la televisión (7,1%) los que muestran una recuperación más rápida después de la crisis que ha atravesado el sector, como consecuencia de la reducción de la publicidad.
Por volumen de ingresos, en estos nueves meses, la televisión continúa siendo el medio que más ingresa en publicidad, con un total de 1.767,3 millones de euros; seguido de los diarios, 801,9 millones; la radio, 385,8 millones; las revistas, 289,8 millones; los soportes publicitarios exteriores, 264,5 millones; internet, 195,5 millones; los dominicales, 46,9 millones y el cine, 14 millones. Los diarios han registrado en estos nueves meses una caída del 4,8% de sus ingresos publicitarios, aunque continúan siendo el segundo medio por su cuantía absoluta de inversión publicitaria.
Las revistas y las radios son los otros medios que también han visto decrecer sus ingresos, con caídas del 2,5% y 1,1%, respectivamente. Mientras, Internet ha multiplicado por cuatro su crecimiento desde el mismo periodo de 2009, aunque el volumen de ingresos publicitarios de los medios digitales continúa siendo inferior al de la televisión, los diarios, la radio, las revistas o los anuncios exteriores y sólo supera a los dominicales y el cine.
Más inversión en canales de pago y TDT
En cuanto a la televisión, los mayores crecimiento en inversión publicitaria se registran en los canales de TDT generalistas, distintos de las televisiones de origen analógico, y los de pago, que registran un crecimiento del 152,5% y el 41,1% respectivamente, aunque el mayor volumen de negocio lo continúan teniendo el grupo de televisiones nacionales y autonómicas que ya emitían en analógico.
Así, Antena 3, Telecinco, Cuatro y La Sexta han aumentado su inversión publicitaria estos nueve meses de 2010 en un 2,5%, alcanzando un importe de 1.472,9 millones de euros, lo que ha supuesto que su cuota de mercado dentro del medio se sitúe en el 83,3%. Esta cuota de mercado implica una reducción del 3,8% respecto al año anterior.
No obstante, según explica Infoadex, al estar recogida en este grupo en 2009 la inversión de TVE, que desaparece en este año, las participaciones de mercado individuales de sus componentes se han visto «sustancialmente incrementadas en este período». A su vez, la inversión publicitaria en el grupo de las televisiones autonómicas se situó en los nueve primeros meses del año en la cifra de 198,7 millones de euros, un 23,5% más que los 160,9 millones que se registraron en igual período en 2009.
Esta evolución lleva la cuota de mercado de este grupo de televisiones al 11,2%. Las otras TDT generalistas han evolucionado con un «fuerte crecimiento» del 152,5%, llegando a alcanzar un volumen de facturación de 49,9 millones sobre los 19,8 millones que tenían en los tres primeros trimestres del año anterior, llegando a una cuota del 2,8% del mercado. También han mostrado un «comportamiento muy positivo» los canales de pago, que presentan un crecimiento del 41,1% y una cifra absoluta de 45,7 millones, lo que sitúa su cuota de participación en el 2,6% en los nueve primeros meses de 2010.

2010/10/22

Prohibido discutir con la audiencia

ABC

En un intento por controlar aún más la actividad de sus periodistas en las redes sociales, «The Washington Post» ha decidido prohibir a sus profesionales discutir con los lectores vía Twitter. Una decisión con la que el periódico estadounidense resuelve el problema que se les plantea a todas las organizaciones de noticias sobre qué deben hacer -si responder o no- ante las críticas que la audiencia vierte en la popular plataforma de microblogging. En su nota, el periódico recuerda, según el blog The Guardian Greenslade, que el propósito fundamental de «las cuentas en esta plataforma es [sólo] promover noticias del medio y aumentar la audiencia».
La medida adoptada por «The Washington Post» se produce después de que éste alojara un polémico artículo de un «activista anti-gay». En esta pieza, que vio la luz después del gran número de suicidios de adolescentes, se defiende que la homosexualidad es un tema de salud mental, lo que originó un gran aluvión de críticas de gays en Twitter. El periódico optó por defender la publicación de ese contenido ante los «tuiteros» más críticos. «En ocasiones damos participación (a los lectores) en un conversación privada, pero si entramos en el debate con ellos a través de estos medios sociales, sería como permitir que después de que un lector escribe una carta al director reciba la respuesta de un periodista. Y esto no lo hacemos», recoge la nota del «Post».
Esta prohibición, que viene a sumarse a las directrices que se han marcado desde la dirección del periódico en torno a cómo se tienen que comportar sus periodistas en las redes sociales, ha sido bastante criticada en el sector. En este sentido, Roy Greenslade, autor del citado blog de «The Guardian», considera que en la era digital, en el que los lectores han adoptado un rol participativo, prohibir a los profesionales de la información debatir con la audiencia es una «negación de la libertad».
Desde Tbd.com, sitio informativo sobre la actualidad de Washington, se trata de justificar la decisión como un intento por evitar que los periodistas se enzarcen en la plataforma «con aquellos detractores del papel, que hay y muchos». Aunque más allá de esta cuestión plantea como problema de fondo los argumentos especulativos que se sostienen en el artículo de la polémica.
En contra de esa estrategia
La cruzada que parece haber emprendido el «Post» contra la actividad de sus empleados en las redes sociales no es compartida, sin embargo, por otros periódicos que, lejos de esta postura, han apostado por lo contrario, por incentivar y fomentar la participación de sus periodistas en estos espacios con el fin de interactuar con los lectores. Es el caso, por ejemplo, de «The Guardian», que ha lanzado unas directrices muy claras y contundentes, en las que anima a su personal a «participar en las conversaciones que se generan en torno a nuestro contenido y asumir la responsabilidad que se deriva de esas conversaciones», recoge uno de los ocho principios que se recogen en una especie de libro de estilo sobre la presencia de su marca y periodistas en las redes sociales. También la BBC ha introducido varias directrices en las que insta a sus profesionales a interactuar y conversar en las redes sociales en una nueva guía en la que igualmente ha cambiado su política de enlaces (más hipervínculos externos y, especialmente, a contenidos de análisis).

2010/10/18

«i», el primer periódico en Reino Unido después de un cuarto de siglo

ABC

El primer diario en salir a la calle en el Reino Unido desde hace casi un cuarto de siglo comenzará a publicarse el próximo martes, 26 de octubre, según han anunciado este lunes sus editores que lo calificaron de periódico de «calidad», independiente y de bajo precio. 
Creado por el grupo editor de «The Independent», el nuevo periódico, bautizado como «i», se publicará de lunes a viernes y se dirige a lectores que quieran un diario conciso que cueste sólo 20 peniques (24 céntimos de euro). Es la quinta parte de lo que cuestan los diarios de información general, incluido «The Independent», y menos de la mitad del precio de la mayoría de los tabloides sensacionalistas.
El oligarca ruso Alexander Lebedev, director del grupo Independent Print, propietario del diario «The Independent», afirmó hoy su compromiso con «una prensa libre y vibrante» y con las «aventuras de tipo mediático» que unen lo innovador a la calidad periodística.
«Primer periódico de calidad»
Lebedev, que compró «The Independent» en 2010 por el precio simbólico de una libra, es además dueño del vespertino gratuito londinense «Evening Standard» y copropietario, junto al ex presidente soviético Mijail Gorbachov, del diario ruso «Novaya Gazeta». Su hijo, Evgueny Lebedev, presidente del grupo editor, se declaró por su parte «muy orgulloso de lanzar "i", que será el primer periódico de calidad en salir en Gran Bretaña desde que comenzó a publicarse "The Independent" en 1986». «Mi padre y yo creemos en una prensa libre como herramienta fundamental de una democracia y ambos creemos que los periódicos tienen un futuro, y muy importante», agregó Lebedev.
El director del nuevo diario, Simon Kelner, que procede de The Independent, afirmó por su parte: «Con el lanzamiento de "i", estamos haciendo otra vez algo radical y nuevo, estamos creando un periódico para hoy que conserva las cualidades esenciales de "The Independent"».

2010/10/15

Un periódico para los musulmanes del mundo

ABC


A principios del próximo año verá la luz un periódico musulmán en Reino Unido, dirigido «a los musulmanes de todo el mundo», según ha publicado «The Guardian». El semanario tendrá su sede en Londres y contará con el respaldo del operador paquistaní de televisión ARY Digital.
ARY, conocido por difundir la versión paquistaní de «¿Quién quiere ser millonario?», tiene presencia en varios países del Golfo y en América del Norte y Reino Unido, donde se lanzó en 2000 como canal paquistaní de Sky. El periódico será editado por Burhan Wazir, ex subdirector de reportajes del «Times».
Wazir ha asegurado que el periódico musulmán pretende «servir a la diáspora musulmana» y su público objetivo tendrá entre 20 y 45 años. Según journalism.co.uk, la publicación incluirá noticias impresas y digitales y cubrirá temas económicos, de deportes y de opinión, con el fin de «tender puentes sobre las cuestiones comunes en el mundo musulmán». Contará con una plantilla de entre 20 y 25 periodistas y se servirá de la red de profesionales de ARY (unos 100 periodistas que cubren el sur de Asia).
Aunque no corren buenos tiempos para las organizaciones periodísticas, lo cierto es que este periódico tiene una mayor probabilidad de éxito al tratarse de un producto de nicho y de gran interés para un público muy concreto. 

2010/10/13

Chris Csikszentmihályi : "Los periódicos son los medios cívicos por excelencia"

El Pais

Grassroots mapping es un proyecto de cartografía participativa de bajo coste. Con un globo y una cámara digital, cualquiera puede tomar imágenes aéreas de un territorio. Desde mayo un ejército de ciudadanos está retratando el devastador efecto del vertido petrolífero del Golfo de México. Las imágenes, actualizadas semanalmente y bajo dominio público, pueden ser usadas por los afectados para reclamar indemnizaciones a BP. La misma tecnología, que cuesta unos 100 dólares, sirve en Perú para que sean los niños quienes pongan en el mapa a sus 100 familias, originarias de la amazonía, residentes en Lima desde hace nueve años. Como en los mapas oficiales su comunidad no existe, no pueden exigir luz o agua y "menos aún reclamar títulos de propiedad sobre la tierra que ocupan", explica Chris Csikszentmihályi, director del Future Civic Media center del MIT , de vista en Barcelona invitado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) . Este grupo multidisciplinar promueve tecnologías abiertas, económicas y reutilizables, como Grassroots maping, para "fortalecer comunidades geográficas".
La prensa escrita es, según Csikszentmihályi, el modelo de medio cívico por excelencia. "Ayuda a la comunidad a estar informada, a comprometerse políticamente, a reflexionar....". Sin embargo, Internet y la tecnología digital han transformado el sector, que se desengra económicamente y corre el riesgo de desaparecer. Algunos servicios digitales suplen algunas de las funciones de los diarios. Por ejemplo, Craiglist con los anuncios clasificados. "Es un servicio web geográfico perfecto para el intercambio y la compra venta de todo tipo de cosas, pero poco más".
A pesar del panorama, Csikszentmihályi está convencido de que las funciones que hasta ahora cubría el periódico "regresarán, pero de manera diferente y, probablemente, suministrada por otros". Ya hay algunos ejemplos. Como Little sis , "un gran hermano al revés donde son los ciudadanos quienes controlan al poder". El sitio detalla las conexiones entre la gente influyente y las organizaciones, que inciden en la política. Little sis recopila información pública, pero dispersa. Los empleados de la página y los voluntarios actualizan los perfiles de los ejecutivos de las empresas, miembros de grupo de presión y representantes electos con datos biográficos y financieros. El resultado, como ellos mismos lo definen, es "un Facebook involuntario de la gente influyente".
En Councilpedia se sigue el rastro del dinero. El sitio, en formato wiki, fiscaliza qué cargos electos reciben dinero, y de quién en la ciudad de Nueva York.
"No todo el mundo es periodista"
Csikszentmihályi diferencia estas tecnologías, los civic media, del periodismo ciudadano. "El término ya es un contrasentido en sí mismo, porque no todo el mundo es periodista. El periodismo es una profesión, que debe ser remunerada. Si no pueden realizar su tarea, evidentemente lo tendrán que hacer los ciudadanos, pero no será nunca lo mismo porque el trabajo que desempeña un periodista no lo pueda realizar cualquiera. En el caso de Councilpedia, donde siguen a un cargo electo, lo hacen porque tienen interés en ello. Sin embargo, ¿cómo convierten esta tarea en algo útil para el resto de la comunidad incluso cuando no se comparten las mismas ideas políticas? Y esto es uno de los secretos de nuestra aproximación a los civic media: no podemos transformar un millón de ciudadanos en periodistas. Nunca funcionará. Sobre todo porque el periodista no debe sólo pensar en su propio interés, sino en el de la sus lectores, de ideologías y procedencias diversas. Y los ciudadanos no tienen por qué hacer esto. Es una de las claves de las civic media, que sean útiles de manera individual, pero a la vez sirvan a la comunidad".

2010/09/20

El país donde prosperan los periódicos

ABC

La India se sitúa por delante de Estados Unidos y China en número de periódicos con 2.700 cabeceras, una cifra muy superior a la que registran los dos países citados, con 1.397 y 1.000, respectivamente, según un estudio realizado por la Asociación Mundial de Periódicos (WAN), lo que representa un crecimiento del 44% desde el año 2005. Estos datos son muestra de la época dorada que viven los periódicos del país asiático en medio de un panorama desolador que afecta a la industria periodística mundial.
Pero aún hay más evidencias que prueban el «renacimiento» de la prensa en ese país. Su principal periódico, The Times of India, se encuentra entre las diez publicaciones del mundo en circulación, con una tirada de 4 millones de ejemplares.
¿Qué razones pueden estar detrás de estos buenos resultados? Bhaskar Rao, director del Centro de Estudios de Medios de Comunicación de Nueva Delhi, asegura en una reciente entrevista publicada por AFP que existe «un hambre de saber» entre la población india que le lleva a buscar las historias que ven en la televisión en los periódicos durante los días siguientes.
También se puede apuntar un motivo económico. La mayoría de las cabeceras son bastante baratas. Se sitúan en un precio inferior a las 4 rupias, lo que equivale a ocho centavos de dólar en Estados Unidos y esto hace posible que los hogares se suscriban a más de un periódico a la vez.
A estos dos motivos se suman otros como el aumento del índice de lectura, que viene creciendo desde la década de los 90, y el hecho de que los periódicos no tengan que competir con internet, debido a los altos costes que tiene el acceso a la Red y la «falta de infraestructuras». En este sentido, cabe destacar que este país sólo cuenta con 55 millones de internautas.

"Algunos periódicos se están disparando a sí mismos"

El Pais

Cuando a Jeff Jarvis le fue diagnosticado un cáncer de próstata y de pene, no se le ocurrió otra cosa que contarlo abiertamente en su blog. Sí, ¿por qué no?, pensó. Por qué no reflejar aquello que le estaba ocurriendo, por qué no compartirlo con sus seguidores en buzzmachine.com, su bitácora, una de las más demoledoras con los grandes grupos de comunicación, con los resistentes al cambio, con los "dinosaurios" de la era impresa. El 10 de agosto de 2009 lo contó. Como cuenta él las cosas, sin pelos en la lengua.
La cuestión de la privacidad es uno de sus nuevos caballos de batalla. Considera que los que agitan el fantasma de la pérdida de privacidad limitan las posibilidades de crear comunidad en la Red. "La privacidad es como una especie de paraguas que usamos ahora para esconder nuestros miedos a las nuevas tecnologías", espeta, erguido en la butaca de su despacho en la City University de Nueva York (CUNY).
Pregunta. El bloguero Mark Dery le acusó entonces de compartir demasiado en la Red por hablar tan abiertamente de su enfermedad.
Respuesta. Sí, es la única persona que me ha criticado por hablar abiertamente de mi cáncer de próstata y de pene. Esa noción de compartir demasiado es una crítica. Viene a decir que no quiere saber eso de mí: "Compartiste demasiado". La respuesta es fácil: "No me leas". Lo que le pasa es que Dery tiene una visión mediática. La gente de los medios vemos Internet como si fuera un medio; esperamos que actúe como un medio: producido, editado, pulido, limpio, controlado. Pero Internet no es un medio; es un sitio. Internet es sociedad, un espacio donde nos conectamos con los demás; con información, con acciones, con transacciones. Hay gente buena, gente mala, gente inteligente, gente estúpida. Internet es vida, la vida es desordenada, y así es Internet, desordenado. Y eso es lo que gente como Dery no puede entender ni soportar. Ven una página como si fuera la de una revista, y no lo es; no tiene nada que ver. Es también el problema de los grupos de comunicación: siguen creyendo que Internet debería operar como su industria. No. El control de Internet lo tiene la gente, es de la gente. Ahí somos invitados, y si no añadimos valor, sobramos.
Así es Jeff Jarvis. Agudo y certero en sus dardos. Irónico cada vez que la ocasión lo permite. Incorrecto. Como decía hace unas semanas Bill Keller, director de The New York Times, un hombre al que le gustan los grandes pronunciamientos. Como dirían las más de 100.000 personas que visitan su blog, o las más de 42.000 que siguen sus mensajes en Twitter, una referencia.
Jarvis, en cualquier caso, es de los que no dejan indiferente a nadie. Circunstancia esta que cultiva con ahínco.
Llegan ecos de sirenas y cláxones a su despacho en la escuela de periodismo de la Universidad. Estamos a un par de manzanas de Times Square, en el corazón de Nueva York. A sus 56 años, Jarvis se dedica a sus clases, a sus negocios -el sitio web Daylife-, a su blog y a animar el cotarro. Estuvo a punto de estudiar para abogado, pero lo dejó al darse cuenta en el periódico del colegio de que tal vez podría vivir de escribir. Trabajó durante años en televisiones y periódicos, en el Chicago Tribune, en el San Francisco Examiner. Fundó la revista Entertainment Weekly hace 20 años. "Soy un tío de papel, con barba blanca", bromea, recordando sus inicios. El 11-S supuso para él el salto del mundo impreso al mundo web.
Jeff Jarvis se encontraba a una manzana de la Torre Sur cuando esta se derrumbó el día del fatídico atentado. Ni corto ni perezoso, se puso manos a la obra y empezó a entrevistar a todos los protagonistas directos a los que tuvo acceso; algo que, confiesa, su mujer aún no le ha perdonado. Envió como siempre su crónica, pero se dio cuenta de que le habían quedado fuera tantas cosas que contar... Así que menos de una semana después del atentado abrió su primera bitácora. Desde entonces, está enganchado. "Esto me enseñó un nuevo modelo de cómo los medios deberían operar: más como una conversación y un proceso que como un producto. Pero todavía no me he hecho del todo a la idea del alcance del cambio que vamos a ver".
Sobre su mesa, un Mac portátil -ordenador Macintosh-, un Mac de mesa, dos iPhone y un iPad empaquetado. Uno de los últimos gestos-espectáculo de Jarvis antes del verano fue colgar un vídeo en el que, despotricando del iPad, devolvía a la tienda Apple su tableta. Jarvis sostiene que el iPad es retrógrado, que vuelve a considerar al público como una audiencia en vez de como a gente que comparte y participa del proceso. "Los directores de periódicos están encantados usando el iPad, ven la oportunidad de recuperar el control que han perdido. Pero ya no hay vuelta atrás. La gente se ha acostumbrado a navegar. No va a funcionar. Si la tableta no te permite enlazar, tener Google, añadir comentarios, pierde todo lo sexy de Internet".
P. Rosental C. Alves comentaba hace poco en Lisboa que se hallaba en una especie de crisis existencial. Acostumbrado a ver auditorios de periodistas asombrados ante los grandes cambios que él vaticinaba, ahora ya ve que la gente ha asumido la revolución digital. ¿Le ocurre a usted algo similar?
R. Tiene razón. Hubo un tiempo en que gente como Rosental y yo empezamos a hablar de los cambios que veíamos venir y fuimos condenados y pateados. Ahora ya no. Lo que vemos ahora es la dura realidad del negocio de las noticias que nadie puede negar. La resistencia que vimos, el esfuerzo de proteger el pasado, no se ha ido del todo, sigue ahí. Pero el cambio es inevitable, es enorme y está encima de nosotros. Y lo que vemos ahora son empresas mediáticas más desesperadas que nunca pensando qué hacer con todo esto, tal vez, demasiado tarde.
P. ¿Demasiado tarde por qué?
R. He pasado muchos años en este negocio, he trabajado duro para mantenerme al día, y pienso que algunos aún pueden reaccionar. Pero el cambio, en muchos casos, será demasiado grande y doloroso. En Washington está The Washington Post, uno de los mejores periódicos norteamericanos, y nuevos sitios web como Politico o tbd.com, dirigido por Jim Brady, que compiten en la cobertura de la política. Estos nuevos sitios trabajan con dos docenas de reporteros, construyen una red de colaboradores y blogueros y se aprovechan de todas las ventajas de la economía de Internet; una de ellas, hacer las cosas sin coste. "Haz lo que mejor sabes hacer y enlaza lo demás", esta es una de mis frases baratas para presentaciones en PowerPoint. Trabajando en red, colaborando, se ahorra dinero, se funciona con eficiencia. Cuando The Washington Post saque una gran historia, Brady proporcionará el enlace a esa gran historia. O sea, él opera con pocos costes. ¿Cómo va a redimensionarse The Washington Post, con 745 periodistas en su redacción, en este nuevo mundo eficiente? Es caro y, culturalmente, muy complicado. El coste de redimensionar el negocio, de perder empleados, de quitarse de en medio activos, es alto. Va a ser muy difícil para algunas grandes instituciones cambiar lo suficiente; y mientras tanto, van a emerger nuevos emprendedores que verán las oportunidades de negocio para irrumpir.
Jarvis habla rápido, devorando sus propias palabras. Sus frases se atropellan intentando seguir en vano el ritmo de sus ideas.
P. Hay quien dice que los medios tradicionales pecaron de arrogantes en la conducción del debate público.
R. Al principio era una arrogancia natural que provenía de los medios de producción y distribución. "Yo, editor, tengo acceso a publicar; tú, no; yo decido qué se publica, esto se convierte en mi responsabilidad, no en la tuya". Y los medios se tomaron su responsabilidad muy en serio. En ese punto del proceso, no era arrogancia, era necesidad. La arrogancia llegó cuando ya todos pudimos publicar. Y lo que vimos, y seguimos viendo, son periodistas mirando por encima del hombro a esos blogueros y a sus lectores. Es peligroso colocarte por encima de tu público. Pero todo eso responde al miedo al cambio.
P. Bueno, los blogueros también deciden, ellos solos, lo que van a publicar y lo que no, y cuál es el tema del día.
R. Sí, totalmente.
P. O sea, que la arrogancia también puede trasladarse y de hecho se traslada a algunos blogueros...
R. Sí, por supuesto. He visto a blogueros mirando por encima del hombro a los viejos dinosaurios de los medios tradicionales, y eso también es peligroso.
P. Dice usted que, en periodismo, el valor ahora es la selección e intermediación en vez de la creación. Para que haya intermediación, hará falta que alguien cree algo, ¿no?
R. Desde luego. Pero hay necesidad de ambas cosas. En un mundo de hiperabundante oferta de contenido, lo caro no es crear el contenido, sino encontrar el mejor contenido. No es que sea gratis crearlo, pero hay tanto que elegir que la selección se convierte en una gran necesidad. Y ese es un papel editorial. Los periodistas nos convertimos más en seleccionadores de información que en creadores de información. El otro hecho económico es que hay dos maneras de añadir valor en Internet. A la gente no le gusta oírlo, pero yo suelo decir que es la economía de la tinta frente a la economía del enlace (en inglés, ink versus link). En la economía del enlace es el enlace el que aporta valor: un contenido sin enlace no tiene valor, nadie lo ve; gana valor a medida que genera enlaces.
Jarvis explica que The Huffington Post, enlazando a un contenido de The New York Times, le aporta audiencia. Y argumenta que son los medios los que deben buscar la manera de monetizar esa audiencia; poniendo publicidad, por ejemplo, en esas páginas; y tal vez compartiendo los ingresos del anuncio con The Huffington Post. "Es un modelo de negocio muy distinto del modelo tradicional de contenidos. Son distintas estructuras económicas".
P. Rupert Murdoch afirma que los que agregan contenidos son plagiarios.
R. Murdoch está intentando buscar un culpable por su falta de estrategia. Murdoch recibe visitas de enlaces de la gente, de búsquedas de la gente... Si los medios no encuentran la manera de monetizar eso, es su culpa. Si Murdoch dice a la gente que es inservible, ese es su peor negocio.
Jarvis tiene respuestas para todo. Escribe a diario en su bitácora, imparte sus clases, sus conferencias, así que ante cada pregunta parece que abriera el cajoncito mental correspondiente y sacara su respuesta, siempre articulada, meditada, escrita, previamente blogueada.
Sostiene que el papel aguantará poco. "Algunos periódicos en grandes mercados pueden morir, pero creo que algunos se están disparando a sí mismos". Dice que los diarios están inmersos en un proceso de adelgazamiento y que cuando se reduzcan los ingresos por publicidad dejarán de imprimir. "Google comparte riesgos con los anunciantes (por clics), la prensa tradicional no. Tiene éxito con los anunciantes porque les ofrece un mejor trato".
El año pasado publicó ¿Y Google cómo lo haría? Ahora está preparando otro libro: Private parts. Privacy on the Internet. La tesis: demasiada privacidad conduce a una pérdida del sentido de comunidad. Aunque crítico con la manera de operar de Facebook, da la batalla con el asunto del miedo que generan las redes sociales por la cuestión de la privacidad. Un miedo que le recuerda al que desencadenó el nacimiento de la cámara Kodak. Fue la primera vez que la cuestión de la privacidad llegó a instancias legislativas en su país, en 1890, según relata. Entre 1890 y 1910, la gente que poseía esas cámaras eran los llamados kodakers y eran expulsados de los parques en Washington: "Asustaron al mundo: ¡esa cosa nueva podía captar nuestra imagen y usarla! Ahora todos nos paseamos con cámaras. Está bien tener miedo al futuro y perderse en debates; pero el peligro es que te cierras a nuevas oportunidades".
P. Ron Rosenbaum, columnista del sitio web Slate, dice que usted se ha convertido en el jefe de los pontificadores y que no tiene corazón cuando habla tan duramente de los reporteros, los escritores y los generadores de contenidos.
R. Sí, ese hombre tiene un problema conmigo [suspira]. ¿Qué se supone que debo hacer, llorar un galón de lágrimas?, ¿qué añade eso? Yo no he creado esa economía del enlace, estoy intentando describirla; es una realidad, y estoy intentando ver cómo se enfrenta uno a esa realidad; protestar ante lo que viene no te lleva a ningún sitio; gimotear, tampoco. La gente tiene que enfrentarse a su nueva realidad. Por eso enseño periodismo en la CUNY, hago cosas por los estudiantes, les entrenamos para que emprendan nuevos negocios. Esto es mucho más productivo que unas cuantas lágrimas.

De frente y perfil

» Jeff Jarvis, 56 años, bloguero, gurú, profesor de la escuela de periodismo de la City University de Nueva York (CUNY) y director del programa de periodismo interactivo y nuevos modelos de negocio. Consultor de medios.
» Bloguero demoledor con las grandes corporaciones mediáticas y con los periodistas que considera obsoletos, es el defensor número uno de Google y el enemigo número uno del pago por contenidos en la Red. El año pasado publicó el libro ¿Y Google cómo lo haría?
» Sus datos. Más de 100.000 personas leen su blog, buzzmachine.com. Más de 42.000 personas siguen sus mensajes en Twitter.
» Su apuesta. Los viejos medios tradicionales lo tienen difícil para adaptarse al nuevo ecosistema, aunque es posible que algunos consigan reaccionar, sostiene. Surgirán plataformas de nuevo cuño que irrumpirán en el panorama mediático.
» Él. Casado y con dos hijos de 18 y 13 años. Se levanta a las seis de la mañana. Antes, lo primero que hacía era fumarse un cigarrillo. Ahora, lo primero, mira su Twitter.

2010/09/01

El periódico 'Jornal do Brasil' deja el papel para convertirse en diario digital

El Tiempo

Uno de los más antiguos diarios de Brasil, el 'Jornal do Brasil' deja este miércoles el soporte de papel para convertirse en el primer diario del país con una edición exclusivamente digital.
Para inaugurar esta nueva etapa, el diario, fundado en 1891 en Río de Janeiro, publicará un artículo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva "especialmente redactado para la ocasión", afirma el rotativo este martes en su sitio de Internet.
"Coherente con su tradición de pionero, el diario, una vez más, está adelantado", rezan las publicidades destinadas a los lectores, recordando que en 1995 ya era el primer diario brasileño en llegar a Internet.
Pero también es en los años 90, tras sucesivas crisis financieras, que su tirada bajó en beneficio de su histórico competidor, 'O Globo'. Incluso, después de su venta en el 2001, el diario no logró recuperar su aura y tuvo que luchar para no desaparecer, recuerdan los analistas del sector.
El 'Jornal do Brasil', opositor al régimen militar, y que siempre defendió la libertad de expresión, afirma en su sitio de Internet que "seguirá existiendo, ágil, moderno e influyente" y más "ecológico".
"Cada día en que un diario como el 'Jornal do Brasil' no es impreso en papel, 72 árboles menos son cortados. En el año, son preservados unos 30.000 árboles", detalla el diario.
Desde este miércoles y por 15 días, el 'Jornal do Brasil' digital tendrá su contenido abierto a todo público, pero luego sólo los suscriptores tendrán acceso.
El ministro de la Comunicación Social del gobierno, el periodista Franklin Martins, consideró como "normal" el paso a la era digital, afirma el mismo 'Jornal do Brasil'. "Pienso que dentro de 25 años todos los diarios del país dejarán el papel", estimó.

2010/08/09

Los periódicos prueban nuevas vías de ingresos ante la crisis

ABC

Las fuentes de donde los periódicos de papel obtienen sus beneficios está cambiando a raíz de la crisis económica y la disminución de la publicidad, acabando con la tradicional fórmula de 80 por ciento de ingresos publicitarios y 20 por ciento de venta, según un estudio de la Universidad de Harvard.
Según este trabajo, los beneficios por venta de publicidad en los periódicos de EEUU han caído desde los 50 billones de dólares en 2000 a los 24 billones de dólares en 2009, lo que ha modificado los porcentajes de fuentes de beneficios de los principales rotativos, que cada vez obtienen más por circulación.
En este sentido, el estudio destaca que, en paralelo a esta «disminución de beneficios» en la publicidad, los periódicos estadounidenses han ido subiendo en los últimos tres años los precios de su venta en quiosco o suscripción, lo que ha aumentado sus ingresos en este apartado.
Así, en los últimos cuatro meses, el 40 por ciento de los beneficios del New York Times llegaron de la venta, frente al 53 por ciento de la publicidad y al 7 por ciento de otros negocios. Mientras, el 27 por ciento de ingresos del grupo editor Gatehouse fueron por venta, el 71 por ciento por anuncios y el 2 por ciento por otros.
Lejos del modelo japonés
De esta forma, la prensa estadounidense se acerca al modelo más extendido en Europa, en donde el porcentaje de beneficios que obtienen los periódicos de la venta está entre el 35 y el 45 por ciento, según el estudio, pero aún está lejos de Japón, donde los editores obtienen «la mayoría» de sus beneficios de la circulación.
Para Ken Doctor, responsable del estudio, estos datos evidencian que la prensa se dirige a una época de «beneficios de los lectores». En este sentido, el estudio pronostica que en los próximos años los editores van a ver aumentado su beneficio en la venta directa. Esto será posible no sólo con la venta en quiosco de ejemplares y suscripciones tradicionales sino con otras modalidades de pagos por ver una noticia en la web, por contenidos para las nuevas tabletas como el iPad, suscripciones digitales o combinaciones que permitan a los lectores tener acceso a la web y al periódico en papel.

2010/07/16

El «outsourcing» llega a los periódicos

Fuente: ABC.

La externalización de servicios, fórmula que ya utilizan muchas empresas en el mundo, ha llegado a la industria de las noticias. En un artículo publicado en la Online Journalism Review, Jason Stverak, presidente del Franklin Center for Government and Public Integrity, una organización nacional de periodismo sin fines de lucro, se hace eco del «outsourcing», un nuevo modelo de producir contenidos que empiezan a adoptar determinados medios en Estados Unidos para cubrir un tipo de información de la que hasta ahora han prescindido.
Stverak alude a «The age of journalistic outsourcing» («La era de la externalización en el periodismo»), una columna de opinión de Howard Kurtz publicada en The Washington Post en la que desentraña el potencial de determinadas organizaciones periodísticas sin ánimo de lucro en la producción de contenidos informativos que deberían ser aprovechados por los medios tradicionales.
Este autor argumenta que a lo largo de la historia muchas organizaciones informativas sin fines de lucro han producido un gran volumen de reportajes de investigación de calidad acerca de temas muy diversos, dejando al descubierto escándalos y asuntos de interés público, que ahora y después de tanto tiempo empiezan a tener reflejo en algunos diarios.
Bien es cierto que no sólo son las organizaciones periodísticas sin fines de lucro las que se han percatado del potencial que pueden aportar con la prestación de este tipo de servicios a la industria de los periódicos. Las grandes multinacionales también han abiero una brecha en esta dirección, entre las que se encuentran, por ejemplo, AOL o Yahoo.
Razones del retraso
Pero, ¿por qué han tardado tanto los medios en recurrir a este tipo de servicios? Una de las razones es que se cree erróneamente que organizaciones periodísticas sin fines de lucro como productoras de noticias son competencia de los medios tradicionales. Sin embargo, como sostiene Kurtz en su columna, la colaboración entre organizaciones no lucrativas y los medios de comunicación está generando un magnífico contenido que puede cambiar la conversación entre los medios, la política y los ciudadanos.
El bajo coste de este tipo de servicios realizados por estas organizaciones periodísticas sin lucro es una razón de peso para que los medios recurran a ellas y puedan cubrir determinados temas alejados de su agenda diaria. Dos iniciativas que son ejemplo de este modelo son Watchdog.org y Statehouse News, proyectos periodísticos no lucrativos que cuentan con el apoyo del Franklin Center y cuyo contenido está a libre disposición del público y de los medios.
El periodismo sin fines de lucro juega un papel esencial y necesario dentro de la industria de la información. Los medios tradicionales, que siguen siendo el pilar en el negocio de las noticias, deben asumir la llegada de estas nuevos agentes y recurrir a su trabajo cuando así sea posible. Es una oportunidad que, según los defensores de esta tendencia, no pueden desaprovechar de cara al futuro.

Un diario online de EEUU cobrará por comentar en las noticias

Fuente: Publico.

Los lectores de la versión online de los diarios del Grupo Sun Chronicle —que incluyen TheSunChronicle.com, TheFoxboroReporter.com y TheSilverCityBulletin.comdeberán pagar desde este miércoles por comentar en las noticias. Será un cobro único y vitalicio de 99 céntimos de dólar que deberá abonarse, de forma obligatoria, mediante tarjeta de crédito.
La intención no es tanto incrementar los ingresos (que también), como obtener información fidedigna de los usuarios. Al facilitar los datos de la tarjeta bancaria se dispone del nombre, apellidosy dirección de poseedor.
La identidad que refleje la tarjeta de crédito será la que aparezca cuando el usuario escriba un texto.
Según informa en el diario The Guardian, el diario de Massachusetts suspendió en abril la inclusión de comentarios en las noticias.
Fue una suspensión temporal, hasta dar con la fórmula para conseguir que los comentarios estuviesen escritos por identidades reales, nada de nicks o apodos.
La web se topó con los mismos problemas a los que se enfrentan todos los medios digitales que abren los comentarios a los lectores: entre los textos que contribuyen al debate se cuelan mensajes con insultos e imputaciones que enturbian la discusión
Sin embargo, con la petición de datos 'reales', los internautas pierden el anonimato. De hecho, muchos usuarios de EEUU lo ven con malos ojos porque, sostienen, además de violar el derecho de libertad de expresión, inhibe a la hora de decir lo que muchas veces realmente se piensa.
"Es un paso necesario si The Sun Chronicle quiere mejorar sus foros en la web'" zanja el editor de la publicación, Oreste P. D'Arconte.

Libertad Digital, el caso español

El diario en Internet del locutor Federico Jiménez Losantos fue uno de los precursores en hacer pasar por caja a los lectores que quisieran comentar en sus informaciones. Los usuarios deben mandar un SMS, cuyo coste asciende a 0,30 euros más impuestos, para darse de alta.
Se trata del único medio que cobra a los usuarios por sus comentarios.
En la propia web se dan los motivos que llevaron a optar por el cobro: no tanto autentificar a los usuarios, sino acabar con aquellos que, cuando era gratuito, se dan "de alta de forma persistente" y trataban "malintencionadamente" de "vampirizar nuestros recursos".

¿Será éste el «periódico del futuro»?

Fuente: ABC.

El «periódico personalizado» o «periódico a la carta» es un concepto que lleva en el foco de atención de los profesionales del periodismo desde hace años. Nicholas Negroponte, director del Media Lab del MIT (Massachusetts Institute of Technology), fue uno de los primeros en acuñarlo en 1995, cuando proyectó desarrollar una tecnología capaz de ofrecer al lector noticias que se ajustaran a sus preferencias. Desde entonces ha llovido mucho y han sido muchos los intentos por concretar un modelo que cumpliera con ese propósito. Medios y empresas se han afanado en la idea sin éxito. 
Según recoge TechCrunch, un nuevo proyecto de periódico personalizado ha llegado al escenario digital. Se trata de Apollo y es un proyecto de Harthornelabs, empresa fundada en Palo Alto por ex ingenieros de Google News (el servicio de noticias de Google) y Bing, el buscador de Microsoft. Consiste en una aplicación para el iPad con la que pretenden convertirse en la referencia del contenido informativo personalizado en la Web. Tal es así que en su web la iniciativa se presenta como el «el periódico del futuro». Su coste: 4,99 dólares, aunque ahora está en promoción por 2,99.
El funcionamiento es muy simple, según explican en el sitio especializado en tecnología, ya que se basa en un algoritmo que mide el tiempo que invierte el usuario en leer un artículo, las fuentes prefereidas a las que acude o el tipo de contenido que consulta en redes sociales como Facebook o Twitter. A partir de ahí y tras hacer un barrido por cientos de blogs y webs informativas, la aplicación entrega al lector los resultados que encajen en las preferencias facilitadas por el lector.

2010/07/14

«La gente que lleva los periódicos ya no respeta su propio producto»

Fuente: ABC.

David Simon (Washington DC, EEUU, 1960) habla sobre periodismo con el cariño, la vehemencia y la claridad de quien ama profundamente esta profesión. De quien nunca ha dejado de sentirse como aquel reportero que durante años pateó las comisarías de Baltimore (Maryland, EEUU) en busca de historias que alguien siempre prefería mantener ocultas.
Curiosamente, su relato más famoso de la realidad lo hizo desde la ficción, años después de dejar el diario The Baltimore Sun. La serie de televisión The Wire (HBO), de la que es creador, guionista y productor, alcanzó el reconocimiento mundial por contar una historia local de corrupción, drogas y periodismo en la que subyacen elementos tan intemporales como universales.
Pero su paso por la televisión no le ha hecho olvidar la prensa. En su artículo Construyan el muro, Simon hace un llamamiento desesperado a los principales editores de Estados Unidos para que empiecen a cobrar por sus periódicos en la red, como único medio de salvar las redacciones. Y habla sobre la industria de la información sin sentimentalismos, sin concesiones al drama y sin miedo, como quien escribe una buena crónica de sucesos en la que la víctima no son los periodistas sino el periodismo.
A usted le gusta decir que «The Wire» se parece a una tragedia griega. ¿A qué se parece la crisis de los periódicos?
[Risas] La idea de tragedia griega podría extenderse también a los periódicos. Los dioses malévolos podrían ser Wall Street o los inversores de capital. En mi país, y creo que es así en todo el mundo, los periódicos empezaron a destriparse mucho antes de que apareciera Internet. Yo dejé The Baltimore Sun con otros reporteros en la tercera ronda de recortes de este periódico, en 1995, antes de que la Red supusiera una amenaza. A alguien en Wall Street se le ocurrió que podía hacerse más dinero publicando periódicos malos que publicando periódicos buenos, así que recortaron costes, redujeron la redacción y cubrieron menos asuntos para tener más beneficios. E hicieron esto en casi todos los periódicos del país, salvo tal vez en The New York Times y en The Washington Post. Cuando llegó la Red, los periódicos estaban tan destripados que no pudieron ni protestar y empezaron a regalar su producto, lo que supuso un error terrible. En una tragedia griega, el fallo suele residir en el protagonista, quien acarrea un defecto inherente exacerbado por los sucesos o por los dioses. Creo que esto bien vale para los periódicos y no es una mala analogía la que usted sugiere.
¿Por qué cree que su artículo «Build the wall» levantó tantas críticas en Internet?
Porque muchos viven en la falsa ilusión de que pueden reemplazar el periodismo. Y es muy arriesgado creerse que el periodismo amateur es mejor que el que hacen los profesionales. Creo que están muy involucrados emocionalmente en la idea de hacer el trabajo de los periodistas. Y es gracioso, porque cuando expresan su enfado suelen acabar con un «Usted no sabe de Internet». Y mi respuesta suele ser: «Usted no sabe de periodismo». El periodismo, cuando se practica adecuadamente, es un acto increiblemente delicado, ético y exigente de tiempo que requiere conocer un asunto, mantener las fuentes, saber qué usar y qué no usar de estas fuentes, volver cada día para saber qué es nuevo y relevante en la institución que estás cubriendo y escribir de un modo sofisticado que a la larga desvele cosas complicadas sobre esa institución. Es algo que no puede hacerse desde el cuarto de estar, sino desde la calle y con llamadas telefónicas. La mejor gente que he conocido lo hacía, y cubría las instituciones durante ocho, nueve o diez años. En los periódicos de hoy en día, los reporteros con 10, 15 o 20 años de experiencia se han ido y no confío en que vayamos a descubrir lo que deberíamos descubrir en el ayuntamiento, en el departamento de policía o en el sistema escolar porque el reportero de 24 años que lo cubre lleva sólo seis meses.
La industria de los periódicos se ha despreciado a sí misma y a su producto, e Internet ha reconocido ese desprecio y lo ha duplicado. De vez en cuando, alguien con un interés especial en un determinado asunto destaca algo que llama la atención de los medios que lo cubren. Pero la idea de que un puñado de blogueros independientes pueda preocupar a un alcalde, a un comisario de policía o al administrador de una escuela… Mire, los periódicos eran poderosos porque llegaban a un cuarto de millón de puertas al día de siguiente, y esto importaba mucho a la gente que cubrían. Era algo por lo que había que sentir miedo, y no pena, pero ya no es así. ¿Qué jefe de policía se va a preocupar de lo que diga un bloguero?
Estoy muy contento con la democratización que ha traido Internet. Y por la opinión que ha traido, pues la Red es magnífica para la opinión. Pero para el periodismo de primera línea es una broma.
Pero ¿por qué un lector entiende el valor de una llamada de teléfono y no de un artículo? ¿De quién es el fallo: de los periodistas, de los lectores…?
El fallo está en todos, pero yo culpo especialmente a los capitanes de la industria de los periódicos. Cuando llegó el momento crítico, confundieron Internet con un soporte publicitario más, cuando de hecho era el sistema de distribución del futuro. Siempre se ha pagado por el periódico. A veces estaba subsidiado por la publicidad, que aportaba la principal fuente de ingresos, pero ¿quién recibía gratuitamente un periódico en la puerta de su casa? Todo el mundo pagaba por él. En Baltimore se paga 15 dólares a la semana y 4 más por la edición del domingo. ¿Qué loco, aparte de los editores de prensa, pensó que podía regalar su producto en Internet y la gente seguiría comprando el periódico? Es tan cósmicamente estúpido que sólo inspiró a los que pensaban así. Todos los periódicos de Estados Unidos se apuntaron a esta cabalgada y abrieron la puerta de la cuadra al caballo. Ahora se necesitaría un acto singular de coraje para meterlo de vuelta en la cuadra y decir “No, cuesta dinero mandar periodistas a Faluya, Berlín, Londres, Washington y Madrid. Cuesta dinero cubrir el mundo, y necesitamos una fuente de ingresos, necesitamos cobrar por ello”.
Otro asunto es que su visión de la industria de los periódicos parece paralizada por su pasado. En los últimos 40 ó 50 años, nadie hizo dinero con la distribución. Cuesta demasiado hacer llegar el periódico hasta la puerta de casa: cortar el árbol, imprimir las noticias, pagar las imprentas, pagar a los impresores, pagar los camiones, pagar la gasolina…Perdían dinero distribuyendo el periódico. Así que durante mucho tiempo nadie consideró la distribución como una fuente de ingresos posible para el periodismo, y sólo se preocuparon de la publicidad. Pero Internet es muy distinta, no tiene costes de distribución y si consiguieras que alguien te pagara sólo la mitad de lo que cuesta hacer llegar el periódico a la puerta de casa, todo eso sería puro beneficio. Pero estos chicos no pudieron verlo porque desde hace medio siglo la distribución no ha sido otra cosa que un coste. Estaban tan concentrados en la publicidad que no pudieron ver el futuro.
Los periódicos pueden resolver esto. Nuevos sitios web que surjan en las ciudades para cubrir lo que hasta ahora no se ha cubierto, de manera modesta, y también grandes periódicos. Digamos que si quieres saber lo sucede en Baltimore, Filadelfia o San Luis, puedes pagar unos dólares al mes y eso sufragará la plantilla de reporteros y camarógrafos. Está empezando, será muy lento y el principal daño es que han perdido la oportunidad cuando estaban mejor preparados para hacerlo.
¿Cómo puede un periódico nuevo sobrevivir en este escenario de pago?, ¿puede cobrar por sus noticias?
No estoy familiarizado con la dinámica de España, así que usted deberá hacer la analogía adecuada, pero en mi país, The Washington Post y The New York Times son las empresas informativas predominantes. Les siguen Los Angeles Times y The Wall Street Journal, a pocos pasos. En esos cuatro periódicos está casi toda la cobertura nacional e internacional.
Si todos ellos, sobre todo los dos primeros, decidieran que a partir del 1 de septiembre cobrarían por la edición digital y dijeran: “Puedes tener el periódico en casa o puedes tenerlo en la red por la mitad de precio, pero si no pagas por ello, no lo tendrás gratis. Y tampoco lo tendrá AP ni Reuters ni ninguna otra agencia” eso cambiaría las cosas. “El periodismo de The New York Times es esencial todavía y no puede ser replicado por internet, así que vamos a cobrar por él”. Si el Times y el Post lo hicieran, eso salvaría el periodismo. Si además el Baltimore Sun perteneciera la cadena de periódicos de The New York Times, podría decir: “Vamos a dar toda la cobertura local, de negocios, de deportes… y además, como miembros del consorcio, la cobertura nacional e internacional”, podrían cobrar también y esto salvaría la industria. Pero esto requeriría una postura de fuerza por parte del Times y el Post.
Algunos modelos apuntan a un periodismo financiado por la filantropía o incluso por el dinero público. ¿Qué piensa de ellos?
Me encantaría verlo, pues creo en el periodismo sin ánimo de lucro. Hay muchos sitios web que cubren zonas regionales y contratan periodistas profesionales, mesas de redacción, editores… pero a mí no me importa conservar los periódicos per se. Veo la imprenta como un anacronismo y llevar el periódico a las puertas de las casas debería formar parte del pasado. Internet es el sistema de distribución del futuro.
En lo que yo creo es en la redacción. Los blogs no tienen redacción, sino individuos. A veces intentan ser muy rigurosos con la información que publican, pero no están en una habitación con otras personas que evalúan su trabajo. Las mejores decisiones que yo he visto en el periodismo tenían que ver con las historias que alguien decidió no publicar, porque estaban mal fundamentadas o mal cubiertas. La redacción no sólo promueve el buen periodismo, por medio de editores experimentados que pueden enfocar tu trabajo mejor de lo que lo haría un solo individuo, sino también impide que alguien publique algo estúpido o malo. Es algo que sucede todos los días en las redacciones en las que yo crecí, y que no sucede en Internet.
Creo en la conservación de las redacciones y creo que la filantropía podría mantenerlas, pues lo único que debería financiarse es la plantilla. Ya no hay que pagar por las rotativas, los camiones o la gasolina, sólo hay que pagar a los reporteros y editores que trabajan en una habitación para cubrir una ciudad. Será más difícil conseguirlo mientras los dinosaurios, los periódicos medio vacíos, todavía existan, pero creo en ello.
Creo en ello, igual que no creo en Wall Street ni en que hayan aprendido una sola lección sobre lo que han hecho no sólo a los periódicos sino a un montón de industrias en aras de la consecución de un beneficio a corto plazo a costa de la salud a largo plazo. Las estructuras financieras de mi país han destruido cualquier cosa a cambio de un buen beneficio trimestral. Y lo han hecho una y otra vez, vendiendo mierda a la que llamaban oro. Este vender mierda por oro ha arruinado la industria de la automoción, la industria de los periódicos… si pueden conseguir un dólar haciendo el producto peor o incluso destruyéndolo, lo conseguirán.
Si algún modelo con ánimo de lucro se las arregla para conseguir nuevas fuentes de ingresos en Internet, si consiguen cobrar por su producto en mi país, creo que los dueños de periódicos irían a Wall Street, donde algún analista les diría “Bien, volvéis a hacer dinero: ahora cortad aquí y allá…”, pero no les diría que reinvirtieran ese dinero en hacer su producto mejor: contratar más reporteros, mejores editores, pagarles mejor, repartir beneficios, volver a hacer una carrera del periodismo, establecer un grado de profesionalización del periodismo que les inspire… Wall Street sólo mirará los ingresos y les dirá “¡Reduce costes y coge los beneficios. ¡Coge los beneficios!”.
Volviendo a la idea de la tragedia griega, el pecado original de casi todos los protagonistas de esta historia es que sus compañías salieron a Bolsa. Ya no son propiedad de familias, ya no reportan ningún beneficio a la comunidad y sólo cambiarán por lo que diga un analista de Wall Street.
¿Qué tipo de periodistas necesitarán las redacciones de esta nueva era: más periodistas como ‘Gus’ Haynes, más cazadores de noticias, más profesionales…?
Yo sólo creo en los profesionales y en el periodismo como carrera. Mis primeros años cubriendo la policía fueron primitivos: creí que bastaba con tener una idea y cubrirla. Pero entender el crimen, la guerra de la droga, el departamento de policía o cómo las estadísticas pueden ser fabricadas para mentir me costó años. Me costó años trabajando con gente mejor que yo, más experimentada y que habían visto mucho antes lo que yo entonces veía. Y tenía que estar en la redacción con ellos. La memoria institucional es uno de los bienes más valiosos de un periódico. Y eso es precisamente lo que te ofrece una redacción: memoria institucional.
Estaba rodeado por gente más inteligente que podía advertirme de cosas que seguir, y eso es tan valioso. Era un reportero de calle y aunque no me hice rico pude formar una familia, criar un par de chicos, tener una hipoteca , vivir bien y sentir que hacía algo con sentido en mi vida.
Creo en el periodismo como profesión. Los amateurs pueden opinar sobre el trabajo de los profesionales, y de vez en cuando aprender algo y levantar una historia, lo cual está muy bien. Cuanto más, mejor. Pero no puedes depender de aficionados para cubrir la actualidad todos los días. Ni para cubrir lo que es un rollo. Porque la mayor parte de las cosas importantes de nuestra sociedad suelen ser aburridas y necesitamos que alguien las cubra. Como la junta de urbanismo de una ciudad americana. Allí se dice dónde irá el dinero, cómo se gastará y cómo será la ciudad dentro de unos años, pero no ves a blogueros cubriéndolo de forma sistemática, y deberían estar allí los periódicos. Y nadie los echará en falta hasta que un día nos levantemos y veamos un bar de estriptís al lado de una escuela. [Risas]. Entonces sabremos que alguien no estaba cubriendo la junta de urbanismo.
Estuve en una mesa redonda con Arianna Huffington, de The Huffington Post, y la escuché contar orgullosa cómo había contratado a ocho reporteros para cubrir Washington. Tiene más gente que trabaja gratis, pero ella pagaba a a ocho reporteros para cubrir una ciudad que es el culmen, en un momento en que todo el mundo quiere leer sobre Obama. Pero los periódicos, cuando están inspirados, cubren el mundo. El día en que les importa The Huffington Post o Arianna Huffington es el día en que hay 20 reporteros de este periódico cubriendo la ciudad. Que son la mitad de los que una vez tuvo el Baltimore Sun para cubrir la ciudad, e incluso llegó a tener 60 reporteros. Así que veo esto y pienso que está interpretando el papel de diletante en el periodismo. Has contratado ocho personas para cubrir a Obama y los Republicanos. Bien, pero ¿quién cubre el mundo? Cada vez menos gente.
Usted dijo en una entrevista que escribía sus series de televisión bajo la premisa de «Que se joda el espectador medio», como alguien que sólo es visto como un perfil de mercado: padre de 2,algo niños, con 1,algo coches… ¿Deberíamos los periodistas escribir bajo la premisa de «que se joda el lector medio»?
La televisión generalista depende fundamentalmente de la publicidad, del número de globos oculares que ven los programas. Así que no puedes ofender a nadie ni hacer nada demasiado complicado, pues debes mantener a todo el mundo mirando, incluso a la gente que está habitualmente distraida, aburrida o que es simplemente estúpida. La necesitas, porque la publicidad necesita a 10 ó 20 millones de personas viendo el programa y los 30 segundos de anuncio. Esta era la estructura económica de la televisión hasta que llegó el cable. Y sólo entonces pudimos saltarnos estas normas al escribir. “Mire, no me importa si confundo a algunos espectadores. Si no pueden seguirlo, que se jodan”. Tú puedes decir eso ahora, contar una historia con sentido y sobrevivir.
Y esto es análogo a lo que sucede en los periódicos, aunque ellos hicieron el camino contrario. Mucho antes de Internet, empezaron a recortar su producto, a hacerlo más magro, más simple y con menos matices. Se deshicieron de los reporteros experimentados y contrataron chavales que no tenían experiencia en la ciudad. Y ahora están desesperados y no se atreven a cobrar por lo que ofrecen.
La televisión hizo lo contrario. Antes había cuatro canales y nadie pagaba por ellos, así que una vez que comprabas el televisor, toda la programación era gratis. Ahora, millones de estadounidenses pagan 40, 50, 70 ó 100 dólares al mes para tener 120 canales o más. La televisión extendió su oferta: canales completos dedicados a deportes, al tiempo, a la mujer, a las series. Ofreció más y cobró más, pasando de ser un servicio gratuito a ser un servicio de pago.
La gente me dice «Nadie nunca pagará por los periódicos, cuando puede conseguirlos gratis». Pero es que nadie pagaría por la mierda de ahora. ¿Qué habría pasado si en lugar de que los periódicos hubieran sido vendidos y recortados, se hubieran hecho más esenciales, más viables, más sutiles? ¿Que habría pasado si no pudieras entender tu ciudad, o el mundo, sin leer el periódico por la mañana? Hicieron lo contrario. La transición de la televisión al cable es análoga a lo que podría haber pasado con los periódicos en el viaje a Internet.
El de periodista es el trabajo que usted siempre quiso hacer. ¿Tiene previsto volver al periodismo en un futuro cercano?
No hay periodismo al que volver. Supongo que en algún momento me cansaré de hacer televisión, y parece que será pronto. HBO me ha permitido hacer lo que quería y seguro que seguiré haciéndolo por un tiempo. Pero si volviera al periodismo sería a un sitio web, en un nuevo periodismo emergente que pague a los profesionales por su trabajo. Creo que me corté un brazo después de los recortes de 1995 y el Baltimore Sun nunca será lo que ayudé a que fuera. En aquel momento no pensé que fuera a derrumbarse tan rápido. Creía que esta gente estaba recortando lo que no debía, pero nunca pensé que llegaría a recortar dos terceras partes de la redacción.
Cuando empezó Internet, recuerdo que uno podía leer 175 artículos completos sin pagar nada. Y paso 2000, y pasó 2001…y seguía igual. Y es insostenible. Si no tienes un producto por el que puedas cobrar, no tienes un producto, es algo que sabe cualquier universitario. Pero los periódicos creyeron que éste era el modelo que funcionaba. Hay que buscar mucho en la historia de la industria para encontrar este nivel de mala gestión de un producto.
¿Ha pensado en hacer una serie como «The Wire» dedicada exclusivamente al periodismo, o en la quinta temporada de esta serie explicó todo lo que quería explicar sobre este asunto?
La quinta temporada explicaba básicamente todo lo que quería explicar, que era que la gente que lleva los periódicos ya no respeta su propio producto ni las comunidades que supuestamente debe cubrir. Ellos han venido a valorar su propia importancia sobre el trabajo, a dominar la cultura del precio, así que son cada vez menos esenciales para sus ciudades. Queríamos dar a entender que el periódico se perdió todas las historias importantes: el alcalde que hace trampas con el presupuesto, con las pruebas escolares, que manipula las cifras de delitos, que oculta las guerras de la droga…. ¿Ha visto usted las cuatro temporadas previas de «The Wire»?
Sí.
Pues todas y cada una de las historias importantes que aparecen en la serie no fueron apenas cubiertas por los periódicos, porque eran demasiado débiles para hacerlo adecuadamente. Si alguien que viera la serie creyera que eso no puede suceder porque el perro guardian habría ladrado, que sepa que el perro guardían ya no tiene dientes. Y esto es lo que queríamos explicar en The Wire.
Si Internet hubiera estado más extendida cuando hicimos la serie, habría hecho los recortes más dramáticos en el primer episodio. Y si la hubiera hecho ahora, habría añadido otra ronda de recortes al final de la serie [risas].
Lo cierto es que la cuestión de espectador medio y de los recortes se la tomaron muy mal los periodistas de Estados Unidos. Porque se ven a sí mismos como víctimas de un asesinato, como gente que hacía su trabajo, que cubría el mundo y… «la tecnología cambió. No fue nuestro fallo, la tecnología cambió y es algo que no podemos controlar». Gilipolleces. Esta no es la historia del que construía carrozas hasta que apareció el automóvil. No es la analogía más honesta. La verdad es que se supone que debes elaborar información precisa y de calidad sobre el mundo. Y llega Internet. El sistema de distribución cambia pero tu producto sigue siendo el mismo. Si te hubieras dedicado a hacer tu producto mejor, podrías cobrar por él en el nuevo sistema de distribución, que podría ser el centro de una fuente de ingresos. Pero en los diez años previos, destripaste tu producto porque no lo respetabas, siguiendo los consejos de Wall Street. Esto es algo que los periodistas no queremos escuchar. Preferimos pensar que fuimos asesinados, antes que complices de nuestro propio fracaso.
Por cierto, ¿de verdad escuchó a un editor hablar de «periodismo dickensiano»?
Sí, mi editor me dijo que quería que hiciera “periodismo dickensiano”. Se llamaba John Carroll y cuando llegó al periódico lo respetaba mucho pues había escuchado muy buenas cosas sobre él. Todos estabamos muy emocionados en su llegada a «The Baltimore Sun». Cuando me fui del periódico, estaba completamente desilusionado, porque él no valoraba ninguna de las cosas que yo valoraba en el periodismo. Y acabamos en muy malos términos. Una vez vino y me dijo que quería «historias dickensianas» de la ciudad. Se refería a pilluelos de la calle que no hubieran cometido un pecado todavía. Que no tuvieran lápices ni libros de texto y vivieran en la pobreza. “Traeme una foto de pobres chicos tristes que no hayan sido tratados justamente, porque yo puedo vender eso”. Era un hombre que se levantaba todos los días preguntándose cómo llegar al premio Pultizer. Como se medía a sí mismo era como medía al periódico. Y al final tuvo que retractarse porque le pillaron tres veces inventándose historias. Tres veces. No me refiero a correcciones, sino a tres invenciones seguidas. Y cada vez John las tapó. Y al final, cuando ya no estaba en el periódico lo dije bien alto, y no hemos vuelto a hablar desde entonces. Pero sí, la cita dickensiana era suya.
Me molestó porque para mí la historia más interesante no es la del pilluelo de la calle que tiene ocho años, que es totalmente comprensible que pueda dar para más de una historia y hacer sentir culpable a la gente. La historia más interesante es la del chaval de 16 años que está en una esquina vendiendo droga porque ahí es donde están las otras opciones de la sociedad y la economía americana. Desafortunadamente, tiene 16 años, así que no es tan mono, tiene una pistola escondida en los pantalones y es capaz de provocar mucha más violencia. Es una visión mucho más ambivalente del problema y requiere que los espectadores piensen con la cabeza y no sólo con el corazón. Y a John no le interesaba esto. Era muy complicado para él y no veía que fuera a obtener un premio.
Soy reacio al desprecio hacia él, porque al principio pensé que era un tipo con buena reputación y que el periódico mejoraría con él. Pero estaba mal informado.
¿Cree que tendremos mejor información en el futuro, que el buen periodismo prevalecerá?
Sí, pero sólo cuando el periodismo resuelva el problema de sus fuentes de ingresos. Internet fue hecho para pagar y financiará el periodismo profesional. No me refiero a blogueros, sino a reporteros y editores profesionales. Y será financiado, tal vez por instituciones sin ánimo de lucro, que sería lo más recomendable, tal vez por compañías que inviertan el dinero en la calidad antes de coger los beneficios. En cualquier caso, cuando los dinosaurios de la industria dejen camino, las cosas cambiarán.
Internet es más rápido, más limpio y más barato y cuando se use adecuadamente permitirá el renacimiento del periodismo. Pero tenemos que pagar por él. No mucho, sólo un poco cada mes, igual que pagamos la factura del cable o del teléfono móvil. Alguien llegará y dirá: «¿Sabe qué? Si podemos contar a la gente lo que sucede en Baltimore, en San Luis, en San José o en cualquier otro lugar del mundo donde la gente quiera saber qué está pasando en su comunidad, en su ayuntamiento o en el cuartel de la policía, deberíamos hacerlo. Tal vez no sean el cuarto de millón o el medio millón que leen los periódicos, sino sólo 80.000 personas. Pero si estás 80.000 personas pagan 10 dólares al mes, es suficiente para mantener una redacción completa». Es más que el presupuesto de la redacción del Baltimore Sun. Alguien se dará cuenta de cómo hacerlo y eso será el principio, el renacimiento del periodismo.
Pero cuando suceda no será amateur. No séra un bloguero pensando si llama a alguien de la comisaría o decidiendo si comenta la noticia de un periódico. Será un tipo que vaya todos los días a cubrir una institución, mantenga fuentes y averigüe quién roba y quién no roba, quién es honesto y quién no lo es, y lo cuente como un profesional. Porque ese producto todavía tiene sentido, es viable y en algún momento alguien lo necesitará, pero los periódicos lo han olvidado.

2010/07/02

La redacción dentro de una cafetería

Fuente: ABC.

¿Será esta la solución para los editores? Es posible, pero lo cierto es que el Freehold InJersey se ha decidido a instalar su redacción dentro de una cafetería en el centro de la ciudad para ofrecer un lugar en el que el público pueda comentar a los periodistas ideas sobre determinadas historias, así como los problemas que importan a la comunidad. La iniciativa está liderada por Ashbury Park Press y Gannet y cuenta con la colaboración de Cebú Forno Café.
InJersey tiene como objetivo divulgar las noticias hiperlocales sobre la comunidad de Nueva Jersey y en ese propósito se invita a los lectores a que propongan temas que sirvan para mejorar la vida en la ciudad, entre otras cosas. La redacción instalada en la cafetería Cebú será el centro de trabajo donde los periodistas van a poder realizar entrevistas y preparar historias, así como contenidos multimedia. Habrá también un equipo dedicado a filtrar y elaborar aquellas noticias que los lectores envíen a través del correo electrónico.
La directora de FinJ, Colleen Curry, considera que una redacción en el centro de la ciudad alentará a que la gente participe en una conversación sobre la comunidad y a que el personal que trabaja en FinJ tenga conocimiento sobre el perfil de los lectores que se acercan a este medio.
Este proyecto ha tomado como referencia a Nase Adresa, de la República checa, que ha fundado varios «cafés de noticias», desde los que se produce contenidos para la edición impresa semanal y varios sitios hiperlocales y donde los miembros de la comunidad ocupan un papel muy importante en la elaboración de informaciones. FinJ comparte la misma filosofía.
Además de que se incentiva el contacto con la comunidad, este tipo de propuestas encierran un modelo de negocio muy interesante, ya que con los ingresos procedentes de la cafetería se cubren los gastos de la redacción (también los que se refieren a los sueldos de los periodistas). Puede ser, por tanto, un método interesante para financiar proyectos periodísticos y solventar el problema que tienen muchas organizaciones de noticias que no acaban de ver el modelo de negocio del futuro. Con iniciativas como FinJ se logra un doble objetivo: acercarse y conocer la comunidad a la que se dirige el medio y obtener ingresos.